FYI.

This story is over 5 years old.

Cultură

Querida mamá, por esto soy adicta

Elizabeth fue adicta a la heroína durante toda su edad adulta y se sometió a varios tratamientos de rehabilitación sin éxito. Murió en el 2014 por causas derivadas de su adicción.

Este artículo fue publicado en colaboración con The Influence.

Nota del editor: la siguiente carta, que se editó para mayor concisión y claridad, fue escrita por Elizabeth Elliot* para su madre a finales de 2010.

Elizabeth estaba en un centro de rehabilitación social de Nueva Jersey, después de salir del correccional estatal por violar la ley de estupefacientes. El remitente de su carta era "El décimo círculo del infierno".

Publicidad

Elizabeth fue adicta a la heroína durante toda su edad adulta y se sometió a varios tratamientos de rehabilitación sin éxito.

Después de salir del centro de rehabilitación, vivió sus últimos años en Florida; en ese entonces, el gobierno no tenía programas de reposición de jeringuillas. Murió en 2014, a los 29 años, por una endocarditis debido al consumo de drogas intravenosas con jeringas contaminadas y otras dolencias relacionadas.

Su madre compartió esta carta con The Influence porque cree que demuestra la importancia de ofrecer alternativas a la gente que sufre alguna adicción además del tratamiento basado en la abstinencia, como, por ejemplo, el acceso a servicios de reducción del daño.


¡Hola mamá!

Perdón por mi mala leche cuando hablamos el viernes en la noche. Este sitio me cabrea, en especial por lo del paquete [ perdido]. Para seguir adelante, todos los días me digo, "Bueno, al menos mañana te van a dar tus cosas", y es horroroso sentirte tan impotente en esta situación.

Terminé de leer Atonement; es un libro excelente pero el final es una mierda. Me he rebajado a leer El guardián, de Nicholas Sparks, pero todavía no lo he empezado, así que ya veremos. Tengo Retrato de una dama, de Henry James, pero últimamente no he podido concentrarme mucho en la lectura.

No podía creer que mi propia madre se haya marcado una carta de casi ocho páginas —con muchos espacios—. Pero es justo lo que necesitaba. Ya la he leído tres veces.

Publicidad

¡Anda! He cambiado mi reproductor de CD por una radio para escucharla unas horas y adivina qué está sonando… ¡"Just to Win the Love of a Girl Like You"!

*¿Tienes algo de Depeche Mode que me puedas mandar?

Como las primeras 20 páginas de Nicholas Sparks me dieron ganas de vomitar, empecé a leer La historia de Edgar Sawtelle, un libro del programa del club de lectura de Oprah. Es bastante grueso, así que supongo que me va a mantener ocupada bastante tiempo.

Ah, Jess y yo estuvimos toda la semana pasada hablando de esto. Cuando entras en la cárcel, te obligan a ducharte con otras mujeres y empiezas a criticar partes de tu cuerpo que antes creías que eran perfectamente normales.

No importa lo mucho que intente estar satisfecha con lo que tengo, estoy expuesta constantemente a las críticas, pero al menos no he empezado a vomitar y estoy tratando de ser más disciplinada con mi rutina de ejercicios.

Y ahora, respondiendo a tu carta, estoy muy contenta de que me vayas a ayudar a buscar un lugar seguro para cuando me den de alta. Me da mucha paz mental. Me doy cuenta de que el resto de mi vida depende de las decisiones que tome el [28 de enero de 2011, el día en que la daban de alta].

Créeme, soy consciente de todos los retos a los que me enfrento. Ya perdí la cuenta de todas las veces que lo he analizado.

Sé que estoy harta de estar en lugares llenos de arrepentimiento y nostalgia. Pero, sinceramente, aunque he ido a reuniones que me han gustado, siempre me siento un poco falsa cuando estoy en sesiones[ de AA y NA ].

Publicidad

Siempre pienso, ¿En serio son felices por no consumir drogas? Porque yo no y todavía quiero drogarme. ¿Me explico? Es de mis cosas favoritas.

Ya lo he dicho muchas veces: sí quiero dejar de drogarme pero nunca, desde que empecé a fumar hierba, se me han quitado las ganas. Cuando probé las drogas duras, fue como si finalmente hubiera encontrado lo que siempre había estado buscando.

Soy capaz de apagar mi cerebro y, con ayuda de una sustancia química, cambiar mi estado de ánimo y ser la persona que no puedo ser sin esa sustancia.

Todas estas consecuencias deberían quitarme las ganas de consumir drogas pero, por más que lo intento, no puedo sentirme así.

No me malinterpretes: no quiero fumar crack o inyectarme heroína. Solo siento que no estoy en la mejor disposición si no me doy un chute o me tomo una pastilla.

Estuve hablando con mi amiga Barbie y me dijo que su a madre le habían diagnosticado adicción al Xanax. Su farmacéutico le da una provisión semanal para que no pueda tomar mucho. Creo que esa es una solución razonable; ¿tú qué opinas?

Me gustaría, con el tiempo, poder decir que no necesito ninguna sustancia para vivir cómoda. Creo que en un ambiente con gente que es feliz estando sobria podría lograrlo.

Voy a tardar mucho en organizar mi vida tal como la quiero. Y creo que un poco de mantenimiento (benzodiacepina) podría ayudarme a soportar los tiempos difíciles que me esperan.

Me diagnosticaron trastorno de ansiedad. Siempre me ha costado trabajo estar en lugares con mucha gente. Incluso cuando era pequeña, era difícil convivir cuando estaba toda la familia.

Publicidad

Creo que [al probar la abstinencia total] me estaría abocando al fracaso porque al no tener nada que me ayude a sobrellevarlo, en el primer momento, sé que acabaría yendo a la calle a buscar una dosis.

Tal vez sea solo una justificación, no sé, pero creo que eso me daría más probabilidades de lograrlo. Me conozco a mí misma y sé lo rápido que he recaído en ocasiones anteriores después de que me dieran de alta (todas las veces ha sido ese mismo día) y esta vez no quiero caer sin haberme dado la oportunidad de intentarlo.

Por eso que quiero irme pronto a Florida. Espero poder ahorrar con el trabajo que tengo aquí, aunque va a ser difícil considerando que te quitan el 50 por ciento de tu salario.

Sé que estar limpia debe ser mi mayor prioridad. Por eso que quiero ir a una de esas casas en la que todos están sobrios para agilizar mi recuperación, porque créeme, lo último que quiero es estar en un entorno estructurado después de todo este tiempo (ya llevo 11 meses encerrada). Pero sé que allí tengo más probabilidades de estar a salvo.

Tengo que trabajar más eso de llamar a alguien cuando tengo el mono porque, sinceramente, cuando decido que voy a hacerlo, lo último que quiero es culpabilizarme y evitar que pase. Tengo que encontrar un patrocinador con el que conecte de verdad porque las pocas veces que he tenido uno, no lo aprovecho.

Sé que la familia no está muy de acuerdo en esto. No es por ser desagradecida, pero una carta de vez en cuando y mandar cosas no es un sistema de apoyo muy efectivo. Tampoco estoy diciendo que merezca lo que me mandan y entiendo que la distancia sea un factor muy importante.

Publicidad

Cuando me dejen salir, no me va a quedar otra opción que venderme al principio porque el gobierno no ayuda a la gente que tiene antecedentes penales relacionados con estupefacientes.

Si no tuviera tu apoyo, no sé qué haría.

Bueno, basta de seriedad. Acabo de escuchar una versión de "Stairway to Heaven" con la letra del tema de La isla de Gilligan. Se llama "Stairway to Gilligan's Island".

*Antes de que se me olvide, ¿cómo se llama la canción de Finger 11 que creo que te dije que me gustaba mucho? ¡Me estoy volviendo loca intentando acordarme! Por favor ayúdame, y mándame la letra también, si puedes.

Llevo todo el día leyendo la Guía Birnbaum 2010 de Walt Disney World [donde Liz y su madre planeaban ir de camino a la casa de recuperación en Florida]. Mañana voy a sentarme con Anissa a repasar el itinerario.

¡Te quiero mucho y te echo de menos!

Besos,

Lizzie


Elizabeth creció en Pennsylvania. Fue una estudiante sobresaliente en el colegio, hasta octavo. También destacaba en la música, las artes y los deportes, y la música siguió siendo importante para ella durante toda su vida. Sufría ansiedad social desde una edad temprana pero insistió en que no quería terapia. Era divertida, amable y compasiva, y siguió siendo muy buena en la escuela y en otras actividades durante el instituto.

Probó por primera vez la marihuana a los 15 años; cuando su madre se enteró, Elizabeth dijo que simplemente estaba experimentando. Después le dijo a su madre que había empezado a fumar hierba antes y después de clase, y también antes de irse a la cama.

Publicidad

Fue a la Universidad de Delaware para estudiar Diseño de Moda. Sin embargo, como sufría ansiedad y depresión grave, rara vez salía de su dormitorio y la expulsaron por no asistir a clase.

A los 19 años consiguió trabajo de camarera y sus compañeros de trabajo le dieron a probar la cocaína y la heroína. Poco después se volvió adicta a la heroína.

Dijo a su familia que era adicta y que tenía hepatitis C por compartir jeringuillas. Su familia la ingresó en un centro de rehabilitación. Terminó yendo a un total de seis centros de rehabilitación basados en el sistema de 12 pasos, incluyendo un anexo en Nueva Jersey.

La expulsaron de dos clínicas por interactuar con hombres y se escapó del anexo. Siempre acababa recayendo poco después de salir de rehabilitación.

También se casó y tuvo un bebé a los veintitantos. Perdió la custodia cuando su bebé tenía seis meses de edad y su marido le pidió el divorcio mientras ella estaba en la cárcel.

Cuando Elizabeth fue detenida, las autoridades no querían mandarla a una prisión estatal. No superó el programa de intervención previo al juicio porque se escapó del centro de rehabilitación en el que estaba ingresada y tampoco era candidata para el tribunal de narcóticos por mostrar tendencias suicidas. También perdió la libertad condicional por dar positivo en las pruebas de detección de drogas.

Fue condenada a entre tres y cinco años de cárcel por posesión de una sustancia controlada y parafernalia de drogas. Pasó tres meses en una prisión estatal en Clinton, Nueva Jersey, y salió en libertad condicional, después recayó, perdió su libertad condicional y estuvo en la cárcel otros 11 meses.

Publicidad

Después de salir del centro de rehabilitación social, donde escribió la carta, llegó a Florida y llamó a una amiga que ella creía limpia pero que resultó no estarlo. En cuestión de días, ya había vuelto a fumar crack y a inyectarse heroína. Empezó a trabajar como prostituta para pagase el alquiler y la droga.

Después se fue a vivir con un novio y dejó de trabajar en la prostitución. Ella y su novio fumaban crack a diario y se inyectaban heroína para soportar el mono.

En 2012 estuvo unos días ingresada en el hospital por una infección de la sangre. Unos meses más tarde, pidió prestado dinero a sus abuelos para un intento final de rehabilitación. Recayó el mismo día en que le dieron el alta.

En diciembre de 2013, fue ingresada por una endocarditis, que contrajo por reutilizar jeringuillas; donde vivía no había programa de reposición de jeringuillas. Elizabeth limpiaba las suyas con cloro, pero no era suficiente. Un cirujano le retiró los abscesos que tenía en corazón. Estuvo seis semanas en el hospital.

Mientras estaba ingresada, pensó en ir a una clínica de la buprenorfina. Salió del hospital un domingo y cuando llegó la clínica, estaba cerrada. Esa misma noche se volvió a inyectar.

Durante los meses siguientes, la endocarditis reapareció en varias ocasiones. Iba al hospital, pero no se quedaba para el tratamiento porque no le daban suficientes analgésicos.

El 18 de abril de 2014, fue ingresada de urgencias. Esa tarde, el médico llamó a su madre para decirle que Elizabeth no iba a sobrevivir. Estaba inconsciente y no sufría. El médico no sabía cómo había logrado llegar hasta allí por su propio pie.

Elizabeth murió en la madrugada del sábado, 19 de abril de 2014. La causa de la muerte fue sepsis grave, endocarditis por consumo de drogas intravenosas, insuficiencia renal e insuficiencia respiratoria.

* El apellido de Elizabeth y otros detalles han sido modificados para proteger la privacidad de los miembros de su familia.

Este artículo fue publicado originalmente en_ The Influence, una página de noticias en la que se tratan todos los aspectos de la relación entre las personas y las drogas. Sigue a The Influence en Facebook o en Twitter_.