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Cultură

Las capitales europeas de la droga que nadie conoce

Todos los porreros quieren ir a los coffee shops de Ámsterdam, pero ¿has oído hablar de Lazarat o Rasquera?

Para muchos amantes de la hierba, uno de los destinos vacacionales predilectos es Ámsterdam, donde puedes fumar legalmente hasta acabar con tus pulmones. Trainspotting logró poner a Edimburgo en el mapa mental de consumidores de todo el mundo. Pero, ¿has oído hablar de Lazarat o Rasquera?

En 2013, el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (EMCDDA), comenzó un estudio que puso bajo la lupa a 42 ciudades europeas. A partir de un análisis de aguas residuales, se examinó el consumo de drogas en determinadas regiones. En los resultados aparecen ciudades que yo jamás hubiera asociado a una cultura de consumo excesivo de drogas. Lo cierto es que tampoco se me había pasado por la cabeza que, aparte de Ámsterdam, existieran lugares en Europa en los que el tráfico de droga marcara la pauta en la economía local.

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Aquí os presento, pues, algunas de las capitales secretas de la droga en Europa:

Amberes, Bélgica

Foto: Jean-Pol Grandmont | Wikimedia | CCBY-SA 3.0

Amberes es la capital de la cocaína. Es una ciudad en la que hasta las palomas van drogadas. Los belgas pueden conseguir de la cocaína más barata de Europa: el gramo cuesta una media de 50 euros. Más o menos el 25 por ciento de la cocaína que viene de Sudamérica pasa por Bélgica, y gran parte de esa porción circula por el puerto de Amberes. Solo un 2 por ciento de los contenedores que anualmente pasan por el puerto son revisados con rayos x, lo cual ha permitido que la ciudad se convierta en un punto clave en el comercio del polvo blanco en Europa.

Lazarat, Albania

Foto: Kris9710 | Wikimedia | CCBY-SA 3.0

Lazarat es un pueblo muy verde y todo lo que allí sea verde es cannabis. La hierba cuesta una décima parte de lo que cuesta en un coffee shop de Ámsterdam. Se cultiva como negocio familiar y, al parecer, para los habitantes del pueblo, cuando se trata de la familia, las cosas van muy en serio. El año pasado, la policía hizo una redada para destruir una plantación. Los campesinos salieron a la defensa y la cosa acabó en un tiroteo digno de Hollywood. Desde entonces, las autoridades no han vuelto a intentar controlar el cultivo de cannabis en el lugar.

Dresde, Alemania

Foto: Jiuguang Wang | Flickr | CCBY-SA 2.0

Lo que más le gusta a la gente de Dresde es la metanfetamina. Los jueves aumenta el consumo de drogas y aunque no se sabe con certeza por qué, debe tenerse en cuenta que ese es el día de la semana en que llega nueva mercancía. Cerca de la frontera checa hay un comercio dinámico. Cada año se encuentran entre 200 y 300 laboratorios de droga por toda la ciudad. La demanda de metanfetamina es tan alta que incluso algunos camellos ofrecen tarjetas de descuento por la fidelidad de los clientes.

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Fráncfort, Alemania

Foto: Simsalabimbam | Wikimedia | CCBY-SA 3.0

Fráncfort es y será siempre la capital alemana de la droga. Gracias a su aeropuerto internacional, la ciudad se ha convertido en el lugar preferido de contrabandistas y traficantes de droga. El interior de Alemania también conserva el título de la capital del crack. Según la Oficina Federal de Investigación Criminal de Alemania (BKA), esta droga es difícil de conseguir fuera de Fráncfort y Hamburgo.

Novi Sad, Serbia

Foto: Ivan Aleksic | Flickr | CCBY 2.0

Noticia dirigida a los amantes de la marihuana: Ámsterdam no es, como muchos piensan, la ciudad que lidera el ranking de consumo de cannabis en Europa. En el puesto número 1 está Novi Sad, la segunda ciudad más grande de Serbia. A ella le siguen Ámsterdam y París (segunda y tercera posición respectivamente). Algunos registros de principios del siglo XV prueban que en la época había una producción industrial de cáñamo en la región de Vojvodina, alrededor de Novi Sad. En algún momento, a alguien se le tuvo que haber ocurrido aplicar esta experiencia a otras formas de explotación. Así nació la ciudad con mayor índice de cultivo de marihuana de Europa.

Glasgow, Escocia

Foto: John Lindie | Wikimedia | CCBY 2.0

Tráfico de personas, prostitución y lavado de dinero: todas las cosas que trae consigo un cártel de droga las puedes encontrar en Escocia. Disfrazados como jardineros, inmigrantes ilegales chinos o vietnamitas cultivan plantas en granjas de cannabis. Los «jardineros» controlan alrededor del 75 por ciento del mercado. Se cultiva en todas partes: desde edificios de fábricas abandonadas hasta apartamentos de barrios residenciales. Los bajos precios inmobiliarios de Glasgow, en comparación con Londres, fueron definitivos para la expansión de los cárteles en la zona. La participación de Escocia en la exportación de cannabis sigue aumentando y lo ha convertido en uno de los negocios de exportación de marihuana y hachís más grandes del mercado.