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Cosas que aprendí usando Ashley Madison para conocer a hombres casados

Esta historia narra las experiencias de una mujer soltera que se abrió un perfil en la plataforma para tener encuentros con hombres casados.

Hace unos días publicamos el artículo de un hombre casado que engañaba a su mujer usando la página de citas Ashley Madison . Siguiendo la misma línea, esta historia narra las experiencias de una mujer soltera que se abrió un perfil en la misma plataforma para tener encuentros con hombres casados.

La semana pasada salí con un chico muy majo. Habíamos quedado en un bar y pasamos un buen rato. El tipo era encantador, educado e increíblemente atento. Tuvo la elegancia de pagar la cuenta y me preguntó si volveríamos a vernos pronto. Le dije que sí. Luego me paró un taxi, pagó la carrera por adelantado y me dio las buenas noches.

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Antes de que preguntes: sí, sabía que estaba casado.

Nos conocimos por internet, en Ashley Madison, un sitio web de citas para personas casadas que buscan una aventura.

Soy una mujer con formación universitaria, treinta y pocos años y un entorno familiar estable (no tengo necesidad de buscar a ningún "papito" que me cuide). También estoy soltera. De vez en cuando me entra un arrebato de soledad, pero no hasta el punto de querer atarme a una pareja. Tengo una trayectoria que forjarme y actualmente no puedo perder tiempo atendiendo las necesidades, los deseos o los sentimientos de nadie. Ashley Madison se me presentó como una buena oportunidad para conocer a gente al margen de mi círculo social más inmediato y para disfrutar de lo mejor de la ciudad (buenas cenas y copas pagadas con el dinero de otro). Y lo mejor de todo, no era necesario comprometerse, porque todos aquellos hombres ya tenían un anillo en el dedo.

Si te encuentras en una situación similar y estás pensando en hacer una incursión en Ashley Madison, te aconsejo que andes con mucho ojo. Esto es lo que yo he visto, oído y aprendido…

Los hombres se creen más encantadores de lo que realmente son

La mayoría de los hombres que conocí en Ashley Madison creen ser Don Draper, como mínimo. Se creen que invitándote a alguna copa aburrida y pronunciando las palabras adecuadas ("trabajo en publicidad / tecnología / moda / finanzas"), las mujeres caerán rendidas a sus pies con las bragas bajadas. Pero lo cierto es que ninguno de ellos es tan encantador ni sabe cómo hablar a las mujeres. Cómo han conseguido casarse con una es algo que escapa a mi comprensión.

Pongamos como ejemplo el caso de John. Fue uno de los primeros en enviarme un mensaje por Ashley Madison. John buscaba a ese "alguien especial" con quien poder "contemplar las estrellas". Su perfil es el del típico usuario de Ashley Madison: un hombre casado, blanco, adinerado y que viaja mucho, lo cual le beneficia porque así puede mantener sus aventuras al margen del resto de su vida. Tras intercambiar varios mensajes, John finalmente se armó valor y me invitó a cenar. Acepté la invitación y nos encontramos en un bar pequeño y hortera del centro de Manhattan.

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En las fotos, John parecía el clásico padre de mediana edad, sanote, con polos de rayas, zapatillas de deporte, etc. Pero en persona, la cosa era muy distinta: tenía un aspecto desaliñado y cansado, con camisa y pantalones demasiado ajustados y manchados de comida. Fue una cita tensa, no muy distinta a como habría discurrido una entrevista de trabajo un poco extraña: "¿Lo habías hecho alguna vez? ¿Por qué lo haces? ¿Cuál es tu postura favorita? ¿Y el postre que más te gusta?".

Pese a la evidente falta de química, decidimos seguir adelante con la cena, en parte porque soy bastante optimista y también porque estaba sin blanca. Él pidió pasta a la boloñesa, que devoró masticándola con la boca abierta. Un rato después, hacia el final de nuestra "cita", John me agarró firmemente la mandíbula y me besó. A continuación me propuso que nos acostáramos. Me deshice como pude de su mano grasienta y rechacé rápidamente su ofrecimiento. Afortunadamente, nunca más he vuelto a verlo. Tampoco he vuelto a comer salsa boloñesa.

La lección: Los hombres que encontrarás en Ashley Madison no son precisamente el súmmum de la refinación. ¿Qué se podía esperar, cuando lo único que quieren es darse un revolcón?

Hay mujeres que han puesto el listón muy bajo

Siendo como es Ashley Madison una página en la que abundan las estafas, las chicas que cobran por salir en webcam y las que buscan un hombre monedero que les solucione la vida, la mayoría de los usuarios quedan extasiados cuando les das algún tipo de respuesta, aunque sea borde. A ellos les cuesta dinero enviar un mensaje a una mujer, mientras que nosotras solo tenemos que esperar tranquilamente a que paguen. Con semejante panorama, una respuesta tuya es recibida como una rayo de esperanza en la oscuridad y la soledad del abismo de internet.

No olvidemos que este sitio web está pensado para gente casada, así que con cada conversación, hay que prepararse para una buena sesión de desahogo y de terapia improvisada: "¡Mi mujer nunca tiene ganas de sexo!", o "Mi mujer me riñe por todo". Es agotador, pero también tiene su lado positivo: cuando te están comparando con alguien en quien han perdido todo el interés, es imposible quedar mal.

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Ser "la otra" tiene otras ventajas, también. En primer lugar, dado que estos hombres ya están casados, se evita el problema de las expectativas domésticas o familiares. Bastante tienen con sus mujeres. Lo único que quieren es pasar un buen rato contigo. En segundo lugar, tu independencia y la vida que te has ido creando no corren ningún peligro. Eres libre. En tercer lugar, siempre te vas a llevar lo mejor de esos hombres, el mejor trato. Más les vale si quieren llegar a algo.

Otro punto positivo es que difícilmente sentirás el agobio o el aburrimiento que podrías experimentar en una relación "normal".

Todos mienten

En esta página, las mentiras abundan. Para empezar, todo el que tenga un perfil está mintiendo a su cónyuge, por lo que cabe la posibilidad de que en algún momento también tú seas víctima de esas mentiras. Ejemplo práctico: las fotos. Los hombres suelen poner fotos suyas de hace cinco años aunque, bueno, tampoco es tan grave. También pasa en otros sitios de citas. Pero una vez un tipo me envió una foto de Mikhail Baryshnikov como si fuera él. Para su desgracia, reconocí al hombre de la foto y se lo eché en cara. No tuvo más remedio que admitir que no era su foto, pero que un amigo le había dicho que se "parecía bastante a él". Lo dudo mucho.

Los perfiles que no son un derroche de mentiras están llenos de tópicos. Este es un ejemplo real de lo que se puede leer en los perfiles de Ashley Madison:

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· "Busco química"

· "Busco una aventura"

· "Quiero una mujer de verdad"

· "¡Paso de problemas!"

· "¿Te apetece jugar?"

Los mensajes iniciales suelen ser presentaciones de "copia-pega", repletos de más tópicos y mentiras. Una vez recibí el siguiente mensaje: "Armas de placer masivo… ¡Hola! Soy alto (1,85 m), bien dotado y muy atlético (79 kg). Soy muy fogoso en la cama. Inteligente, encantador y educado. Poseo el don de la elocuencia, pero también sé cuando mantener la boca cerrada. Tengo una vida profesional muy satisfactoria. Busco una relación sexualmente intensa, apasionada y divertida. Llevo un estilo de vida saludable y busco una mujer similar. En la cama soy dominante. Salúdame si estás interesada".

Cuando le dije lo aburrida y repetitiva que era su presentación, respondió: "¡Lol! Me has pillado, pero tienes que entender que si no esto se convierte casi en un trabajo a tiempo completo". Un trabajo muy mal pagado y al que dedican muchas horas.

Es muy probable que encuentres hombres desesperados y raros

Supongo que no hace falta que diga que tu seguridad tiene que ser lo primero. Hay que evitar facilitar datos personales a no ser que hayas llegado a algo serio, aunque este consejo puede aplicarse en cualquier plataforma de citas. La mayoría de los hombres que encuentras en Ashley Madison no están ahí porque quieren cambiar su situación matrimonial, por lo que si no estás interesada, se limitarán a apartarse discretamente. Sin embargo, debo reconocer que he tenido un par de experiencias con tíos que me han acosado o con un comportamiento extraño. A veces me sorprende lo ciega que está la gente en estos sitios como para no darse cuenta de cómo puede llegar alguien a joderte la vida.

¿Te acuerdas de John? Bien, pues después de nueve meses de silencio, empecé a recibir mensajes suyos de nuevo. "¡Hola! ¿Chateamos? ¡He estado pensando en ti!". Ante mi silencio, atacó de nuevo: "¿¿¿Solo una copa??? Empecemos bien el Año Nuevo. ¡Di que sí!". Como esta página permite a los hombres ver si hemos abierto los mensajes, su siguiente texto fue: "TODAVÍA ME ACUERDO DE AQUELLA NOCHE Y DE LA SENSACIÓN AL BESARTE. TÓMATE UNA COPA CONMIGO. DI QUE SÍ".

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Lo bloqueé rápidamente. A continuación me inundó la cuenta de Gmail de mensajes ardientes y obsesivos. "No sabía lo que hacía la última vez. Sé que vives en el centro. Lo sé. Voy a ir a verte. POR FAVOR DIME ALGO. DI QUE SÍ. DI QUE SÍ. ¡LO NECESITO!". Lo que necesitaba era una buena dosis de indiferencia, y se la di.

Me gustaría poder decir que fue la única vez que recibí mensajes de ese tipo. Hace un tiempo estuve chateando con un tipo llamado James con bastante regularidad. Luego me desbordó el trabajo y me olvidé un poco de él. Pero él no se olvidó de mí y me lo hizo saber: "Aunque nos conocemos de hace poco, no te puedo sacar de la cabeza. He pensado en que tú serías mi novia/confidente/cómplice ideal. Te he elegido a ti y debes acatar mi decisión. Mi búsqueda NO estará completa hasta que te haya conocido y compruebe que eres el paquete con el que sueño. Tienes mi correo personal. MEJOR RESPONDE AHÍ. ÚSALO. DATE PRISA". Me di prisa en bloquearlo. Fin de la búsqueda.

A pesar de todo, se pueden sacar muchas cosas positivas de esto

Pese a todo ese río de mierda en el que casi me ahogo, no fue todo en vano. Me llevé unas cuantas cenas riquísimas y copas sin gastar un céntimo, pude conocer un poco de las vidas de hombres ricos y poderosos y tuve el privilegio de echar un vistazo a la a veces deprimente dinámica del matrimonio y convencerme de que no es para todo el mundo, y desde luego tampoco para mí.

Pero lo más importante es que me di cuenta de que la mayoría de esos hombres –que habían tenido la suerte de encontrar una mujer que aguantara sus desagradables hábitos, follara con ellos y los cuidaran incondicionalmente- realmente no están dispuestos a alterar el equilibrio en el que se sustenta su matrimonio. Por supuesto que había excusas para la infidelidad. He oído de todo:

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· "Me casé muy pronto"

· "Mi mujer no me aprecia"

· "Estoy atrapado en la rutina"

· "Cuando llegaron los niños todo se fue al traste"

· "Soy adicto al sexo"

· "Mi mujer tiene una aventura"

· "Nos hemos acomodado"

Al final me lo pasé muy bien con Ashley Madison. Si creyera en el karma, diría que seguramente en algún momento de mi vida pagaré por lo que he hecho, pero lo cierto es que seguramente eso no sucederá.

Traducción por Mario Abad.