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Las (brutales) escenas del cine de terror que nunca vas a ver

Unas veces por la censura oficial y otras por los productores (como Spielberg) los grandes maestros del género han visto cómo sus locuras iban a parar al cajón del olvido en la sala de montaje.

Ya lo decía el poeta: "Aquí no se libra ni Dios". Ni un dios, por ejemplo, como John Carpenter, cuyos títulos de culto han visto podadas algunas secuencias y modificados sus finales. Incluso Kubrick, el genio de la perfección y la meticulosidad, vio cómo le sacaban de un primer montaje algo que él pensaba incluir. Lo dicho, ni Dios.

Si descendemos a las fangosas y apetecibles aguas del 'slasher', género en el que un psicópata de cualquier tipo se empeña en hacer la vida imposible a un grupo de (guapos, a ser posible) adolescentes, vemos que la carnicería ejercida por la censura institucional de cada país y por la mano dura (no les tiembla) de los productores es todavía más notable. Entre ellos, el mismísimo Steven Spielberg en Poltergeist.

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Igual sucede con el 'splatter' o cine gore, en el que corren las vísceras y la sangre fluye a borbotones entre gritos; con el giallo, cine de terror italiano; las películas de fantasmas… El género de terror ha visto cómo le extirpaban planos como autopsias voluntarias: motosierras relucientes, empalamientos en pareja, cocaína sobre turgentes pechos e, incluso, zombis peleando contra tiburones. En España, en aquellos tiempos grises y prolongados, un título de culto como La Residencia o la obra del gran Jesús Franco vieron cómo las tijeras de los aplicados censores caían sobre su metraje.

Consultamos a Emilio Gutierrez R., cocreador y responsable de los contenidos de la web El Primo de Ridley Scott, auténtica referencia en cine de terror y fantástico, para que nos hable de esos casos especialmente sangrantes, en los que algunas de nuestras películas favoritas han sido mutiladas. Y nos ha preparado un menú con diez suculentos platos, que despiertan el apetito de todo fan del género.

El Resplandor, Stanley Kubrick (1980)

Vamos a empezar el menú de escenas censuradas con un plato fuerte, El Resplandor (1980) del divino, divino Stanley Kubrick. En esta escena, que fue cortada pocos días después del primer montaje, vemos que Ullman, el director del hotel, visita a Danny y Wendy en el hospital e intenta convencerles de que no hay nada sobrenatural en lo que les ha pasado, que todo estaba en su cabeza.

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Zombi aka Nueva York bajo el terror de los zombies, Lucio Fulci (1979)

Resulta que la más famosa y recordada escena de uno de los films más recordados del maestro Fulci, la del zombi peleando contra el tiburón, no fue ni ideada ni deseada por Fulci. Fue obra del productor Ugo Tucci y del prolífico director René Cardona Jr.

La Cosa, John Carpenter (1982)

El remake que realizó el maestro John Carpenter en 1982 del clásico de Howard Hawks y Christian Nyby The Thing from Another World (1951) permanecerá en nuestra memoria como uno de las mejores películas fantásticas de todos los tiempos. Pero también se me quedó grabada esa escena final en la que los protagonistas esperan pacientemente a que el fuego se apague y ellos mueran sin saber si alguno de los dos es 'la cosa'. Existe un final alternativo en el que el perro consigue escapar dejando atrás el campamento.

Viernes 13. Parte 2, Steve Miner (1981)

En la continuación del seminal clásico del 'slasher', Steve Miner decidió repetir una escena que les dio muy buen resultado en la primera: el empalamiento en pareja. Aquí Jeff y Sandra están echando un buen casquete cuando aparece Jason y decide unirse a la juerga. La escena original era mucho más sangrienta y en ella Sandra, aún viva, intenta quitarse el muerto de encima.

Halloween, John Carpenter (1982)

Otra vez volvemos a recurrir a Carpenter, en esta ocasión es Halloween, el padre y la madre de todos los 'slashers' (con permiso de unos cuantos títulos anteriores). En este caso se trata de una escena en la que vemos al Doctor Loomis (Donald Pleasance) hablando con un comité psiquiátrico sobre el estado del joven Michael y su recomendación es que no salga jamás. Sin embargo, luego aparece un adolescente Michael en su habitación, en una de las pocas ocasiones en que le veremos.

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Demons, Lamberto Bava (1985)

Lamberto Bava, el hijo del genial Mario Bava, nos deleitó con uno de los films más gamberros y divertidos de los 80, mezcla de zombies, demonios, cinefilia barata y sangre a borbotones. Y, además, producido por Argento. Hay una escena en la que nuestros amigos callejeros italianos están conduciendo, disfrutando de la ciudad y de unos cuantos buenos gramos de coca. De repente toda la coca sale dispara por el coche y tienen que recogerla. Parte de ella va a parar a los turgentes pechos de la integrante femenina del grupo. La escena en la que su acompañante de la parte de atrás recoge la coca con una cuchilla fue censura en varios países.

La matanza de Texas 3, Jeff Burr (1990)

Es evidente que la primera parte de La Matanza de Texas, de Tope Hopper, es un clásico y una obra maestra indiscutible, pero el intento de renovación y acercamiento a los valores del 'slasher' y el 'splatter' de la mitad de los 80 que supuso la tercera parte de la saga merece una mención. Para ello contrataron al prometedor, por aquel entonces, Jeff Burr. La Matanza de Texas 3 es una obra totalmente infravalorada que supone todo un remake inconfeso adaptado a los nuevos tiempos. La escena en la que Sarah es destripada por nuestro querido Leatherface con su magnífica y nueva motosierra fue cortada en cuanto a longitud y crudeza para que el estudio productor, New Line, pudiera ganar una 'R' en su calificación.

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Poltergeist, Tobe Hooper (1982)

Uno de los mejores film sobre espíritus en la época en la que toda la familia podía ver unida una película de terror, y el trabajo que supuso el principio y el fin para Tobe Hooper dentro del 'starsystem' hollywoodiense. La famosa escena en la que la madre de familia es arrastrada hacia el techo por una fuerza maligna, fue rodada originalmente con un tono más oscuro y 'lovecraftiano'. Unos tentáculos en el techo arrastraban a la pobre madre hacia una muerte segura. Tras saber esto uno se pregunta: ¿Cuántas oscuras escenas más nos habremos perdido, si Spielberg no hubiera metido tanta mano?

Re-Animator, Stuart Gordon (1985)

A mediados de los 80, Stuart Gordon y Brian Yuzna crearon un tándem que parió algunos de los clásicos seminales dentro del cine fantástico y de terror, adaptando además algunas de las obras del inmortal H.P. Lovecraft. Re-Animator marcó un antes y un después en el género. La escena en la que Megan Halsey es reanimada por el doctor Dan Cain usando el fosforescente elixir de la vida/muerte y sus funestas consecuencias fue eliminada de la versión cinematográfica.

La Residencia, Chicho Ibáñez Serrador (1969)

Y para terminar un clásico entre los clásicos de la cinematografía patria, del gran Chicho Ibáñez Serrador. Una obra maestra (con un cierto sabor a Suspiria, de Argento) menospreciada, pero una auténtica obra de culto fuera. La censura de la época se cebó sobre ella en muchos aspectos y el director tuvo que vérselas canutas para poder evitar todos los tijeretazos que se le venían encima. Su gran carga erótica y ciertas dosis de violencia no fueron bien vistas por los censores de la época. En concreto destacaremos la escena en la que la Señora Fourneau da a Catherine un encendido beso en sus sangrantes llagas. Ahí es nada.