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La depresión pospartido de Río

En cualquier caso, mientras la formación brasileña lloraba su derrota y sopesaba las ventajas de distintos escondites a los que retirarse, le pedimos al fotógrafo Mattias Maxx que se diera un paseo por las calles de Río cámara en mano para capturar el...

Dos seguidores de Brasil se consuelan mutuamente como solo ellos saben hacerlo.

Anoche se jugó el partido más importante del torneo deportivo más importante del mundo. La semifinal del Mundial, disputada entre la selección del país anfitrión y Alemania en el estadio de Belo Horizonte, sin duda eclipsará todo lo que haya ocurrido durante el torneo e incluso lo que pase en la final. Y es que las cosas no salieron como Luiz Felipe Scolari, entrenador de la selección brasileña, había planeado. Si Brasil hubiera ganado, hoy probablemente estaríamos glorificando a un equipo con un impulso imparable (hasta ayer) y dispuesto a obtener su sexta Copa del Mundo. Sin embargo, la Seleção acabó aplastada por sus oponentes, siendo objeto de burla de su afición y carne de las críticas de la prensa.

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La actuación de la selección alemana fue brillante y cruel: cuatro goles en los seis primeros minutos de partido, un increíble marcador que dejaba claro el poderío germano y hacía que el paso de España por el Mundial fuese un recuerdo lejano y vergonzoso. La derrota de Brasil será recordada por el pueblo brasileño durante décadas. Antes de la tragedia de anoche, Brasil todavía arrastraba la resaca de una final del Mundial que perdió contra Uruguay en su propio terreno en 1950. Ahora ya hay una nueva generación de brasileños con sus fantasmas que exorcizar.

Dejando de lado la ausencia de Thiago Silva y Neymar, los únicos jugadores brasileños que salieron del partido con un mínimo de dignidad fueron el portero, Julio César, el autor del único gol, Óscar y el centro izquierda, Dante. Este último merece al menos un poco de compasión porque su compañero era un absoluto inepto. Tras haber fichado en el Paris St Germain por más de 62 millones de euros, David Luiz ha pasado a ser el defensa más caro de la historia, como también le salió caro a la selección brasileña anoche, con una actuación que se recordará durante mucho tiempo como toda una lección desastre de antidefensa.

En cualquier caso, mientras la formación brasileña lloraba su derrota y sopesaba las ventajas de distintos escondites a los que retirarse, le pedimos al fotógrafo Mattias Maxx que se diera un paseo por las calles de Río cámara en mano para capturar el ambiente en imágenes. Esta mañana se han producido episodios violentos con disparos, robos, peleas y autobuses quemados e incluso ha habido un muerto. Muchos brasileños se habrán levantado hoy todavía cabreados con la FIFA por haberle robado su sueño, pero anoche, mientras el mundo esperaba que Brasil ardiera, su gente solo se emborrachaba y lamentaba la derrota bajo la lluvia. Bienvenido al bando de los perdedores, Brasil. Fue un jogo bonito mientras duró.

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Un aficionado intenta resguardarse del aguacero junto a un puesto de comida rápida

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Un aficionado intenta huir de la escena frente al hotel Copacabana Palace

Esta seguidora brasileña baila bajo la lluvia

Aficionados cabreados meando contra un cartel del Mundial

Seguidores del Brasil observando el entorno

Aficionados de la selección brasileña consolándose mutuamente

Fans de Alemania se pavonean de la victoria de su equipo en Río

Montones de botellas vacías después de que los alemanes celebraran la victoria y los brasileños ahogaran sus penas

Alemanes restregándoles la victoria en la cara a unos brasileños, que no parecían muy impresionados

Los argentinos también estaban felices. Celebraron la victoria alemana o, mejor dicho, la derrota de Brasil con unas pizzas

Este tío todavía no entendía cómo su equipo había podido cagarla tanto

Trabajadores limpiando la playa de Copacabana

Aficionada del Brasil en la lluvia

Aparentemente, una banda intentó cometer un robo masivo en el bar de un fan park y el episodio acabó en un tiroteo