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Cultură

Que fumes hierba no significa que vayas a follar mejor

Un estudio ha demostrado que los fumetas tienen más y mejor sexo. Pero otros investigadores afirman que podrían ser bastante soseras —o al menos paranoicos— en la cama.

Imagen vía Wikipedia Commons

Este artículo fue publicado originalmente en Broadly, nuestra plataforma dedicada a las mujeres.

Ian van Veen Shaughnessy es el CEO de Rare Industries, en Oregón. Además de dirigir la compañía, también es un químico devoto que, ahora mismo, está trabajando con su equipo en el desarrollo de lubricantes de cannabis con base de agua y silicona.

Ya existe el Foria, el popular aceite con infusión de THC que se comercializa para mejorar la salud y el placer sexuales femeninos (bueno, no sé si es popular, pero al menos se ha escrito mucho sobre él). Aunque este producto se ha calificado en los medios como lubricante, en realidad actúa como un " prelubricante": se trata de un producto a base de aceite de coco que puede rociarse una hora antes de practicar el sexo, o como ritual cada mañana. Debido a su base de aceite, Foria también es capaz de disolver los condones de látex, de modo que Shaughnessy y su equipo están intentando crear lubricantes aptos para condones que también te coloquen un poco.

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"Tenemos los mismos problemas fundamentales que el Foria, es decir, la absorción transdérmica del THC y el CBD", explica Shaughnessy. "Debe transcurrir una hora como mínimo hasta que se procesa, y en ese tiempo la piel hace su trabajo", lo que significa que protege el cuerpo frente a sustancias externas. Con el producto de Shaughnessy, los sujetos sometidos a pruebas emplearon entre 2 y 4 gramos para los intercambios sexuales, pero no indicaron sentir la euforia del coloque hasta mucho después del orgasmo. Antes de que se lance este nuevo lubricante, también deberá someterse a un riguroso período de prueba para experimentar con las dosis. Shaughnessy y su equipo están tratando de equilibrar las emulsiones para que cada aplicación de su producto tenga la misma proporción de lubricante y de THC.

Rare Industries es un conjunto de equipos de extracción y de expertos químicos, no de productores de marihuana, pero se autoproclaman " hippies" que creen en la ciencia molecular de los productos derivados del cannabis y en cómo estos pueden mejorar la vida sexual de la gente. Shaughnessy trabajaba anteriormente en una destilería, produciendo ginebra y otras bebidas alcohólicas, pero cambió el alcohol y el Medio Oeste por la Costa Este cuando las leyes sobre el cannabis comenzaron a cambiar. Deseaba participar en la ciencia y la investigación que rodeaban toda esta creciente industria. Además, afirma, "el etanol es mucho más destructivo en su naturaleza que el cannabis".

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"La cocaína, cualquier anfetamina, el etanol… todas esas drogas deprimen el sentido de la empatía. El hecho de que no se te levante después de haber bebido tiene una explicación", indica Shaughnessy entre risas. "La cocaína es una de las peores sustancias para eso. Provoca una monstruosa y tremenda depresión de la empatía. En cambio, el cannabis hace todo lo contrario. En realidad, no existen muchas drogas naturales que lo consigan. El cannabis ostenta un lugar especial en el panteón del sexo porque, a diferencia del etanol, que amortigua los sentidos y te hace sintonizar solo contigo mismo, el cannabis te hace más consciente del momento que estás compartiendo con la otra persona".

¡Hierba! Foto vía Wikimedia Commons

Las investigaciones en torno a la relación entre el cannabis y el deseo sexual son controvertidas y están llenas de mitos. "Los efectos [del cannabis] no están garantizados", afirma Joshua Ahn, que estudia la marihuana desde la International Cannabinoid Research Society. "Los efectos varían drásticamente según la biología de cada individuo, mucho más que con otras drogas. Literalmente provoca a la vez excitación e inhibición a nivel molecular, mientras que otros compuestos tienden a provocar solo lo uno o lo otro. En algunas personas la excitación es más pronunciada y, en otras, la inhibición puede ser mayor".

Ahn rechaza de pleno todo mito de que la marihuana provoca impotencia en los hombres. "El THC es un vasodilatador", afirma. "Activa el flujo sanguíneo. En cambio el alcohol es un vasoconstrictor si se ingiere en grandes cantidades. El único modo en que imagino que alguien pierda una erección por culpa del cannabis sería pensar en exceso o sufrir paranoia".

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Ahn reconoce que, a lo largo de la historia, la gente ha usado el cannabis como afrodisíaco, pero no hay muchos estudios científicos publicados acerca de la relación entre la función sexual y el THC. Un estudio realizado en 2007, en el que se emplearon ratas, descubrió que los roedores mantenían erecciones más prolongadas cuando se bloqueaban sus receptores de cannabinoides, mientras que otro cuestionaba los efectos positivos de bloquear dichos receptores.

"Se trata de la típica política de controversia en torno al cannabis", indica Ahn. "Saben que esos estudios en ratas no pueden necesariamente aplicarse a humanos, pero al fomentar la cautela consiguen perpetuar los estigmas en contra del cannabis. Sinceramente, creo que más investigaciones sobre los receptores en esta zona del cuerpo humano provocarían un beneficio neto sobre la respuesta sexual, con toda probabilidad vinculado a la vasodilatación y a la estimulación psicológica".

El único modo en que imagino que alguien pierda una erección por culpa del cannabis sería pensar en exceso o sufrir paranoia".

En la actualidad, el mundo médico está obsesionado con el CBD (o cannabidiol), que es un cannabinoide activo que provoca una sensación de calma y relax. Shaughessy explica que, tradicionalmente, todo el cannabis contiene CBD, pero conforme las leyes penales se hicieron más rigurosas en torno a esta droga, los productores empezaron a cultivar marihuana para que fuera la mierda más loca que se pudiera conseguir. "Si vas a ir la cárcel por cultivar hierba, lo mejor es que sea porque cultivas la mierda más loca que sea posible", afirma Shaughnessy. "Los productores no solo cultivan hierba para obtener mayor potencia, sino que cultivan el CBD que se crea en ella. Solo recientemente hemos empezado a descubrir el CBD. Es como si la marina británica redescubriera que las limas previenen el escorbuto".

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A diferencia de lo que sucede con el THC, el CBD es un antipsicótico. En 2013, la CNN informó de que el CBD había conseguido acabar con las frecuentes y graves convulsiones que sufría una joven de Colorado, y otra investigación ha demostrado que el CBD puede aliviar determinados síntomas de pacientes con Parkinson.

Shaughnessy destaca el hecho de que el público realmente no alcanza a entender cómo funcionan los cannabinoides en el cuerpo humano. Cuando Shaughnessy me lo explica, no para de recitar nombres de sustancias químicas —terpenos, limoneno, betacariofileno— como si estuviera leyendo la lista de la compra. Apenas me entero de la terminología conforme la dispara como una metralleta, así que pienso que es momento de dejar la búsqueda por hoy. Lo que realmente quiero sabes es si piensa que la hierba hace que el sexo sea mejor o peor.

"En realidad no creo que estos 'problemas' inherentes relacionados con el cannabis y el sexo sean estrictamente culpa del cannabis", afirma Shaughnessy, aunque puntualiza que solo puede hablar desde su experiencia personal porque no hay datos disponibles. "Son solo problemas sexuales. Esta mierda suele pasar".

"Puedo afirmar sin lugar a dudas que [la hierba] tiene un efecto positivo [sobre el sexo]", indica Ahn. "A título personal, yo creo que esto se debe en gran medida a los efectos psicológicos. A diferencia de lo que sucede con otros compuestos como el alcohol y los estimulantes, [la hierba] no interfiere en el flujo sanguíneo. Hace justo lo contrario y lo mejora". Pero también insiste en que la marihuana exige una curva de aprendizaje. Ahn explica que el cannabis puede hacer que las experiencias siempre nos parezcan nuevas, y si este efecto es demasiado pronunciado en un principiante y le hace sentir incómodo, fácilmente podría acabar provocando una situación sexual fallida. Justamente la situación extrema de la que nos hablaba Shaughnessy.

"Recuerdo cuando era un bobo y tímido chaval de 17 años y la chica que me gustaba me invitó a su apartamento", recuerda Ahn. "Nos pusimos pedo juntos y, de repente, me sentí tan preocupado por el modo en que me estaba comportando delante de ella que me largué sin dar explicaciones. Obviamente, ella pensó que yo era un tío muy raro".