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Los árboles de Franco contraatacan

Madrid es la segunda ciudad del mundo con más árboles. Ahora se han empezado a caer y ya ha habido dos muertos y varios heridos. ¿Por qué se están viniendo abajo?

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“Mira, no puedes publicar mi nombre: si se enteran de que he hablado contigo, tendría un problema”. Este jardinero del Ayuntamiento de Madrid, uno de los veteranos, lleva "una vida dedicada a los árboles" de su ciudad desde el "servicio público". Por eso no quiere dar su nombre. Por eso y porque lo que va a decirnos no le hará mucha gracia a sus jefes. Los árboles de Madrid han protagonizado uno de los culebrones mediáticos del verano en España después de empezar a caer sobre las aceras y los parques de Madrid, provocando dos muertos -en junio y principios de septiembre-, y la ciudad y sus responsables de medioambiente se enfrentan a un problema que, por tener, tiene hasta su comité de expertos.

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¿Es la crisis? ¿Son los recortes? ¿El azar? ¿Hay un hongo? ¿Es el agua reciclada que se utiliza para el riego urbano? ¿El viento? ¿O son esas dos muertes las que han colocado el tema en las portadas de los medios y lo han recubierto de un halo de falsa trascendencia? Pablo -que no se llama Pablo- lo tiene claro: “Es una suma de factores, pero evidentemente la crisis, que se expresa en forma de recortes, es la que está detrás de lo que está pasando. Es verdad que ha habido mala suerte y que las dos muertes hacen que esto salga en las noticias y que todo el mundo se ponga a preguntar, pero ahora somos menos jardineros y, además, las empresas que se han empezado a dedicar al tema, las subcontratas del Ayuntamiento, no están especializadas ni el material ni en las técnicas que utilizan”. Lo recortes son incontestables: desde 2009 hay 102 jardineros menos en Madrid y de 330 se ha pasado a 228, según el sindicato UGT. Además, el presupuesto se ha reducido en un 30%.

Las replantaciones de Franco

“El problema es más de fondo”. Tanto que si se mira con detenimiento, asusta un poco. Cual Hegel de la botánica urbana desgranando un tratado de dialéctica social, Pablo tira de los libros de historia reciente para explicarnos que “uno de los ángulos más interesantes del tema son las grandes replantaciones de la historia de España, y en especial de Madrid”. Digno de una tesis de macrojardinería política. La segunda ciudad con más árboles del mundo, después de Tokio, con dos millones de troncos y copas desplegados a lo largo de su área urbana, se ha enfrentado a dos replantaciones masivas a lo largo del siglo XX: una tras la Guerra Civil -sobra imaginarse el paisaje- y otra después de la muerte de Franco, como símbolo frondoso de la Transición política.

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Dos grandes momentos que abrochan nuestro siglo XX, y los árboles como tempo de los grandes cambios y las grandes recuperaciones. Eso mantiene Pablo y eso nos lleva hasta nuestros atribulados años: una época en la que la crisis financiera y política y la explosión de la burbuja inmobiliaria han colocado a España ante otro gran reto histórico: una especie de Segunda Transición -o final de la misma- que según Pablo puede leerse en términos de jardinería urbana.

Lo números, no obstante, son obstinados, y el Ayuntamiento, a la espera de cerrar cifras oficiales, responde con ellos:  “En el año 2011-2012 hubo 267 incidentes entre caídas de árboles y ramas; en el 2012-2013 hubo 277 y en 2013-2014 son 230. Como verás, en número de reclamaciones es muy similar a años anteriores”. Pero hay más: según el Ayuntamiento, “la última campaña de poda fue mayor que la anterior”, y supuso “concretamente un 60% más de árboles podados”. En cuanto a los apeos y talas, “también se han incrementado”, hasta en un “230%”.

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En este sentido, el consistorio dirigido por Ana Botella, ex encargada del PP en el área de medioambiente en el anterior ciclo legislativo, mantiene que en lo relativo a “las campaña de poda, entre octubre y marzo más o menos dependiendo de la climatología”, y “las labores de arboricultura y tratamientos fitosanitarios derivados de falta de visibilidad, petición vecinal o mal estado de una rama”, en agosto “se dio la orden a de intensificar las labores de mantenimiento, control y vigilancia del arbolado urbano”. Entre el 8 de agosto y el 8 de septiembre, de los cuatro millones de inspecciones que se han prometido solo en el Retiro, “se han realizado ya 170.246 extraordinarias”. Y aquí llega, según Pablo, uno de los mayores problemas.

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El jardinero del Ayuntamiento denuncia que “las empresas a las que se le han encargado el tema en los últimos años no son especialistas”, y que ni “el material que utilizan” ni “su conocimiento sobre el tema” son, en muchas ocasiones, “los de gente que lleva toda la vida en esto y se conoce los trucos y la letra pequeña del oficio”. De este modo, según Pablo, “por mucho que se pode y se actúe, no se está atajando el problema latente: se está degradando un oficio”.

Algunos árboles infectados

Juan García Vicente, de Ecologistas en Acción, corrobora esta tesis. Según este activista madrileño, “los recortes y la crisis están en el centro del problema”, pero se está perdiendo “oficio, eso es evidente”. Para averiguar lo primero, la ONG está preparando un informe sobre los olmos, los plátanos de paseo, los piños piñoneros y el resto de especies que han tenido problemas en estos últimos meses en Madrid. García Vicente, de paso, descarta que pueda haber “algo que investigar en cuanto al agua urbana reciclada que se utiliza para regar” en Madrid -de hecho, el agua urbana reciclada, si no posee grandes cantidades de agua proveniente de las casas, es rica en nutrientes como el fósforo-. “Pero lo que está pasando tampoco es fruto de la casualidad, ni estamos en un escenario en el que la mala suerte, que la habido, es la única responsable”, apunta el portavoz de Ecologistas en Acción.

García Vicente también tiene claro que algunos de los árboles de Madrid “están infectados con un hongo”, y nos manda fotografías para demostrarlo. Árboles podridos y viejos. Malas podas -”a veces eliminan la copa entera en vez de hacer algo más selectivo y cuidado”-, accidentes y el paso del tiempo. Porque según García las hojas del calendario son otro de los factores clave: “Uno de los grandes factores es a longevidad de los árboles, pero no olvidemos la mala elección, en ocasiones, de las especies”. Muchas, ”algunas más pronto de lo debido”, al parecer “han llegado al final de su ciclo vital”, de su existencia.

Se desmoronan en plena ciudad, mientras los ciudadanos, ricos y pobres, directores y mendigos, hipsters, punkis, normcores y niños pijos, intentan hacer su vida mientras corren, van al trabajo, vuelven de hacer la compra, pasean al perro o arrancan su moto. ¿Estará pasando lo mismo con la Transición?