Ilustración de Kyle PlattsCuando vas a una tienda de ropa de lujo y postín, seguro que no piensas en el largo proceso que se tuvo que seguir para que tu nuevo tanga de leopardo de poliéster favorito, o lo que sea, llegara a tus manos. Quizá deberías, mierdecilla egoísta. Es probable que la producción de dicha prenda haya provocado deforestación, polución, un montón de aldeanos hindúes atropellados por máquinas de excavación, o las tres cosas a la vez. Te hace sentir mal, ¿eh? Para hacerte sentir aún peor, ahí van tres de las más dañinas prácticas de la industria de la moda.CURTIDURÍASLa piel de vaca se convierte en bolsos y botas tras un proceso de curtido. El tipo de curtido más común consiste en untar compuestos de cromo encima del cuero antes de ponerlo a escurrir y secar. Algunos de estos compuestos son carcinógenos que pueden hacer pupa: úlceras, enfermedades respiratorias y daños en hígado y riñones. Para dar más mal rollo, las curtidurías suelen concentrarse en áreas de bajos ingresos, que se convierten así en hoyos de pobreza y polvo de cromo.EXTRACCIÓN DE ORO ARTESANALEl oro, en su estado natural, se mezcla a menudo con cieno minerales no preciosos, y se tiene que aislar. Uno de los métodos empleados en la minería a pequeña escala es el amalgamado de mercurio. Consiste en hacer que las partículas de oro se adhieran a mercurio líquido, calentando luego la mezcla hasta que el mercurio se evapora, quedando el oro. Lo que pasa es que el mercurio es muy venenoso y de ser ingerido puede causar estragos en tus riñones, corazón y sistemas respiratorio y nervioso. No sólo es mala noticia para los trabajadores que inhalan los gases: el mercurio también se puede cumular en la tierra, y desde ahí contaminar toda la cadena alimenticia.PRODUCCIÓN DE ALGODÓN EN INDIAA finales de los 90, a muchos agricultores de algodón en India los convencieron (o engañaron) para que se pasaran al cultivo de algodón Bt modificado genéticamente; aunque invulnerable a los ataques de las orugas, este algodón resultó ser susceptible a muchas otras plagas. Esto obligó a los agricultores a comprar más pesticidas para proteger sus productos, conduciéndolos a un espiral de deudas que ha degenerado en una epidemia de suicidios de agricultores (200.000 en la última década). Pero tú nada, pásalo bien y presume de tu “camiseta monísima” ante tus amigas.
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