FYI.

This story is over 5 years old.

Ediciones VICE

¿Realmente 'Pokémon Go' es para tanto?

Analizamos el juego de Nintendo que ha superado está a punto de tener más usuarios que Twitter.

De lo que nadie te advierte cuando decides convertirte en un entrenador Pokémon es de la humedad. Es una tarde calurosa y nublada cuando decido capturar Pikachus y Geodudes por primera vez, y mis manos ya sudorosas se ponen aún más pegajosas con el calor que genera Pokémon Go en mi móvil.

Para los no iniciados, Pokémon Go es un juego para iOS y Android que usa datos reales de GPS para convertir tu entorno en un mundo virtual, para que puedas caminar por tu barrio recogiendo objetos, capturando criaturas y librando batallas en Gimnasios Pokémon. Es una buena propuesta, pero viendo los nubarrones negros que se están formando sobre mi cabeza, me preocupa más la lluvia que atraparlos a todos. Especialmente porque no me puedo conectar con el servidor del juego.

Publicidad

Cuando Nintendo empezó a promocionar Pokémon Go el año pasado, me entró curiosidad, pero también estaba un poco escéptico. El tráiler del juego era como si una de esas charlas de recreo de "Imagínate que hubiera un juego que…" se convirtiera en un juego de verdad. Fíjate:

Es la nostalgia en movimiento. Es la promesa de lo imaginario invadiendo el mundo real y acercándonos a todos al mismo tiempo. ¿Quién no querría formar parte de eso? Pero la realidad de Pokémon Go es mucho menos emocionante. Lo imaginario no se infiltra en el mundo real tanto como choca con los límites mundanos del diseño y la tecnología.

Diseñado por Niatic y la Pokémon Company, Pokémon Go simplifica las complejas reglas de la serie tradicional de Pokémon y en su lugar pone énfasis en la exploración de tu entorno real. Mientras caminas por ahí, encontrarás varios Pokémon en el mundo, los tocarás en la pantalla, y después usarás una simple interfaz para lanzarles una pokéball; si la lanzas bien (y logras mantenerte conectado a la interfaz) los añadirás a tu colección. Pokémon Go también puede usar tu cámara para mostrar todo esto con una rudimentaria (pero aun sí sorprendente en algunos momentos) realidad aumentada. Mientras caminaba por la calle, estaba tratando de atrapar a este pequeño Doduo…

Por desgracia, el juego se quedó colgado. Mi primer día jugando Pokémon Go estuvo dominado por las dificultades técnicas. El juego se para, intenta conectarse (o mantenerse conectado) a los servidores, el GPS no se actualiza correctamente, los objetos desaparecen o no funcionan como deberían y se cuelga una y otra vez. Es un desastre.

Publicidad

Pero Pokémon Go podría no ser bueno incluso sin las dificultades técnicas. Como en Ingress, el anterior juego de Niantic basado en GPS, Pokémon Go usa puntos de referencia como murales, iglesias y monumentos como destinos del juego. Algunos de estos lugares te dan ítems, y otros son gimnasios en lo que puedes celebrar batallas asincrónicas con tus adversarios. Cada jugador se une a uno de los tres equipos, cada uno tratando de tomar el gimnasio mientras se defienden al mismo tiempo. Aunque la primera parte del juego trata básicamente de caminar por ahí, encontrar nuevos pokémon y montar tu colección, parece que el enfoque a largo plazo de Pokémon Go serán estas batallas en gimnasios.

La mala noticia es que esas batallas son algo decepcionantes. Imagina un Punch-Out! muy impreciso. Mueves el dedo a la derecha y a la izquierda para esquivar los ataques, tocas la pantalla para atacar, y mantienes el dedo pulsado para lanzar un ataque especial, una vez que lo cargas. Pokémon Go incluye el sistema elemental de resistencia que ya conocemos, pero ninguna de las peleas en las que he estado se ha beneficiado de esto. No son más que movimientos salvajes mientras espero que lo que quiero hacer pase por el servidor.

Todo esto crea un ritmo de juego interrumpido que va en contra de todo lo que ha hecho a Pokémon tan grandioso a lo largo de los años. Un buen juego de Pokémon te incita a quedarte despierto solo para saber lo que hay en la siguiente área. Vas felizmente de una batalla a otra, probando nuevos pokémon y formulando nuevas estrategias. Pokémon Go no tiene este ritmo. En lugar de eso, se debate por adaptarse a una interfaz turbulenta.

Publicidad

Entonces, te conectas y vas hacia un punto de referencia, y esperas a que cargue. No carga, pero, ¡oye, ahí hay un Pidgey! Tocas el Pidgey, el juego se cuelga. Cuando lo vuelves a poner, el Pidgey ya no está. Caminas un poco más pero el juego todavía no sabe dónde estás, así que esperas a que cargue. Estás de pie, mirando el móvil como un turista en tu propia ciudad. Aquí no hay ritmo, nada en qué quedarse inmerso.

Lo extraño es que nada de eso importa. Porque es Pokémon y es comunal y porque de vez en cuando tuerces la esquina y ves a un tipo de pie, como si nada, cuando tiene un Ekans a un lado de su pie y piensas, 'ja, vale, sí funciona'. Porque de camino al trabajo, el bus pasó junto a un Magmar —una especie de pato con lava— y como no fui lo suficientemente rápido como para capturarlo sentí una aguda sensación de pérdida. Porque he pensado en ir a dar una vuelta al bosque mañana para ver si puedo encontrar algún pokémon tipo insecto.

Ayer, cuando iba de camino a casa, vi a unos fanáticos de Pokémon cruzando la calle, con la cabeza mirando hacia abajo, iluminada por el brillo del juego. Vi un tipo en el metro que lo estaba reiniciando una y otra vez. Vi a un grupo de niños en la entrada de lo que alguna vez fue un bar que había sido designado como gimnasio Pokémon. Se estaban riendo y burlándose unos de los otros. Por lo que decían y la manera en que estaban ahí de pie, supuse que estaban jugando. Me acerqué tímidamente —porque eran completos desconocidos— pero apenas pude decir una palabra.

"¿Estáis juga…"

"Sí, sí", dijeron riéndose.

Nunca habían jugado a un juego así, me dijeron. Les gustaba poder jugar juntos e ir a lugares extraños. Les gustaba que fuera Pokémon. De repente, no me importó que el juego se colgara o sus torpes mecánicas de progresión o las batallas insulsas. Me entraron ganas de llamar a mis amigos para ir a caminar.

Quería hacerles miles de preguntas a esos chicos, pero ellos ya se habían puesto en marcha; se hacía tarde y había más gimnasios Pokémons que conocer. Pero antes de irse, me dijeron que los problemas técnicos que me molestaban a mí y a muchos otros no les importaban. Que los servidores fallaran significaba que muchas personas estaban disfrutando del juego, me dijeron, y que eso significaba que Niantic y Pokémon Company harían de este juego básico algo muy especial. Por la manera en que este juego se lanzó, tengo mis dudas. Pero espero que estén en lo cierto.