"Si España quiere suicidarse, nosotros se lo impediremos". Esta fue la consigna elegida este año por La Falange para convocar su (tradicional) manifestación por las calles de Madrid, que acaba con la (también tradicional) Marcha de la Corona, que lleva a algunos manifestantes en peregrinación nocturna hasta el Valle de los Caídos.La marcha comenzó muy cerca de la sede del PP, en la calle Génova esquina con Marqués de la Ensenada, y precisamente este año, el partido de Mariano Rajoy se llevó algunos palos en el discurso final leído por Manuel Andrino, por permanecer "quieto" ante las ansias separatistas. Tampoco se libró la monarquía, con un "rey viejo, el de las amiguitas" y un "rey nuevo, el de la ligerita de cascos"; ni la izquierda populista de Pablo Iglesias. Lógico.
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Hubo novedades respecto a otros años. Menos presencia internacional, pero más gente joven; las antorchas y lanzas, fueron sustituidas por bengalas y momentos en los que entre los manifestantes se mandaban callar. Lo que no faltó fue un cántico colectivo del 'Cara al Sol', con coro infantil incluido. Hubiésemos preferido el 'España, España' de Tony Lomba y Elio Dos Santos, la verdad.
