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¿Sabrías unir estas ilustraciones de estilo vintage con la enfermedad que representan?

Intenta no vomitar.

Un tío con fiebre amarilla que debe de estar supercabreado por no haber nacido en el siglo XXI. Todas las imágenes por cortesía de Wellcome Library, Londres

Las enfermedades de antes eran las peores. Todo era mortal, todos los pacientes eran básicamente sujetos de prueba, la teoría microbiana de la enfermedad estaba todavía en sus inicios y lo más parecido a un anestésico era el whisky o la cocaína. Lo único bueno de las prácticas médicas antiguas son los geniales dibujos con los que algunos artistas ilustraban estas horribles enfermedades. El nuevo libro de Richard Barnett, The Sick Rose, recopila algunos de los mejores ejemplos de ilustraciones médicas desde finales del siglo XVIII hasta principios del XX. En ese periodo, los ilustradores desempeñaban un papel de gran importancia para la educación médica. Los pacientes enfermos y las partes del cuerpo que dibujaban se utilizaban para enseñar a los alumnos cómo reconocer y tratar todas y cada una de las dolencias conocidas por el hombre. Eso implicaba que la calidad y la precisión con la que estos artistas debían dibujar las vesículas y los escrotos infectados de sífilis tenían que estar a la altura de la del Blu-ray.

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Pero estos dibujos no eran meros retratos de gente muriéndose. A principios de la década de 1800, los médicos empezaron a abrir cadáveres y encargaron a dibujantes la tarea de documentar todo lo que hallaban en su interior. Marie-Francois-Xavier Bichat, quien tomó conciencia de que se podía aprender más del cuerpo observando su interior, escribió en 1801:

“Puedes pasarte 20 años tomando notas, noche y día, junto a la cama del paciente enfermo… y lo único que hallarás son síntomas confusos que, al tener un vínculo, constituirán únicamente una concatenación de fenómenos inconexos. Pero abramos unos cuantos cuerpos: desaparecerá toda esa incertidumbre que la mera observación no habría logrado disipar”.

Cuando este consejo se extendió ampliamente en la comunidad médica, se empezó a elaborar un catálogo de ilustraciones de órganos internos, muchos de los cuales pueden verse en The Sick Rose. Estos dibujos, al igual que las ilustraciones de las enfermedades que afectan al exterior del cuerpo, eran sumamente importantes para completar la educación de los aspirantes a médico.

Si eres capaz de superar la reacción inicial de decir “Joder, qué coño le pasa a ese tío en la cara”, la verdad es que vale la pena ver las ilustraciones. Son como una ventana al pasado, a una época en la que el arte y la medicina estaban relacionados estrechamente y en la que llegar a los 40 era toda una hazaña.

Para poner a prueba nuestros conocimientos modernos sobre enfermedades, he seleccionado 13 imágenes de The Sick Rose. Cada ilustración tiene tres posibles respuestas. Debéis escoger la opción que creáis que define el horror que estáis viendo en el dibujo. Es como un test de BuzzFeed, solo que no tiene que ver con Beyoncé y puede haceros vomitar. ¡Buena suerte!

(Algunas de las imágenes podrían no ser aptas para verlas en el trabajo)

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