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¿Menos metros pero más revisores en Madrid?

Los sindicatos lo niegan pero cada vez es más frecuente toparse con agentes pidiendo el billete a los viajeros en salidas, vagones y andenes. Eso sí: ocho minutos en el andén esperando a que llegue el metro.

Como cuando entras a comprar en un chino (sí, un ultramarinos) y tú única intención es comprar una chocolatina pero te sientes un delincuente peligroso porque el señor o señora (y a veces su hijo o hija) no te quita el ojo de encima, o incluso te acompaña vigilándote por los pasillos. Esa es la sensación que experimentan los viajeros de Metro de Madrid que han pagado su billete o abono y al doblar la esquina se encuentran de pronto a cinco revisores y un agente de seguridad impidiéndole el paso si no le enseñan su ticket. Culpables hasta que se demuestre lo contrario.

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Es algo cada vez más habitual y también, cada vez más, las cuadrillas están compuestas por un mayor número de miembros. Aunque quizá nos hayan echado droga en el ColaCao y estemos alucinando, porque desde el sindicato de CC.OO. lo niegan rotundamente. "Son los mismos efectivos desde hace años, simplemente cambia su presencia en función de turnos y vacaciones". Explican que son "un total de diez grupos por la mañana y otros diez por la tarde, ambos con cinco empleados y un vigilante, y que se distribuyen geográficamente en función de lo que designan las distintas empresas de seguridad".

Les insistimos acerca de nuestra percepción. Quizá sea que con la bajada de frecuencia de este transporte público y los ocho minutos de espera de media que nos comemos en el andén (cuando no aumenta por culpa de las habituales averías), tenemos más tiempo libre y hemos perdido la noción espacio-temporal, pero la realidad es que nos asaltan cada vez más a menudo pidiéndonos el billete. "Puede ser que de pronto te toque enseñar el billete dos días seguidos, pero también pueden pasar quince sin que te los encuentres", aseguran los representantes de los trabajadores.

No es nuestro caso. Ni el de Carmen Dimax (nombre ficticio), que se cuela siempre que puede y afirma que "hay más revisores que de costumbre, y para colmo el metro va cada vez peor y tarda muchísimo a ciertas horas así que cada vez más gente salta los tornos". Esta infractora habitual lo deja claro: "no tengo un puto duro y el precio es excesivo así que abro una aplicación de móvil en la que los usuarios notifican los puntos dónde hay controles y, según la línea en la que haya aviso, pico con el metrobus o no. Así me he librado de alguna". En una ocasión le salió mal pero se escaqueó "poniendo pucheritos".

Sin embargo, CC.OO. también niega que últimamente se haya producido un aumento en el fraude, "simplemente, es evidente que con la actual falta de personal, se quedan estaciones sin jefe de sector y ahí sí se nota", reconocen. Vamos, que si no hay nadie en taquilla, la gente se cuela. Hemos solicitado a Metro de Madrid información al respecto y también datos relativos al control de billetes, empresas de seguridad que coordinan esta labor, organización de los grupos de control, intensificación de controles y protocolos de actuación. Seguimos esperando su respuesta. Mientras tanto, los uniformes granates hacen su trabajo en andenes, vagones y salidas.