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Cultură

No podemos comprometernos con una persona porque siempre habrá alguien mejor, según la ciencia

Por si no hubiera suficientes problemas con el tema de la confianza en pareja, este estudio podría empeorarlo todo.

Por si no hubiera suficientes problemas con el tema de la confianza en pareja, este estudio podría empeorarlo todo. Foto vía usuario de Flickr Tuncay Coskun

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Un nuevo estudio sobre relaciones estables ha revelado que la razón por la que nos cuesta tanto comprometernos es porque estamos constantemente analizando y buscando una pareja mejor y más compatible con nosotros. Nada nuevo bajo el sol.

En el estudio, publicado este mes por la universidad de Texas, participaron 119 hombres y 140 mujeres que tenían relaciones estables. Los resultados mostraron que las personas escogen a sus parejas sentimentales en función de un algoritmo formado por 27 cualidades, entre las que estaban el atractivo (por supuesto), la inteligencia (está bien saberlo), el estado de salud (me parece bien) y la responsabilidad económica (mierda).

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A continuación, los investigadores dividieron las parejas en dos grupos: los individuos que en general resultaban más deseables según las cualidades descritas anteriormente y, por otro lado, los que menos (es decir, los ricos y los conformistas).

Los investigadores observaron que, cuanto más expuesto estaba el individuo deseable a otras personas que encajaban con sus ideales, más difícil le resultaba ser fiel y afectuoso con su pareja. Si la pareja pertenecía al grupo de los menos deseables, el individuo se mostraba más satisfecho y proclive al compromiso.

El investigador Daniel Conroy-Beam, uno de los responsables del estudio, nos explicó que los individuos más deseados a veces se esfuerzan porque su relación funcione, pero solo en el caso de que tengan opciones limitadas para mejorar su situación.

Asimismo, si bien el estudio no hizo un seguimiento tan prolongado de las parejas como para concluir que las relaciones poco equilibradas están condenadas al fracaso, Conroy-Beam considera que en la mayoría de relaciones empezarán a aparecer fisuras cuando el estatus del miembro más deseable le permita conocer a personas más afines a él o si el atractivo de su pareja decae demasiado.

"En un mundo perfecto, todos tenemos una serie de preferencias sobre lo que debería ser nuestra pareja ideal. Sabemos lo que la gente desea, pero lo que no está tan claro es qué efecto tienen esos deseos", argumentó Conroy-Beam. "Con esto hemos intentado averiguar si podemos servirnos de nuestros deseos para prever lo que ocurre en nuestras relaciones presentes".

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El equipo de investigación realizó un estudio de seguimiento para observar la forma en que los miembros de una relación dañada lidiaban con la situación o trataban de salvarla. Una vez más, se reveló que los miembros menos deseables o con menos opciones de los dos ponían más de su parte por salvar la relación y mostraban un mayor grado de felicidad. También eran los que procuraban con más ahínco que sus parejas conocieran a otras personas y se esforzaban más por resultar atractivos a los ojos de sus compañeros.

Conroy-Beam señaló que en la investigación no se tuvieron en cuenta las redes sociales como factor, y señaló que "la necesidad de mejorar es inherente al ser humano". Considera que el entorno en que se desarrollan las relaciones "ha cambiado drásticamente durante los últimos años" gracias a aplicaciones como Tinder, que pueden agudizar nuestra incapacidad para asumir compromisos.

"La psicología siempre ha sido la misma, pero las dinámicas han cambiado porque el entorno en que suceden también lo ha hecho", afirmó. "Esta conducta ha evolucionado; durante mucho tiempo, el entorno social de las personas se limitaba a grupos relativamente reducidos de personas, pero hoy día, gracias a la tecnología moderna, tenemos acceso a un número infinito de posibles parejas".

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Traducción por Mario Abad.