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No, las Oreo no son tan adictivas como la cocaína

Deberíamos preocuparnos más porque las Oreo Doble tengan sólo un 1,86 más de relleno que las normales.

Si le dieras una galleta a un ratón, podrías seguirlo por toda tu casa mientras el ratón intenta llevar a cabo actividades tediosas, o podrías encerrarlo en una caja, darle más galletas y después hacer esta escandalosa declaración: las Oreo son tan adictivas como la cocaína.

Unos estudiantes de la Universidad de Connecticut optaron por la segunda opción, y las consecuencias fueron un poco bastante bestias ya que la conclusión de su súper estudio llegó a medios de comunicación de todo el mundo. Si buscas en Google "oreo cocaína" podrás leer un montón de noticias sobre el asunto.

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Vamos a explicar paso a paso cómo se llevó a cabo este experimento que todavía no ha sido revisado ni presentado. Metieron a los ratones en un laberinto. En un extremo había una Oreo y en el otro una tortita de arroz. Los ratones tenían que decidir si querían comer la Oreo en lugar de la tortita arroz para así demostrar de una vez por todas que los ratones prefieren las galletas a la comida sin sabor y con textura de poliestireno.

"Al igual que a los humanos, a las ratas les chifla comer Oreos", dijo uno de los investigadores en un comunicado de prensa. El mismo comunicado dice: "Los estudiantes de la Universidad de Connecticut y un profesor de neurociencia han descubierto que la galleta favorita de Estados Unidos es igual de adictiva que la cocaína".

La verdad es que no sé si esos hallazgos fueron redactados por los investigadores o los publicistas que escribieron la nota de prensa. He contactado con el equipo de comunicación de la Universidad de Connecticut y con los investigadores, así que cuando me contesten os lo haré saber.

Pero volvamos al estudio: como forma de control, hicieron de nuevo el mismo experimento, esta vez con la Oreo bañada en cocaína o morfina y la tortita de arroz en una solución salina. Sorprendentemente los ratones prefirieron la "droga" a la "no droga".

Sinceramente, la investigación puede ser invalidada fácilmente. Los estudiantes universitarios, si quieren, pueden realizar experimentos de este tipo. No hay nada implícitamente malo en querer realizar ese estudio, así como tampoco hay nada implícitamente malo en hablar sobre cómo los ratones se comieron las Oreo como si fuera importante (por si os lo estáis preguntando, primero se zamparon el relleno).

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Pero cuando los medios de comunicación con más alcance hablan del estudio, pueden ser muy perjudiciales, según Carl Erickson, director del Centro de Investigación y Educación sobre Adicciones de la Universidad de Texas.

"Creo que un estudio como éste puede puede distorsionar qué es y qué no es una adicción", dijo Erickson. "No existe ninguna ciencia que pueda afirmar que un alimento sea adictivo por mucho que la mayoría de la gente lo piense. Algunos periodistas publican este tipo de noticias sensacionalistas tratando de hacer creer a la gente que puedes ser adicto a la lencería, la comida, los teléfonos móviles, a los rayos uva, etc.".

En términos médicos, la palabra "adicción" nunca se menciona en el Manual Estadístico y Diagnóstico de Desórdenes Mentales IV (que es el sistema de clasificación de salud mental más usado).

"El DSM-IV nunca utiliza la palabra adicción. Lo que hace es describir la dependencia química. Ni siquiera a la ludopatía se le denomina "adicción", se le llama "desorden de apuestas compulsivas". Así ya queda claro que alguna gente tiene problemas apostando", dijo Erickson. "No existe motivo para llamarlo adicción".

¿Entonces qué pasa? ¿La galleta Oreo activa más neuronas que la cocaína o la morfina? Ese hallazgo es como comparar manzanas y… meterte una raya de coca. Son diferentes mecanismos de acción y sólo porque algo "activa más neuronas" no significa que sea más adictivo. Puedes dejar de comer Oreo sin síntomas físicos. Es más, si no quieres una Oreo puedes comerte una Chips Ahoy. En cambio eso no se puede hacer con, por ejemplo, el alcohol. No puedes pasar de tomar dos litros de vodka al día a tomar dos litros de zumo de naranja.

"La dependencia se produce al no poder dejar de tomar la droga sin ayuda médica y psicológica. Preferir comer Oreos en lugar de una tortita de arroz no es un desorden mental".

De todas formas, los estudiantes en la Universidad de Connecticut no son los únicos culpables. Hasta la fecha se han realizado miles de estudios comparando la adicción a cosas sinsentido (el poder, el jarabe de maíz) con la cocaína.

Es sensacionalista decir que algo es "tan adictivo como la cocaína", y también es una manera de conseguir que la gente se fije en tu estudio. Pero incluso los investigadores de adicciones están divididos a la hora de definir cuánto de "adictiva" es una sustancia. Esa es una de las razones por la que nunca ha sido clasificada en el Manual Estadístico y Diagnóstico de Desórdenes Mentales IV.

Lee el artículo original en Motherboard