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Las chinches desalojan a los vecinos de Lavapiés

Colchones en la calle, vecinos desalojados durante días y el Ayuntamiento que no acaba de tomar cartas en el asunto. Estos insectos se han hecho fuertes en el centro de Madrid.

La noticia saltó hace unas semanas. Comenzaron a darse casos de plagas de chinches y las llamadas a los fumigadores aumentaron respecto a otros años en el barrio de Lavapiés, de dos o tres casos a más de diez al mes. El problema se agravó cuando comenzó el desfile de colchones en la calle, que reposaban junto a los contenedores durante días sin que el servicio del Ayuntamiento responsable los retirara.

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En esos momentos, no se veía un problema de salud pública por parte de los gobernantes madrileños. Aprovechando la situación y buen estado de los colchones, algunos vecinos decidieron reutilizarlos, subirlos a sus casas. Lo mismo hicieron con la ropa, edredones, muebles, somieres y otros objetos. Que casualmente son los lugares preferidos para vivir por las chinches, según aseguran los que los conocen bien.

“Son insectos de actividad nocturna que se alimentan exclusivamente de sangre, preferentemente humana, por lo que suelen alojarse en lugares próximos a su fuente de alimentación”, dicen desde la web Insec, especializados en control de plagas. Y, como muchos insectos, cuando suben las temperaturas aumentan su ciclo reproductivo.

Una vecina del barrio, Carolina B., sabe bien cómo se las gastan los chinches. Y también es testigo de cómo se van haciendo poco a poco un hueco en el barrio. Ella acaba de llamar al Ayuntamiento para que recojan su colchón y la respuesta ha sido: "La recogida de muebles te llamará de aquí a tres días. No lo bajes a la calle que propagas la plaga por todo Madrid". Y sigue enfrascada en llamadas y mails. Atascada en la burocracia del Ayuntamiento.

Vice: ¿Qué vas a hacer los próximos tres días con el colchón y los muebles?

Carolina B.:Eso es lo que le dije al Ayuntamiento, he fumigado pero en casa tengo ropa… “Bueno, como tienes chinches igual te llaman antes”, me dijeron. Es un 'ya, bueno, sí' que es típico del barrio.

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¿Cómo te diste cuenta que tenías chinches en casa?

Pues empecé levantándome con eccemas. Al principio pensé que era una araña, pero no la encontraba. Llegué a pensar que tenía alguna alergia rara, fui al dermatólogo… y nada.

¿Y qué hiciste?

Recogí todo lo que había debajo de la cama, hasta que me volví loca, le di golpes al colchón y vi unos bichos enanos. No sabía que las chinches siguiesen existiendo, pero menos mal que hay información en internet. Me puse en contacto con mi casera. Ésta llamó al fumigador que me contó que el barrio estaba plagado. Por lo visto se expanden muy rápido. Por ejemplo, una amiga los tuvo en una casa. Fumigaron, se marchó a otra casa y se fueron con ella…

Tus muebles siguen dentro, no los has podido tirar…

Sí, claro. Me han aconsejado tirar el colchón, lavar todas mis cosas a 90 grados, es decir, tirarlas. Con los zapatos y bolsos iré viendo. Y también me compraré una funda antichinches, que es un clásico del barrio. Te tienen que fumigar tres veces. La segunda 10 días después de la primera porque parece que este tratamiento no mata los huevos y como son muy pequeños no se ven demasiado.

¿Hay más casos en tu edificio?

He intentado hablar con gente en el edificio y nadie te abre.

Y sin poder volver a casa… ¿cuánto tiempo llevas fuera?

Desde el miércoles pasado, seis días. Te recomiendan estar entre 12 y 24 horas fuera después de fumigar y yo lo tengo todo en bolsas… Hasta que se lleven el colchón no voy a volver, porque no puedo meter en casa uno nuevo.

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Nos dicen que el presupuesto depende del grado de infestación, ¿cuánto te cobraron a ti por fumigar?

Los que vinieron a mi casa, 100 euros por cada día y van a ser tres. Pero dicen que para que desaparezcan realmente hay que llamar a empresa que utilizan una cosa que se llama bomba de calor. Son solo dos días y cuesta entre 500 y 1.000 euros. Tengo amigos que fumigaron hasta tres veces y acabaron contratando esta bomba de calor.

Los insectos han encontrado su nuevo hogar en Lavapiés, y algunos espabilados han encontrado la oportunidad de hacer negocio con la fumigación. Junto con las empresas serias que se dedican a este oficio, conviven otras que han aprovechado para hacer su agosto en julio.

“Lo normal es que cobren entre 200 y 300 euros y que los vecinos tengan que estar tres días fuera de casa. Pero ya están empezando a aparecer piratas que hacen el trabajo por 60 o 70 euros. No se puede hacer chapuzas con esto. Hay que hacer un trabajo a fondo, quitar enchufes, por ejemplo, porque pueden estar en sitios lejos de la cama”, nos cuenta Manolo Osuna, presidente de la Asociación de Vecinos La Corrala de Lavapiés.

Él nos da una clave para evitar los timos: “Madrid Salud tiene a las empresas legales catalogadas con un número de registro”. Y también confía en que el Ayuntamiento cumpla con su promesa y comience a retirar los colchones de la calle. “Antes de bajarlo hay que llamar al 010. El Ayuntamiento nos ha dicho que va a tomar medidas y llevarse los colchones, para evitar que los vecinos los reutilicen”. Mientras tanto, el rastrillo de muebles sigue siendo la estampa más repetida en las aceras de este barrio.