EL PRINCIPIO
EL PRIMER MES
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EL QUINTO MESLa situación ha mejorado. Intento pasar más tiempo con Clark. Hemos empezado a estudiar juntos, comer juntos, salir de fiesta juntos -intento ser una especie de amortiguador entre él y su adicción. Nunca he sido adicto a nada, así que no sé muy bien cómo funciona, pero parece más feliz. Llevarle a un concierto de Wu-Tang es lo mínimo que puedo hacer por él. Poco a poco la casa se convierte en un espacio más habitable. EL SEXTO MES Clark ha empezado a pasar bastante tiempo con un chaval llamado Evan. Digo "chaval" porque parece que tenga 16 años. Es un tío sucio y no se siente cómodo rodeado de gente. Tiene pinta de yonqui, pero no parece violento. Se queda a dormir en casa más de lo que me gustaría. Se esfuerza al máximo para establecer una relación de amistad conmigo, pero realmente no es mi tipo. Clark me promete que sólo está intentando cuidarle, ayudar al chaval a superar su adicción. Me deja claro que ni de coña se ha vuelto a drogar. Ahá. Unas semanas más tarde, los amigos de Clark empiezan a venir a casa más a menudo. Han desarrollado un hábito un tanto extraño de entrar en casa por el balcón. No sé si esta gente tiene un sitio donde dormir y poco a poco me doy cuenta de que mi casa se ha convertido en el destino para los jóvenes y los marginados del barrio. EL SÉPTIMO MES Un día llego a casa y me encuentro a un tío viejo y desaliñado que parece un conserje en paro sentado en el sofá, manteniendo una conversación muy profunda con Clark. Lo primero que me pregunta es si tengo marihuana. No termina las frases, ni siquiera tiene mucho que decir. Intento mantener una conversación con él, pero no puedo, en mayor parte porque no puedo evitar pensar, ¿Por qué está este tío en mi casa? Se marcha y Clark me pide disculpas. Finjo que no me importa. Después de todo este tiempo me sigue preocupando ser un cerrado de mente. Parece que Evan se ha instalado en casa, y cada vez que lo veo parece menos sano. Lleva la misma ropa cada día. Primero perdió su teléfono, después las gafas, y después los zapatos. Llega a casa, llama a mi puerta preguntando por Clark y si no está, le entra un bajón tremendo. Empiezo a cerrar de nuevo mi habitación con pestillo. EL OCTAVO MES Son las 2 de la madrugada y escucho pasos de persona y perro en el pasillo. Es Gerald, otro de los amigos de Clark. Como de costumbre, Clark no lo estaba esperando. "¿Dónde está J.J.?" Estoy en mi cama, en calzoncillos, con mi novia al lado medio dormida. Quito el pestillo y salgo al comedor. "¿Qué pasa Gerald?" "Tío, estoy a punto de ir a la guerra," dice, con un cuchillo de cocina en la mano. Existen diferentes reacciones si en tu casa tienes a un tío irracional con un arma. Por ejemplo, podría haber gritado, "JODER TÍO FUERA DE MI CASA." Pero no hice eso. Simplemente sonreí y dije, "sé cómo te sientes." Mentira. Por cierto, Gerald va sin camiseta, y sujeta el cuchillo de forma horizontal, apuntando a su pecho. Comienza a caminar hacia mí. Empiezo a retroceder. Gerald se da cuenta, para, y dice, "Tío, no te preocupes. No voy a matarte." Vuelvo a la cama con mi novia, e intento explicarle lo que acaba de pasar en el comedor. Se da la vuelta, bosteza y dice, "¿Por qué vives aquí?" No tengo respuesta para esa pregunta. Empiezo a darme cuenta de que no me siento seguro en mi propia casa. EL NOVENO MES Clark ha invitado a algunos de sus amigos a pasar el finde en casa. Uno de los tíos es un viejo gay llamado Ryan. Es del pueblo de Clark. Parece bastante normal, aunque sus amigos sean unos drogadictos de veintipocos años. No quiero saber qué va a pasar en casa, así que me voy al centro de la ciudad a ver unos conciertos. Unas horas más tarde, cuando llamo a Clark para que me recoja, se encuentra en medio de una gran discusión con el gay. Me dice que ha cerrado la casa por dentro y que va a saltar por el balcón para coger el coche. Dice que luego me lo explica mejor. Estoy en el asiento del copiloto, Clark está a punto de llorar. Ryan es camello, es VIH positivo y se ha dedicado a andar por casa con una herida abierta, sangrando. Clark se puso un poco ansioso y le pidió que se pusiera una tirita o algo. A Ryan no le gustó esa retórica, y se volvió loco gritando: "Crees que soy un monstruo." Puso la cocina patas arriba y posiblemente se llevó la vajilla de plata. Llegados a este punto estoy bastante acostumbrado a este tipo de acontecimientos inesperados. En el semáforo que hay antes de nuestra casa, Clark me mira y dice, "Siento haberte metido en toda esta mierda." Creo que es la primera vez que Clark está siendo honesto conmigo desde que se vino a vivir a casa. No le culpo -la adicción a la heroína es responsable de muchas mentiras. Está en su sangre, literalmente. Esa noche dormí en casa de mi novia. EL FINAL Las últimas semanas que viví con Clark fueron bastante buenas. Reímos juntos, paseamos juntos, comimos juntos, salimos de fiesta juntos. Seguía siendo un adicto, pero no parecía afectarle tanto como antes. Y de repente desapareció. Me dijo que se iba a casa a pasar el fin de semana, y unos días más tarde me dijo que no iba a volver. Una persona que lo quería hizo lo que yo debería haber hecho mucho antes, antes de que Ryan la liara en nuestra cocina, antes de que Gerald se apuntara al pecho con un cuchillo, y lo metió en una clínica de desintoxicación. Un par de días más tarde el padre de Clark vino a casa y empaquetó sus cosas. Como podéis imaginar, es muy incómodo estar en la misma sala que un padre que se está enfrentando al problema que tiene su hijo con la heroína. Siento que se pregunta por qué jamás le dije nada. Yo también me lo pregunto. Es muy fácil relajarse y convencerte de que no es tu problema, simplemente la gente hace unas elecciones y es cosa suya atenerse a las consecuencias. Y entonces es cuando ves a un padre triste empaquetando la ropa de su hijo, rodeado de desorden. Fue entonces cuando, por primera vez, entendí la intensidad de la enfermedad con la que convivían mi compañero de piso y sus amigos. Podría haberlo hecho mejor.Más drogas:El mayor (ex) traficante de heroína del mundoAlbert Hoffmann y los grandes descubrimientos del LSDGuía para señoritas para comprar drogas con estilo