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El número de ¿Y tú qué coño estás mirando?

Los argentinos necesitan dólares

La economía argentina tiene problemas. Gracias a las políticas proteccionistas de su presidenta, el comercio con otros países está restringido, la inflación ha subido y hay escasez de dólares.

Foto cortesía de iStockphoto/Buenaventuramariano

La economía argentina tiene problemas. Gracias a las políticas proteccionistas de su presidenta Cristina Kirchner, el comercio con otros países está restringido, la inflación ha subido y hay escasez de dólares tanto en las reservas de moneda extranjera del gobierno como en las calles. Esto ha llevado a que el gobierno tenga que poner restricciones a los ciudadanos a la hora de cambiar pesos argentinos por dólares en el libre mercado, es lo que se conoce como “Mordaza del dólar”. Pero que te lo diga la presidenta Kirchner, allí todo va muy bien.

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“Puedo asegurar que no hay restricción de dólares”, dijo la presidenta a finales de septiembre en la televisión estatal, en una de sus escasas entrevistas. “Acabo de volver de Nueva York y estaba llena de turistas argentinos que me saludaban con la mano. No hay restricción de dólares”.

En el mejor de los casos, la presidenta está utilizando a los turistas en Nueva York como barómetro económico de su país; en el peor, es una mentira a cara descubierta y un insulto a la inteligencia de los argentinos. El hecho es que los residentes que quieran cambiar pesos por los más fiables dólares tienen que apechugar con una cantidad ingente de burocracia y demostrar que van a salir del país. “Si viajas a los países fronterizos, te venderán el dinero local; te darán dólares si viajas a América”, dice Marco Mora*, un funcionario del gobierno “Pero dan igual tus necesidades, porque la cantidad que te dan es inservible”.

Y aún peor es que el gobierno no suministra a sus ciudadanos dinero en efectivo; lo deposita directamente en sus cuentas bancarias, llevándose así un 20 por ciento en impuestos cuando sus ciudadanos utilizan sus tarjetas de crédito o débito en el extranjero.

Para sortear estas restricciones, ha emergido un mercado negro técnicamente ilegal pero generalizado llamado dólar azul, en el que los pesos pueden cambiarse por la moneda de EE.UU. En el distrito financiero de Buenos Aires puedes encontrarte personajes gritando sin tapujos “Cambio, cambio” entre policías e inspectores de impuestos.

“Saben lo que está pasando”, según dice Marcelo, uno de los cambistas, pero también saben que no pueden hacer nada para detener estos intercambios ilegales. El dólar azul está tan al descubierto que el tipo de cambio se publica en los periódicos y en una cuenta de Twitter (@DolarBlue) con más de 31.000 seguidores. En el momento de escribir esto, el cambio no oficial era de 9,80 pesos por dólar y en ascenso, siendo varios pesos más que el de las cifras oficiales del gobierno.

Si no quieres que te engañen, debes conocer este número en constante fluctuación. Marcelo me llevó a la 14a planta de un edificio comercial donde se llevaban a cabo intercambios de divisas detrás de un cristal blindado. Era un poco turbio, pero mucho mejor que tener que tratar con el gobierno.

*Algunos nombres han sido cambiados para proteger a los entrevistados.