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Cultură

ManWoman Nos Devuelve la Esvástica

Tatuándosela por todo el cuerpo.

Antes de la Segunda Guerra Mundial, la esvástica era un símbolo de fuerza, suerte y buenas vibraciones, cosas que no tenían nada que ver con la ideología nazi. Desafortunadamente, solo hace falta un pequeño hombre con un bigotillo a lo Chaplin para cargarse un símbolo perfectamente normal (y también un bigote, de hecho). Siete décadas después de la muerte de ese tío, la esvástica todavía es uno de los símbolos más asociados con la ideología nazi y más despreciados por el mundo entero. ManWoman, un artista y poeta canadiense, ha estado tratando de recuperar la esvástica de los intolerantes calvos desde los años sesenta, cuando su subconsciente le encomendó dicha misión. Tal y como lo describe él, cayó en algún tipo de trance y su alma “se elevó hasta la matriz de lo sagrado”, donde un tío con una túnica blanca le enseñó el símbolo y le dijo que lo redimiera. Doscientos tatuajes de la esvástica, un par de ostias y un matrimonio fallido después, la misión de ManWoman finalmente ha recogido sus frutos. Ha escrito un libro, Gentle Swastika, Reclaiming the Innocence, salió en la película de 2010 My Swastika, y ahora es el padre (o abuelo) del movimiento Reclaim the Swastika. Y por si acaso te lo estabas preguntando, ManWoman no es un transexual. La misma gente que le encomendó la misión fue la que le dio ese nombre. Ha sido su nombre legal desde 1971, pero, aún así, por alguna razón Zuckerberg lo echó de Facebook. Puedes llamarlo “Manny” si lo otro te parece muy largo.

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VICE: ¿Puedes hablar sobre el momento en que se te encomendó dicha misión?
ManWoman: Durante todo un año experimenté cómo mi corazón se llenaba de amor y explotaba de energía. Mi espíritu salió de mi cuerpo y se convirtió en un torbellino que, en mis sueños, alrededor de 1967, empezó a verse representado como una esvástica blanca. Había un hombre que vino hacia mí, tenía el pelo blanco y largo, barba y ropa también blanca. Dibujó una esvástica blanca en mi garganta y me dijo que tenía que redimir el símbolo y hacerlo debería ser mi única misión. Las palabras exactas fueron: “para que llene de amor todos los corazones que lo contemplen”. Mi madre era una inmigrante polaca y su hermana y su bebé estuvieron en Auschwitz. Crecí con todos los prejuicios contra la esvástica por lo que esta representaba durante la guerra, así que me sentí un poco ahogado en esta misión. Pero seguí teniendo sueños sobre niñitas con cuerdas de saltar y cubiertas de esvásticas, camareras de cafeterías que llevaban vestidos cubiertos de esvásticas y animales graciosos que tenían forma de esvástica. Todo era muy pícaro.

Y que lo digas. ¿Cuándo descubriste que la esvástica no era, en realidad, la forma escrita del diablo desalmado?
Bueno, mi madre creía que estaba teniendo una crisis nerviosa, y todos mis amigos hablaban de mí a mis espaldas. Yo seguía a lo mío, diciendo “la esvástica es un símbolo sagrado”. Entonces un amigo mío dijo, “a mí, los indios apaches de los estados sureños me dieron este abalorio”, y resulta que tenía una esvástica. Entonces otro tío viene y dice, “eh, mira este equipo de hockey femenino de Edmonton” [con esvásticas en su uniforme]. Su abuela era una de las chicas. Y así fui construyendo la historia pedazo a pedazo. Descubrí que los budistas la usaban, los indios norteamericanos también la usaban y que los hindúes todavía la usan, y suma y sigue.

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OK. Ahora entiendo tu misión, pero, ¿y todos los tatuajes?
En 1969, después de tener aquellos sueños, me hice un tatuaje enano de la esvástica en mi dedo meñique. Luego, en 1970, me tatué las manos porque seguí soñando que Hitler me había robado la esvástica y que yo venía de la antigüedad y tenía que recuperarla. Lo hice y mi mujer realmente flipó. Y entonces empecé a soñar que mi tercer ojo se despertaba en algo como una experiencia mística, así que empecé a tatuarme el tercer ojo en la frente. Eso fue el fin de mi matrimonio, porque era demasiado chocante. Si ahora volviese atrás, ¿haría algo diferente? No lo sé. Algunos me decían que estaba obsesionado y probablemente era verdad. A mí me parecía que estaba obsesionado, pero en el buen sentido.

¿Sentiste que los tatuajes eran necesarios?
Ya lo creo. En cada sueño. Tengo más de 200 tatuajes de esvásticas. Hay muchos tipos diferentes de esvásticas en todo el mundo, de muchas culturas diferentes, así que me los tatué todos en los brazos, pecho y espalda. ¿Has sufrido algún enfrentamiento por culpa de tus tatuajes?

Uf. Una vez estaba en Venice Beach (o mejor dicho “Muscle Beach”) y estaban todos haciendo pesas y tal. De repente me vi rodeado de tres tíos judíos enormes con músculos por todas partes. Estaban cabreadísimos. Miraban mis brazos y me los querían arrancar en tres direcciones diferentes. Empecé a contarles la historia del símbolo, mi misión y supongo que debo tener don de gentes porque al final no me mataron.

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ManWoman dice que tiene una esvástica con palomas en la espalda porque “intentaba crear una esvástica que le gustase incluso a sus amigos judíos”. Ahora has empezado a recibir críticas más positivas, ¿no?
Hay… no sé cuantos miles y miles de personas que comparten mi visión de la esvástica y la historia. Ahora ya hay blogs sobre la esvástica y todo tipo de páginas en Facebook. Está empezando a despegar. En lugar de recibir críticas y desprecio, la gente me agradece lo que hago y me honra por tener el valor de sacarlo a la luz y ser como el “abuelo” del movimiento.
Es más: ¡todo el mundo quiere que le tatúe una pequeña esvástica! Bueno, yo nunca he tatuado a nadie, y ahora de repente he hecho unos 30 tatuajes de esvásticas. Esa gente simplemente quiere tener algo simbólico mío porque aprecian y admiran lo que he hecho.

Ahora mismo estoy esperando a un tío que se llama Alek Os Beck. Hace carreras de longboard. Tiene una esvástica enorme tatuada en el pecho pero por la posición en la que está, la gente enseguida le juzga. Está de paso en Cranbrook y quiere que le mejore un poco el tatuaje para que parezca más una esvástica sagrada. Espero estar a la altura. ¿Te vas a hacer algún tatuaje más?
Cuando fui a Europa todos los artistas querían tatuarme gratis y yo… bueno, ya tengo 74 años. Ya no me voy a hacer ningún tatuaje más. Lo hice por un motivo en concreto, porque mis sueños me inspiraban, pero ya no tengo esos sueños. Ahora tengo sueños diferentes, así que no tendría sentido seguir con los tatuajes, creo. ¡Pero tu misión está cobrando vida!
Ha sido algo mágico y lo han apoyado fuerzas interiores que van más allá de nuestro conocimiento. Estoy feliz de haber seguido ese camino, solo por la gente que ha unido sus fuerzas a mi causa. Hacen que ahora mismo mi vida sea muy emocionante.

Imágenes by Tas Limur