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Las tarjetas black de las bandas latinas

Una navaja plegable y con apariencia de tarjeta de crédito se ha convertido en arma blanca habitual de las bandas latinas, según la policía. Fáciles de camuflar y esconder, la proliferación de este tipo de navajas ha obligado a los cuerpos de seguridad...

La reciente muerte de un joven en Barcelona hace temer un rebrote de la violencia entre bandas latinas. La presión policial sobre ellas está provocando cambios en los hábitos de los miembros de estos grupos organizados. "Para pasar más desapercibidos los pandilleros han modificado sus atuendos. Por ejemplo, ha disminuido el uso de pañuelos con los colores distintivos de cada banda", explican fuentes de los Mossos d'Esquadra encargadas de patrullar la región sur del área metropolitana de Barcelona. Los barrios sureños de la capital catalana y L'Hospitalet de Llobregat constituyen una de las zonas de España con mayor presencia de bandas latinas.

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"El cambio de conducta también puede observarse en la tipología de armas blancas que se ha requisado en los últimos operativos. Llama la atención una navaja plegable y con forma de tarjeta de crédito que puede esconderse fácilmente en la cartera y pasa muy desapercibida", advierten dichas fuentes. Los agentes se refieren a una navaja –principalmente de color negro– que puede adquirirse en Internet por poco más de cinco euros y cuyos efectos dañinos son los mismos de cualquier arma blanca si ésta se utiliza de forma inadecuada.

La proliferación de estas tarjetas black entre las bandas latinas ha obligado a los cuerpos de seguridad a realizar cacheos mucho más exhaustivos y a prestar especial atención a pertenencias como las carteras donde antes era poco probable que pudieran esconderse este tipo de armas. "Somos mucho más minuciosos en los registros. A parte de las tarjetas, también existen hebillas de cinturón que se convierten en navajas o cuchillas de afeitar que se esconden fácilmente en las comisuras interiores de la gorra", detallan fuentes de la policía catalana.

La relativa calma que se vivía en el área metropolitana de Barcelona –sin ningún muerto a manos de las bandas latinas desde la primavera de 2012– se rompió la noche del jueves 18 de diciembre cuando un adolescente perdió la vida tras recibir, al menos, una puñalada en el pecho en un parque cercano a la estación de trenes de Sants. Según ha podio saber VICE, la policía sospecha que el ataque podría haberse perpetrado con una katana.

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El joven que falleció a causa de una hemorragia en el pecho no portaba documentación en el momento que llegaron los servicios policiales y de emergencia, pero se cree que es un adolescente de origen ecuatoriano de entre 15 y 17 años. Los Mossos d'Esquadra están en alerta máxima ante el miedo que pueda producirse un brote de la violencia entre bandas latinas, principalmente en la parte sur de Barcelona y el área del Llobregat, donde más presencia tienen estos grupos.

Según datos de la Conselleria de Interior de la Generalitat de Catalunya, en los últimos cinco años se han reducido aproximadamente a la mitad los miembros de estas bandas criminales organizadas, pasando de 5.000 a 2.400 en Cataluña.

Actualmente se calcula que hay unos 900 Latin Kings repartidos por todo el territorio catalán, pero concentrados mayoritariamente en el área metropolitana de Barcelona. El siguiente grupo más numeroso son los Ñetas, con 700 miembros, seguidos de los Black Panthers y los Bloods, con 250 miembros cada uno, los Trinitarios, con unos 200, y la Mara Salvatrucha 13, con menos de 200. Según el balance de los Mossos, el fenómeno afecta a menos del 1% de los inmigrantes latinoamericanos. De hecho, el 16% de los detenidos de estas bandas son de nacionalidad española y el resto suelen ser magrebíes, de la Europa del Este e incluso Pakistán.

La creación de una unidad especializada de los Mossos d'Esquadra en la lucha contra este tipo de bandas ha jugado un papel clave en la reducción de la actividad criminal de este tipo de grupos. A la intensificación de las patrullas callejeras en las plazas y parques donde suelen reunirse los pandilleros, hay que añadir un mayor control en los centros educativos y un programa de protección para los miembros que deciden abandonarlas. Salvando las distancias, es un protocolo semejante al que los carabinieri tienen en funcionamiento en Italia para proteger a los integrantes arrepentidos de la mafia. "La información que facilitan los arrepentidos es fundamental para desarticular estos grupos y permiten un mayor conocimiento de su modus operandi y reglas internas", destacan fuentes policiales. Sin ser un servicio de escolta 24 horas, la policía catalana visita y establece contacto frecuente con los ex-miembros de las bandas que suelen estar amenazados de muerte por sus antiguos compañeros.

La última gran operación de la policía autonómica catalana en colaboración con la Fiscalía de Menores de Barcelona se produjo en l'Hospitalet en julio de 2014 cuando se detuvieron a 25 jóvenes, entre ellos 12 menores de edad, en una operación en la que se descabezó al grupo conocido como Los Menores o Punto Five, considerado una filial de la que se nutrían posteriormente bandas latinas como los Black Panthers, los Bloods y los Trinitarios. Los detenidos estaban acusados de los delitos de lesiones, obstrucción a la justicia, pertenencia a organización criminal, tráfico de drogas, extorsiones y agresiones sexuales.

"Las diferentes bandas latinas se reparten el control de parques, discotecas y centros educativos para traficar con drogas, su principal vía de financiación", explican fuentes policiales de la región del Llobregat. A pesar de la reducción de las reyertas y un control mucho más estrecho, los cuerpos de seguridad observan con preocupación el auge de las bandas dominicanas y centroamericanas en detrimento de Ñetas y Latin Kings, formadas principalmente por miembros suramericanos cada más jóvenes (a partir de 13 años). Los expertos policiales distinguen entre los grupos que mantienen vínculos o incluso dependencia con los grupos originarios en Estados Unidos o América Latina y los que simplemente actúan por mimetismo

En este contexto, las últimas operaciones de los diferentes cuerpos de seguridad españoles han sido claves para frustrar el intento de la Mara Salvatrucha 13 de asentarse en España. En marzo de 2014 la Guardia Civil detuvo a 35 sospechosos, entre los que destacaban dos ciudadanos salvadoreños que la banda había enviado a la península para actuar como embajadores de la organización criminal. Uno de ellos, era el responsable de la llamada clica (unidad territorial marera) de Alicante, mientras que el otro embajador debía encargarse de la coordinación de la Mara Salvatrucha 13 en Barcelona. A medio plazo, el objetivo de la banda era utilizar España como trampolín para ampliar su actividad delictiva a otros puntos de Europa.