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Noisey

Hablamos con el hombre que descubrió a Prince

Owen Husney nos cuenta cómo consiguió un millón de dolares mandando a la mierda a Warner Records.
Prince en un meet&greet en una tienda de discos. Su manager, Owen Husney, es el de abajo a la izquierda

El mes pasado hablé con el primer manager de Prince, Owen Husney. Husney descubrió a Prince cuando este era sólo un adolescente viviendo en un sótano en Minneapolis. Fue la persona que negoció su primer contrato discográfico, y quien le ayudó a reunir a los músicos de su banda. Husney estuvo a su lado durante la larga grabación de su debut, For You, apoyándolo cuando el orgulloso joven de 18 años le dijo a la discográfica que él produciría el disco, a pesar de su falta de experiencia. Prince tocó todos los instrumentos en For You —incluidos los crótalos— y finalmente el mes pasado el disco se reeditó en vinilo, razón por la que me puse en contacto con él. Quería saber cómo Husney dio por primera vez con este terco y diminuto adolescente y cómo es que For You pudo llegar a buen puerto —todo lo cual tiene un dulce y doloroso patetismo, en la estela de la inesperada muerte de Prince. Cuatro semanas después de mi conversación con Husney, Prince falleció. No fue el disco que le trajo aclamación universal y fama mundial (eso llegó un año después con el disco homónima que le siguió); sin embargo, fue una colección audaz y suave como la seda, y su nacimiento fue todo menos fácil.

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Para cuando Owen Husney conoció a Prince Rogers Nelson a mediados de los años 70, estaba bien posicionado para dirigir la carrera del joven prodigio. En los 60 Husney tocaba la guitarra (y fue manager) de la banda de garage The High Spirits, con quienes colocó un hit single con la versión del un viejo blues "(Turn on Your) Love Light", éxito que le permitió alcanzar cierta notoriedad y girar por los Estados Unidos.

"Teníamos groupies, teníamos la furgoneta, no teníamos millones, pero ya sabes, era una vida loca", explica. "Y en los 60, cuando existía mucha consciencia sobre llegar a ser, por decirlo así, nos aprovechábamos de lo que había". Se puede deducir de sus palabras que a los High Spirits les gustaba la fiesta dura. Después de la banda, Husney afiló sus dientes en la industria prestándose a varios oficios: organizó eventos, hizo una compañía de arte que imprimía publicidad para bandas; se fue de gira con Sonny y Cher; e incluso, fue proveedor de catering en camerinos de salas en Minneapolis, por donde todo el mundo pasaba, de Janis a Stevie, de Los Stones a The Who.

"Para cuando empecé a hacer de manager de Prince, había escuchado todo tipo de discusiones entre artistas y managers mientras me soplaba sus pleitos en el otro cuarto, preparando la comida", recuerda entre risas Husney. "Tuve acceso íntimo a muchas de estas escenitas, y pude más o menos ver cómo funciona una relación artista-manager".

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En 1976 Husney recibió una llamada de su amigo Chris Moon, el dueño de un pequeño estudio en la ciudad. Moon le vendió la idea de Prince del siguiente modo: "Tengo la cosa que va a explotar". Husney estaba muy ocupado y hastiado —había escuchado esa misma historia mil veces antes— pero cuando escuchó los demos de Prince, se despertó su interés. Las canciones eran planos entrenamientos de diez minutos, pero la musicalidad era instantáneamente impresionante. "Dios, necesito meter mis manos en esto", pensó Husney.

Pero bueno, dejemos que él continúe desde aquí…

Owen Husney: Le pregunté a Chris Moon: "¿Quién toca en la banda?". Me dice: "Es un solo chico, acaba de cumplir 18; él toca todos los instrumentos y canta todo. Yo co-escribí algunas letras con él, pero básicamente él está escribiendo todo también". Y yo respondí así: "OK, dame su teléfono ahora. Punto. Terminamos". [Risas] Y le marqué. Se estaba quedando con su hermana en Nueva York, quería conseguir un contrato con alguna discográfica con aquellas demos. Jamás hubieran conseguido uno.

Noisey: ¿Porque las demos eran demasiado largas y no estaban enfocadas?
Claro. Los dos habían trabajado mucho en grabar los demos, pero no tenían calidad comercial. Normalmente, cuando la gente es extremadamente talentosa como en el caso Prince, tienden a hacer canciones largas porque quieren enseñarle a todos que pueden hacer todo. Como sea, me comuniqué con él por teléfono y era súper tímido, sus frases eran muy breves y pausadas, pero podía percibir sólo por teléfono que era alguien especial. Mi única presentación fue: "Vuelve, acabo de escuchar tu demo y te digo ahora mismo que yo creo en ti. Vas a necesitar a alguien que te proteja. Yo ya pasé por el negocio, y te puede comer vivo". Era completamente virgen, pero yo creía en él.

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¿Cuál fue el siguiente paso?
Prince seguía viviendo en casa de su mejor amigo, André Cymone, en el sótano de la madre de André [Cymone terminó siendo el bajista de la banda Pre-Revolution de Prince]. Era a principios del otoño del 76, y él todavía no sabía si debía confiar en mí o no, así que simplemente empecé a hacer cosas. Cuando regresó por primera vez de Nueva York después de mi llamada, llegó a mi casa, yo tenía un piano y varias guitarras. En el instante en el que cruzó por la puerta, lo miré y supe en mi interior que era la pulpa auténtica del pop.

¿Cómo era su aspecto? ¿Cuáles fueron tus primeras impresiones?
Usaba vaqueros con un planchado a la mitad [Risas]. Algún tipo de botas color café. Bien combinado, aunque no fuera ropa cara porque no podía permitírselo. Entendía todo de inmediato, se daba cuenta de las cosas, y tenía estos ojos increíbles que eran realmente geniales; no sé si tenían forma de almendra, pero eran hermosos. Tenía las cejas muy oscuras. No era muy alto, como sabes. Y tenía un afro gigante. Era muy reservado. Probablemente tocó la guitarra en mi casa, tal vez un poco el piano, pero sobre todo quería charlar. Nos estábamos tomando la medida el uno al otro. Se notaba que era un joven brillante. Nada de tonterías: tenía la madurez emocional del CEO de cuarenta años de una multinacional y aunque no entendía la parte del negocio, se notaba que estaba concentrado. ¿Conoces a Little Richard?

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Sí, claro.
Hay unas fotos de Little Richard cuando estaba en una banda antes de ser Little Richard. Están todos sentados: uno de ellos mira a la derecha, otro a la izquierda, uno mira hacia abajo y luego ves a un Little Richard bebé, y sus ojos son como dos lasers disparando a la cámara. Se ve el fuego; puedes ver que hay algo más. Ese fue el sentimiento que tuve con Prince. Había un enfoque, una chispa de inteligencia. Entendía conceptos. Y era un tipo del norte de Minneapolis, prácticamente recién salido del colegio. La mayoría de los chicos a esa edad están conduciendo coches a 180 kilómetros por hora, haciendo tonterías, probando su testosterona. Él no era así. Nadamás escuchar su demo y conocerlo en persona, supe que tenía que moverme rápido y conseguir un contrato.
Alguien quiso alejarlo de mí y le regaló una guitarra dorada como gancho. De hecho nunca supe si era verdad o no, pero estábamos a punto de firmar el contrato y había tal vez unos veinte centímetros de nieve, el viento rugía, y llegó a mi casa con otro personaje. Abrió su estuche, adentro había una guitarra dorada y me dice: "Pues alguien más quiere firmarme y me dio esta guitarra dorada". Y me lo quedé viendo y le dije: "¿Sabes qué? Yo no estoy aquí por una maldita guitarra, vete con quien te la dio y que él te firme. Mejor vete. Ya, terminamos". Lo vi caminar a la puerta y luego hacia la nieve. Sentí como si el amor de mi vida se hubiera ido, que lo había perdido. Pero sabía que tenía que mantenerme firme en mi posición. No podía comer, había pasado un fin de semana y yo sólo estaba: "¿Dónde está, ¿dónde está?, ¿por qué no me llama?". Me enfermé del estómago y probablemente el lunes o el martes, recibí la llamada y me dice Prince: "Ok, hagámoslo. Vamos".

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¿Te viste con sus padres? ¿Cómo fue su situación?
Ya se había mudado. Tenía un padrastro al que no quería, y no creo que el padrastro haya sido particularmente buena persona con él, pero no tengo los detalles. Así que se fue de su casa y se mudó al sótano de André. La madre de André era un pilar dentro de la comunidad negra. Estaba en la YMCA [Asociación Cristiana de Jóvenes] o en la YWCA [Asociación Cristiana de Mujeres Jóvenes], dirigiendo actividades y programas. Era una capataz: "¿Acabaste tus deberes?, ¿estás haciendo esto?, ¿ya hiciste aquello?". André y Prince vivían en el sótano y para poder salir con chicas, pintaron una raya a la mitad de la habitación y Prince no tenía permiso de entrar a la mitad de André y André no podía pasar a la mitad de Prince. Pusieron una cortina. [Risas].

¡Ja! Súper vieja escuela. Entonces el siguiente paso fue presentarlo con tu abogado y con el productor David Z [Etta James, Neneh Cherry, Billy Idol], así como músicos para hacer su banda…
Necesitábamos acortar esas canciones, y luego necesitábamos dinero. El abogado conocía a un par de personas, entonces hicimos un kit de presentación y fuimos a venderles la idea —uno era un doctor, el otro un abogado— y logramos juntar unos 50 mil dólares entre los dos. De ahí le pudimos comprar a Prince el instrumento que quisiera. Lo sacamos del sótano de André y lo pusimos en un pisito al sur de Minneapolis.

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Tu agencia de publicidad gozaba de éxito en ese momento. ¿Sufriste algún tipo de aprehensión al dejarla?
Creía en Prince lo suficiente como para dejar mi agencia de publicidad —haciendo negocios valorados en millones de dólares— y entregarle mi vida entera. Realmente le quería como ser humano. La gente dice: "¿Y Prince no era un poco extraño?" Todos somos medio raros. Nunca he conocido un artista que no sea raro. Y el hecho de que fuera esquivo y callado —no conmigo, pero con todos los demás— a mí nunca me molestó. Yo era feliz con su modo de ser. Si hubiera sido del tipo: "Ey, vente, vamos a fumar un porrito y pasarlo bien", ¡nunca hubiera sido su manager![Risas]. Eventualmente se hizo un demo funcional y Prince firmó un contrato.
Una historia interesante acerca del demo: hay una canción en su primer disco que se llama "Baby", para la cual quería una orquesta. La única orquesta que conocía en la ciudad en ese momento era la orquesta de una radio, así que los llamé. Cuando llegué al estudio para ver cómo iban las cosas, Prince estaba totalmente loco, estos tipos tenían todos 90 años y no entendían nada. [Risas]. Prince intentó trabajar con ellos, no sé qué sabía sobre escribir música en ese momento, pero trabajó con ellos hasta el punto en el que reescribieron y acomodaron la música exactamente como él quería. Un chico de 18 años trabajando con estos músicos súper experimentados, músicos de orquesta, y les reescribió sus partes y consiguió que lo hiciera como él las quería.

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Entonces, ¿grabasteis unas buenas demos, hiciste un press kit y comenzaste a pasearlo por las discográficas?
Sí, llamé a Warner Brothers —había trabajado con ellos antes a través de la agencia de publicidad—, entonces llamé a Russ Thyret [CEO de Warner] y le dije: "Te voy a hacer un favor. Mira, Columbia Records están volando hacia aquí. ¿Quieres escuchar al joven genio que tengo? ¿Lo quieres escuchar mientras Columbia gasta dinero? Y él así de: "Sí, claro". Entonces ya tenía una cita con Warner Brothers para ponerles la demo y en ese momento llamé a Columbia y les digo: "Oye, Warner Brothers están volando en este momento para acá. Ellos pagan las fantas, ¿no quieres venir y escuchar el demo de este joven genio de Minneapolis?". Luego llamé a A&M Records y les dije: "Voy a hacer una presentación para Warner y para Columbia, ¿quieres escuchar?". Pero siempre supe que me iría con Warner. Era la discográfica más adecuada para los artistas top de la época. Las otras parecían más frías. Mentí deliberadamente para poder hacer estas citas con todas las discográficas.
Ahora me dedico a enseñar [el negocio de la música] en UCLA y les enseño a mis estudiantes cómo mentir, siempre y cuando nadie salga dañado. "Ey, vi a tu novia con otro tipo en el bar de allá". Esa es una mentira perniciosa. Pero cuando la gente no sale lastimada y puedes ayudar a que alguien se posicione, ey ¡pásalo bien!

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Sabias enseñanzas. Así que tenías tres discográficas interesadas pero Warner era la buena. El contrato que terminaste negociando fue bastante lucrativo, he escuchado.
Sabía que a pesar de querer irme con Warner, necesitaba conseguir un contrato sustancioso para Prince, porque necesitaba muchísimo apoyo. Y ya. Eventualmente me iría con Warner [Risas]. Supongo que ya pasamos la circunstancia en la que pudieran demandarme por decir esto. La única discográfica a la que le hicimos una presentación y no les interesó fue RSO Records, que tenían a los Bee-Gees. Aún conservo su carta de rechazo: "Su artista es talentoso, pero no creemos que tenga mucho futuro, vamos a pasar esta vez". Pensé que podría generar una guerra de ofertas y hacer una buena cantidad de dinero y que Prince pudiera hacer tres discos, cosa que no dejó de hacerse hace mucho tiempo. Conseguimos un contrato por tres discos y estoy 99 % seguro de esto: Fue el contrato más importante que se había firmado hasta ese momento para un artista totalmente inédito y desconocido.

¿Por cuánto firmaron?
Creo que todo el contrato fue por un poco más del millón de dólares. Querían formar parte del publishing, pero yo realmente no sabía nada sobre Music Publishing en ese momento. Y les decía: "No estoy preparado para tener esta discusión" porque no tenía idea de qué diablos era y quería salir corriendo de las reuniones y buscar un libro para entender de lo que hablaban. Sé que si les decía: "¿Qué es Publishing?" se hubieran ido con otro manager en ese mismo instante. Finalmente cedieron y la razón por la que Prince es dueño de todas sus publicaciones es porque yo no tenía idea de lo que era eso. [Risas]

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Es conocido que Príncipe luchó para producir su álbum debut a pesar de su inexperiencia. Fue una batalla de proporciones épicas.

Querían que Maurice White [fundador de Earth, Wind & Fire] lo produjera y se barajaron otro par de nombres, tal vez Norman Whitfield [The Temptations, Marvin Gaye]. Algo realmente interesante de Prince —y no actuaba con malicia al respecto para nada—, es que ya había estudiado a todos estos artistas como Maurice y Norman y los que fueran. Sabía todo sobre ellos y no quería su sello en el disco —quería desarrollar su propio sonido y yo estuve de acuerdo con él en eso. Incluso me escribió una notita que decía: "Owen, respeto mucho a estos artistas y productores, pero puedo desmontar por partes su música y puedo decirte que no es el sello que yo quiero que tenga mi sonido".

Así que ahora le tengo que decir al director de Warner Brothers que nadie va a producir el disco de este artista desconocido que no ha hecho discos: él lo va a producir. Fui y me peleé. Aceptaron organizar una pequeña prueba en la que harían volar a Prince desde Minneapolis y le harían grabar todos los instrumentos a él mismo. Yo le dije a Prince: "Mira, te están dando tiempo de estudio gratis, haz una canción". Llegamos y Prince hizo un track de batería perfecto, regresó, puso una línea de bajo. Ahora, en el estudio hay un grupo de personas y él no tiene idea. Estas personas eran los mejores productores de la época: Lenny Waronker, Russ Titelman, Eddie Templeman, además de un par de figuras de Warner Brothers. Todos estaban absolutamente impresionados. Así que la prueba funcionó.

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Me salí al pasillo y me dijeron: "Mira, obviamente sabe cómo grabar un disco, y tal vez nos cueste un disco desechable, pero va a llegar ahí". No hay una sola discográfica en esta época que estuviera dispuesta a hacer eso. Ni siquiera le darían la oportunidad. Prince probablemente no hubiera logrado ningún tipo de éxito en la actualidad, simplemente debido a las restricciones que le hubieran puesto. Así que conseguimos algo grandioso: el contrato discográfico más grande en la historia hasta ese momento para un artista desconocido, que ese nuevo artista fuera su propio productor y convencimos a la discográfica de que él iba a tocar todos sus instrumentos.

El plan era mantener toda la producción en Minneapolis y grabar con el ingeniero Tommy Vicari [Michael Jackson, Whitney, Justin Timberlake]. Pero luego Vicari no pudo llegar al estudio por diversas razones y no querías que Prince fuera a L.A. Al final, te comprometiste y planeaste grabar el disco en Sausalito, al otro lado de la bahía, en San Francisco, pero tampoco resultaron las cosas en esa situación…
Correcto. Después de una semana grabando en Sausalito, llegó Prince a la casa y me dijo: "No puedo trabajar con el ingeniero". Le digo: "Acabo de conseguir que Warner Brothers nos dé todo lo que queríamos ¿y ahora tengo que deshacerme del ingeniero? Van a parar el proyecto. Se acabó". Y me dice: "Pues lo tienes que hacer. Lo hago yo por ti".

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¿Por qué no le gustaba?
Es un ingeniero magnífico, ha ganado Grammys, es excelente. No quiere decir que fuera malo, simplemente no tenía la misma longitud de onda. He aquí algo interesante sobre Prince: tiene un intelecto extraño y la habilidad de absorber lo que sea que esté ocurriendo en el cuarto. Es una cosa muy, muy especial y yo creo que es uno de sus más grandes dones. Dos semanas en ese estudio con Tommy Vicari y le agarró la pájara: "OK, ya sé cómo hacer esto". [Risas]. Y claro, después tuve que ir a decirles a Warner.

¿Y se enfadaron?
Se volvieron locos. En algún momento, en Warner estaban tan nerviosos porque no los llamaba, que el presidente y el jefe de promoción, Russ Thyret y Lenny Waronken, volaron a vernos. Querían escuchar cómo iba todo. Prince estaba grabando la primera canción de For You, que se llama "So Blue" y no tenía una línea de bajo. Lenny dice: "va a ser una muy buena canción, una vez que tenga la línea de bajo". Prince lo miró y le dijo: "No va a haber ningún bajo. Vete. Largaos de mi estudio". Sacó del estudio al presidente y al jefe de promoción, la persona que le permitió grabar un disco [Risas]. Los sacó del estudio así nada más. Yo me puse de pie y fui al pasillo y me puse a hablar con ellos, pero me miraron y dijeron: "Entendemos. Déjalo que haga lo suyo".

Wow. Qué comprensivos.
¡Totalmente! Por eso Warner Brothers tenía tantos hits. Si miras los hits de los años 70 de Warner, es uno tras otro. Es así. Y nunca nos volvieron a molestar. Pasó mucho, mucho tiempo haciendo el disco, pero quería que fuera perfecto; y no quieres un disco perfecto, los discos perfectos pueden ser estériles: las imperfecciones dotan de profundidad.

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Hablemos sobre algunas de las canciones…
Hizo una canción, una a capela llamada "For You", son como 30 voces de Prince grabadas una encima de la otra, una y otra vez y es super guay y tiene todo el sentido del mundo y es la primera canción del disco. La mayoría de sus canciones: "My Love is Forever", "So Blue", "In Love", ya tenían un demo antes. La concentración de Prince y su brillante creatividad… muy pocas veces he visto en este negocio que el paquete fuera tan completo. Yo de hecho creo que Michael Jackson es también increíblemente brillante por lo que logró hacer y escribir y que le saliera, estando él al mando de todo lo que hacía. ¿Está Prince ahí donde están Bob Dylan y John Lennon? Tal vez sí, tal vez no. Si no lo está, está muy cerca. La suya es una carrera larga que ha madurado y que ha llevado a su audiencia en un viaje a través de muchos años y ellos también han madurado en el proceso.

¿Tienes alguna historia de cuando grabaron alguna canción en específico?
Hay otra canción llamada "Baby" en el disco y también hicimos un demo primero. Fue en la que traje a la orquesta. Imagina esto: este tipo que acaba de cumplir 18, escribió esta canción sobre embarazar a tu novia y luego qué vas a hacer, el dilema con el que te enfrentas. Al final de la canción dice: "Espero que el bebé tenga tus ojos". Es simplemente muy tierno. ¿Y sabes? Prince es un bad ass maestro del funk pero hay una ternura en muchas de las cosas que escribe. Si escuchas sus letras, se te puede poner la piel de gallina. "So Blue", es ese tipo de cosa. Creo que en esa época acababa de conocer la música de Joni Mitchell, y ese fue su homenaje a Joni.

Pero también tenía su lado rockero.
Exacto. La primera cosa que Prince me dijo después de que firmamos es que no quería que lo encasillaran como artista de R&B. Muy pocas personas habían roto las barreras antes. Marvin Gaye y Sly and the Family Stone lo consiguieron entrando en la radio negra y la radio blanca, pero Prince no quería que lo encasillaran. Si eras un artista afroamericano en esa época, te tenías que remitir a tu base negra, que son las cadenas de radio, y tenías que construir la mezcla desde ahí. Él no quería hacer eso y quedó ejemplificado en su segundo disco, cuando "I Wanna Be Your Lover" se coló al top de la radio. No le gustaban las paredes. Le causaban asco. Quería hacer música increíble y tenía la habilidad para hacerla.

Tu esposa también le cortaba a Prince el cabello en esa época ¿no? Todo queda en familia.
Pues todos nos mudamos a Sausalito y a Los Ángeles y claro, eramos los encargados de Prince porque era muy joven. Nos asegurábamos de que comiera su desayuno, su comida y su cena; de que tuviera sábanas limpias, que su pelo estuviera bien cortado. Britt hacía eso, incluso en la carta que me escribió habla de cómo Britt le cortaba el cabello.

Es súper loco pensar en él como un adolescente.
Es fuerte. Yo creo que todavía ni tenía carnet de conducir. En serio. He sido manager de otras bandas que viven en la misma casa por un año y hacen locuras —y eso está bien—, pero él no tenía nada. Cero. No había nada. Vivía en un sótano.

Actualmente das clases en UCLA. ¿Cuál es tu consejo a los artistas que están empezando?
[Suspira.] ¿Tienes cinco horas? Antes que nada, Prince es una anomalía. No todo el mundo tiene tantas agallas como él y puede decirle a medio mundo que se vayan a la mierda, salirse con la suya y convertir su sueño en realidad. Creo que lo que me gustaría decirle a muchos músicos hoy en día es que trabajen con toda la gente, hagan canciones juntos, salgan, tengan experiencias trabajando con muchos tipos diferentes de personas, no intentes hacerlo todo tú mismo ni que nadie te ayude a escribir. Y mira, puedes aprovechar mucho las redes sociales hoy en día. No existía nada así en la época de Prince. Hay modos de usar eso a tu favor. Te voy a dar el mismo consejo que doy en el primer día de clases: existen dos palabras en el negocio de la música. No es show de arte, no es show con amigos sino que es negocio de los shows. Ten en orden tu parte del negocio, porque si no te van a machacar.

Volviendo al contrato con Warner Brothers. Fue por tres discos, pero luego volvieron a firmar juntos, ¿fue ese contrato en contra del cual se rebeló, cuando se escribía en la cara la palabra "esclavo"?
Puedo hacer algunas conjeturas al respecto, porque concuerdo con Prince. Digamos que eres un artista y haces estas pinturas increíbles. Y vienes conmigo y me dices: "Owen, necesito dinero, quiero dejar mi trabajo y ponerme a pintar". Yo estoy de acuerdo con que eres un gran artista y deberías hacer tus pinturas. Y me dices: "¿Me puedes prestar dinero para que pueda ponerme a pintar mis cosas?". Y yo te presto 25 mil dólares para que no te preocupes un par de meses y hagas tus pinturas increíbles. Lo haces, tus pinturas se hacen medio famosas, me pagas el dinero que te presté, pero ahora yo soy dueño de las pinturas. Así funciona este negocio. Firmas un contrato, te dan mucho dinero para que hagas un disco, te dan dinero para que promociones tu trabajo, y si tienes éxito, les tienes que devolver el dinero. Una vez que les pagaste, siguen siendo dueños de tu trabajo. Entonces pues lo entiendo.
Prince es un controlador —no es ningún secreto—y estoy de acuerdo con él. Sería detestable tener su creatividad y que alguien más sea el dueño de la misma. Quería salirse de ahí, pero tenía que cambiar 30 o 40 años del mismo patrón de negocios en la industria. También creo que quería sacar un disco cuando le diera regalada gana, y Warner Brothers me llamaban —aunque yo ya no era su manager— para decirme: "¿Qué hacemos?". A lo que respondía: "Mira, si intentas ponerle freno a la creatividad de Prince, lo vas a perder". Sentían que estaba sacando demasiados discos y que su audiencia iba a terminar por diluirse. Y hay que entender que Prince es una máquina de gran calidad. Es una máquina de lo real. No pone a circular mierda. Son productos buenos, pensados. Y tal vez sí sea demasiado, y y sí tengas una tendencia a diluir tu público. Pero si le pones límites y si lo encadenas, por decirlo así, se va a ir
Hay esta ley que se llama "terminación de la reversión" y sé que le devolvieron la mayoría de sus canciones. Él sólo quería ser el dueño de su música para luego ceder los derechos a las discográficas y que ellas distribuyeran. No quería que los sellos fueran los dueños. Lo entiendo. En verdad lo entiendo.

¿Cuál es tu pieza más valiosa de memorabilia de Prince?
Probablemente la carta que me escribió. No me quiero hacer el chulo, pero es una súper carta y en ella me profesa su amor y lo que quería hacer. Probablemente fue en el momento en el que estábamos terminando. Yo ya no quería seguir, sentía que ya había hecho mi parte: agarrar a alguien que prácticamente nunca había estado en un estudio y hacer que sucediera todo esto. Hubo un momento en el que simplemente no quise seguir, y le dije que prefería irme. Entonces me escribió una carta súper larga. En el momento lo que pensé fue: "Dios, ya se convirtió en una diva". Me doy cuenta en retrospectiva que sí necesitaba mucho ese tipo de apoyo. Y sí necesitaba que todas estas cosas sucedieran y que alguien las hiciera por él para que pudiera enfocarse en un 150 por ciento en la música. No tengo muchas cosas, pero lo que tengo es una cosa totalmente única y de interés real. Y es una carta que no se irá a ningún lado. Probablemente la conserve hasta el día de mi muerte.

Owen Husney actualmente trabaja en UCLA y escribe unas memorias.

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