Los literatos son raros de narices

Antes de la fiebre de los periódicos sensacionalistas y las revistas de famosos, ambos devotos por documentar las hazañas del semen de los cretinos de los reality shows de televisión, los grandes autores eran los reyes de las desviaciones sexuales de su época. Muchos eran genios literarios que ayudaban al desarrollo de la cultura de forma positiva y desafiante, y al contrario que Cristiano Ronaldo o quien sea, esos escritores quedaban impunes después de meter sus pichas en cualquier tipo de agujero. Por supuesto, muy poco ha cambiado desde entonces, (¿sabíais que Michael Chabon le contagió a su mujer el VIH?). Con objeto de recordar a los lectores y autores que uno se puede tirar a quien sea, donde sea y a cualquier hora siempre y cuando le sirva de inspiración para una obra de ficción, me he tomado la libertad de recopilar las excentricidades y perversiones más reverenciadas de los autores del canon occidental.

JAMES JOYCE
Ulises se prohibió por obscenidad apenas publicarse, pero Jim reservaba sus mejores inmoralidades para las cartas que mandaba a su mujer, Nora. En misivas que se leen como versiones elaboradas de sms guarros de adolescentes, le decía a su mujer cuánto amaba “el olor de [su] coño”, y hablaba de cómo le gustaban los pedos vaginales: “es genial tirarse a una mujer y que cada vez que la sacas ella se tire uno” Vale, tío.

FRANZ KAFKA
Hace años, el experto James Hawes estudió los gustos en materia pornográfica de uno de los padres del modernismo y dejó a todo el mundo flipando, aunque tampoco sorprenda que el autor de La metamorfosis se masturbase con una ayuda visual bastante fuera de lo normal: se suscribió a Der Amethyst, una publicación con imágenes de criaturas cuyas cabezas parecían erizos haciendo mamadas a tíos, golems arrancando tetas con sus garras y comiéndoselas y mujeres abiertas de piernas dando a luz.

LEWIS CARROLL
El autor de Alicia en el país de las maravillas era devoto de la iglesia anglicana y no tenía hijos. También le encantaban las niñas pequeñas y pasaba mucho tiempo convenciendo a los padres de su congregación para que le permitieran fotografiar desnudas a sus hijitas. Se rumora que Carroll le propuso matrimonio a Alicia (la niña que supuestamente inspiró el nombre de su novela más famosa) cuando ella tenía 11 años. LORD BYRON
El famoso poeta pasó toda su vida, literalmente, viajando por el mundo con una colección de animales exóticos y metiéndola en tantos agujeros como pudo. Entre sus conquistas estaban su hermanastra Augusta Leigh, su prima Margaret Parker y su protegido John Edleston. Según se dice, incluso violó por el culo a Augusta dos días después de que esta diera a luz. Obviamente, la líbido necesaria para crear versos clásicos no tiene fronteras.