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Cultură

La teoría de la repetición extrema en la saga de Solo en casa

Oda a la rutina y a la vida familiar.

Supongo que todos conoceréis la historia de Kevin: el chaval se enfada con su familia la noche antes de irse de vacaciones a Francia. Su madre le castiga a dormir en el desván y allí desea con todas sus fuerzas que su familia desaparezca. Al día siguiente se levanta y está completamente solo. Sus padres, hermanos, tíos y sobrinos se han largado a Francia sin él. Se lo han “olvidado”. Kevin disfruta de su nueva vida en solitario pero recibe la inesperada visita de dos ladrones. El pequeño Macaulay urdirá una gran cantidad de trucos para atrapar a los ladrones mientras su madre hará lo imposible para reencontrarse con su hijo. Kevin se arrepentirá de haber deseado que su familia desapareciera y finalmente, el día de Navidad, se encontrarán todos de nuevo. Bueno, también hay un viejo barbudo con una pala que ayudará a Kevin a atrapar a los malotes.

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A grandes rasgos esto es “Solo en casa” y “Solo en Casa 2: Perdido en Nueva York” es exactamente lo mismo, solamente que todo esto sucede en la gran manzana.

No es que haya muchas coincidencias, es que básicamente se trata de la misma película. El director ha disfrazado al mono con un atuendo distinto, cambiando algunos detalles irrelevantes para disimular la farsa más grande del siglo XX. El esqueleto de las dos películas es el mismo e incluso se repiten escenas de forma exactamente igual. Vamos a repasar algunas.

-El primer plano de ambas películas es el mismo. Vemos, el exterior de la casa en plano general, de noche. Esto ya es una declaración de intenciones. Creo firmemente que la toma que han utilizado es la misma para ambas películas.

-En ambas películas el despertador no funciona correctamente y los padres se duermen. El plano es exactamente el mismo. Salen a toda prisa de casa y luego corren como locos por el aeropuerto.

-En ambas películas cuando Kevin descubre que está solo se alegra. En las dos se tumba en una cama, come un helado y ve una película americana de gangsters de finales de los 40. Una película que utilizará posteriormente para ahuyentar a sus enemigos.

-Esta es la parte que más me gusta. Los guionistas tienen el descaro de meter en ambas películas a un personaje “raro”, más bien “fuera de la sociedad”. Son personajes solitarios que no disfrutan de la felicidad que aporta tener una familia. En la primera película tenemos al “asesino de la pala”, que es su vecino pero que parece un mendigo. En la segunda tenemos a la “mendiga de las palomas”. Al final de ambas películas estos personajes salvarán a Kevin de los ladrones utilizando sus “armas de mendigo”, ya sea golpeándolos con la pala o cubriéndolos de palomas. Con ellos también asistiremos al momento tierno de la película: a través de ellos Kevin se dará cuenta de que no puede vivir sin su familia.

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-En las dos películas, a lo largo de la primera noche que pasa en solitario, Kevin coge una foto de la familia y por primera vez empieza a echarles de menos.

-Kevin tunea una casa con trampas, ya sea la suya o la de sus tíos (en el caso de la secuela). En ambas películas Kevin se hace un plano con todas las trampas que quiere instalar.

En el fondo la película nos habla de la necesidad vital de pertenecer a una familia y de tener una hoja de ruta trazada. El deseo de estar solo es algo que únicamente puede llevarte a la mendicidad o a la tristeza más absoluta y es la lección que Kevin debe aprender. En el mundo de “Solo en casa” solamente existe la familia, en ningún momento vemos que los padres o el mismo Kevin se relacionen con nadie más que no sea de su núcleo familiar. Maldita sea, por lo que parece Kevin no tiene amigos, ¿qué problema tiene este tío? Sus padres tampoco se relaciona con nadie más, su vida se limita a esa bola de cristal en forma de casa, donde solamente conviven personas que comparten ADN.

¿Y qué tiene que ver todo esto de la repetición? Pues bien, la repetición es la experimentación de lo ya conocido, es un territorio seguro.  La saga de “Solo en casa” promueve la veneración de la monotonía: levantarse por la mañana, almorzar, ir a trabajar, volver a casa y poner a dormir a los niños. Y así hasta que te mueras. No existe la aventura, el error, la experimentación. Somos parte de un engranaje que gira y gira pero siempre en la misma dirección. Es por eso que, en el fondo, ya sabemos qué va a ocurrir en “Solo en casa 2”. Es la tranquilidad del calendario, de la organización temporal en bloques repetidos. La rutina es necesaria, bonita y ejemplar. Estaremos tranquilos siempre y cuando todo siga igual. Es la política de los suburbios: gente igual, con coches iguales, trabajos iguales, hobbies iguales y casas iguales. Si te sales de este molde te convertirás en un jodido perdedor que vive en un parque rodeado de palomas.