Así fue la concentración de Legionarios contra Manuela Carmena

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Así fue la concentración de Legionarios contra Manuela Carmena

No quieren que se quite a Millán Astray del callejero de Madrid y salieron a la calle con sus banderas, camisetas y tatuajes para decir que no se rinden

Varios cientos de los 100.000 miembros que forman la Hermandad Nacional de los Antiguos Caballeros Legionarios se dieron cita la mañana del sábado en Madrid para mostrar su enfado con Manuela Carmena.

¿El motivo? La alcaldesa quiere borrar del callejero a Millán Astray, fundador e inspirador ideológico de la Legión, para sustituir su placa en una calle por la de Avenida de la Inteligencia. Precisamente, un concepto al que Astray quiso darle finiquito en su famosa enganchada con Unamumo durante la Fiesta de la Raza de 1936, en plena Guerra Civil.

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Antes del acto, Guillermo Rocarfort, secretario de la Hermandad, explicó a EFE los motivos de su protesta: "El Gobierno sectario de Madrid quiere anular de una forma totalmente arbitraria, cuando hay motivos más que suficientes para que se mantenga porque forma porque forma parte de un personaje importantísimo de la historia de España".

Para ellos esto es la gota que colma el vaso, y aseguran que seguirán protestando cada día contra Carmena —que se ha convertido en némesis— y reponiendo la placa de Millán Astray si la alcaldesa logra retirarla de la calle a la que ahora da nombre.

La concentración estaba prevista para las 12 pero más de tres cuartos de hora antes, la Plaza Mayor de Madrid se empezó a teñir con los colores de la bandera de España (en distintas variantes y con distintos motivos ornamentales), de brazos tatutados, insignias, condecoraciones, camisetas conmemorativas, tambores y trompetas. Al ritmo marcial que marcaban éstos, vigilaban las distintas entradas al recinto un equipo de seguridad —convenientemente identificados— cuya misión era guardar el orden si alguien daba motivos, aunque la cosa se presentaba pacífica. Se escuchan los primeros gritos de "Viva Franco" y también algún "Viva José Antonio" y "Viva España", aunque algunos se apresuraban a decir que quizá no era el día para estas muestras de entusiasmo. Estaba claro que se intentaba evitar cualquier lío. Todo muy festivo, con niños y todo. Y muy reivindicativo: Carmena pillaba a cada momento.

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Los ríos de legionarios, ex-legionarios y jóvenes simpatizantes (muchos, sin edad aun para entrar en la Legión, pero que también quisieron mostrar su apoyo) de toda España llegaban desde la Puerta del Sol, donde ajena a los tambores y los ritmos militares, tocaba una orquesta municipal. Algo más melódico, sin duda, mucho más relajante. A la entrada en la plaza, reparto de flyers. Uno con un cómic en la que un profesor le explica a una periodista la polémica del cambio de nombre de la calles: "Porque la izquierda piensa que así vamos a olvidar su historia macabra de crímenes entre 1931 y 1939 y para que olvidemos a nuestros héroes y mártires".

Formación, toque de trompeta: "Firmes, izquierda, ar…". Comienza el acto, ex-militares veteranos se funden con los más jóvenes, pero falta la cabra. Nos chivan —un periodista que conoce bien el funcionamiento de la Legión— que se ha quedado fuera de la convocatoria porque han preferido huir de polémicas con los animalistas. No más frentes abiertos, hoy se trataba de cargar contra Carmena. En todas las alocuciones la alcadesa es el objeto de los dardos de los oradores y del abucheo del coro que se formó en la Plaza Mayor. Los presentes también recordaron que Wyoming, otro enemigo, tiene muchos pisos en propiedad, mientras que Millán Astray vivió de alquiler.

Como invitada de honor estaba la hija de Millán Astray, Pelegrina, que también lucha por defender la memoria de su progenitor, mientras Guillermo Rocarfort pedía que se moderaran los mensajes, que seguían subiendo de tono como era de esperar. Por si no tenía suficiente, ahora Carmena tiene a Legión (sin la cabra) enfrente. Seguimos a vuelta con la Memoria Histórica.

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