Las Raves ilegales de los 90 en Brighton

Estas fotografías se hicieron entre 1993 y 1994. Acababa de salir del ejército británico y me mudé a Brighton, una ciudad llena de vagos perpetuos, estudiantes y fiestones… Tenía algunos amigos que habían servido en la misma unidad militar que yo, también vivían allí y con ellos vagabundeaba por el pueblo. Sin embargo, todo cambió cuando los metieron en prisión.

Me junté con un montón de gente nueva que conocí en un taller en London Road. Tenía un cuarto pequeño y oscuro que utilizaba para revelar fotos. Llevaba mi cámara a las fiestas ilegales de las madrugadas de los fines de semana de verano. Muchos de los que iban a esas fiestas se metían éxtasis, LSD y speed.

Se trataba de pasárselo bien, drogarse y vivir el “viaje”. Estábamos al límite y nos lo pasábamos extrañamente bien. Éramos una mancha inconformista en la sociedad británica, puesto que estábamos totalmente en contra de todo lo que Margaret Thatcher/John Major/el gobierno del Partido Conservador representaban.

Todo cambió un fin de semana: yo estaba bajo los efectos del LSD y me atracaron violentamente. Un musculitos con bigote me dio como 30 puñetazos. Quería quitarme el reloj y la cartera. Solo le di la cartera porque el reloj era especial para mí, perteneció a mi padre, que acababa de morir de cáncer de garganta.

Después de eso seguí corriéndome juergas durante semanas, pero la cosa se puso bastante fea. Se dieron casos de suicidio, la gente se tiraba de los acantilados. Además, como se corrió la voz y las fiestas empezaron a hacerse conocidas, los camellos de Londres empezaron a venir armados, y traían heroína y crack. Algunos estaban demasiado enganchados. Supongo que tenían depresiones por culpa del speed y se refugiaban en la heroína o el crack. Los afortunados fuimos capaces de salir de ahí y salir adelante.

Si quieres saber más sobre el trabajo de Stuart Griffith haz click aquí.