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Cultură

Qué hacer DESPUÉS de una cita

Bien, quedasteis e incluso follaste. Tranquilo, tus problemas justo acaban de empezar.

Fotograma del vídeoclip de la canción "California" de Wax, dirigido por Spike Jonze.

¿Cómo fue la cosa? ¿Bien? ¿Follaste? De puta madre, pues que sepas que acabas de cagarla por completo. Años y años, semanas, días y horas pensando en fornicar; todo por terminar descubriendo que es lo peor que te ha pasado en la vida, felicidades. Me explico —no vayáis a pensar que digo las cosas de forma gratuita—, todo lo que te saque de tu cómodo estilo de vida de individuo despreocupado por los sentimientos y el sexo significará el fin de tu libertad existencial. Ahora tienes algo, una cosa que es la más valiosa de cuanto existe; el tiempo. Cuando entres en esa espiral de deseo vas a canjearlo por conceptos como "sexo", "pareja", "familia" o "tengo 50 años y lo único que he hecho en la vida es ser padre de dos hijos de mierda que me odian". El hombre libre es ese que puede actuar sin depender de nada ni nadie, las relaciones con los otros seres humanos siempre resultan un obstáculo por alcanzar este estado de plenitud existencial y está claro que las relaciones sentimentales y/o amorosas son las más perniciosas para lograrlo.

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Lo mejor que puede pasar en una cita es que las cosas vayan mal y no conectéis con la otra persona. El clásico decir "mira, creo que esto no está funcionando". Sí, es la clásica frase que da infinita rabia pero, ¡qué le vamos a hacer! Un servidor está acostumbrado a que le digan esto y, pese a que al principio te pones triste y lloras al llegar a casa, finalmente ves que es lo mejor que te podía pasar.

Por otra parte, después de una cita que ha trascendido —o sea cuando "los marineros han cargado todas las provisiones dentro de la jodida Santa María para zarpar hacia la India"— es cuando empiezan los dolores de cabeza, el flirteo con el hades.

Con eso de "después de la cita" no me refiero al momento justo de después de una cita, a eso de echar a alguien de tu casa con excusas como "tengo que ir a comer a casa de mis padres" o largarte de casa de alguien y oler el sexo en tus dedos mientras vas en metro hacia el trabajo —la gente te mira y piensa "este tipo ha follado", tú alzas la cabeza, miras a tu alrededor y piensas "sí, peña, un servidor ha follado". Me refiero a manejar el asunto este de tratar con gente. El asunto más complicado de este planeta Tierra, la diplomacia. Algo que puede hacer estallar guerras y matar a inocentes o crear tiempos de paz, alegría y bonanza.

Analicemos ciertas posibles situaciones. Aquí, amigos, empieza la parte del artículo organizada por puntos:

LA FORTALEZA INFERNAL

He decidido poner títulos un poco apocalípticos, no os preocupéis, todo va "bien". Esta es la situación que acontece cuando te acabas de tirar a alguien y empiezas a sentir algo. Joder, puede que a la mañana siguiente no te apetezca largarte corriendo de allí. Como de todos modos terminan echándote con excusas que consideras comprensibles, te pasas el resto de la mañana haciendo de stalker digital. La buscas por redes sociales y todo esto, en busca de información y fotos. En fin, documentos. Le preguntas cosas por WhatsApp y la espera supone cuchillos en tu corazón. Analizas cada respuesta y no entiendes por qué solamente te dice "sí, no está mal" cuando le acabas de decir que "Si bien en Sonatine ya se exploraba la convivencia entre humor, inocencia y violencia no fue hasta El Verano de Kikujiro que Takeshi Kitano formalizó esta apasionante tríada". El problema es que todo el amor que tú estás generando es inversamente proporcional al que siente la otra persona, cosa que te hunde en una temporada (de dos meses a año y medio) de oscuridad, apatía y tristeza. Estás en "La fortaleza infernal" y muy pocos han salido vivos de esta mierda.

LA EVASIÓN NUCLEAR

Esto es como el apartado anterior pero al revés. Aquí eres tú el que está edificando "La fortaleza infernal" o más bien dicho, planeando "La evasión nuclear". Lo sé, con estos títulos la cosa se está complicando un poco. El tema es que percibes que la otra persona "quiere algo más", ni que sea solamente volver a quedar para tomar un vaso de agua. Tú, evidentemente, estás en un momento esplendoroso de tú vida y no quieres malgastarlo con una sola persona. Ahora eres un cuerpo de todos, el pueblo entero tiene que arrastrarse por tus genitales. Vale, esto no es algo sencillo. Para manejar el hecho de que esa primera noche tu cita se "dejara" —nadie se deja nada, ya me entendéis, por eso las comillas— el monedero en tu casa decides ir un día a su curro y dárselo apresuradamente, alegando que tienes que "firmar unos papeles importantes" y tienes que largarte corriendo. Te persiguen por las redes de la misma forma que tú lo harías, estás tratando con profesionales. Escapar nunca había sido tan complicado, al fin y al cabo estás escapando de tus propios errores y decisiones pésimas en la vida, te lo mereces.

LOS ESTOICOS

Existe gente que puede llegar a un acuerdo sexual con otra persona, algo muy técnico, con los límites muy establecidos. No es un polvo casual y por supuesto esto no se trata de una relación. Cada día que pasa os repetís que no sentís nada por el otro y que con suplir ciertas necesidades físicas ya estáis contentos. "Ei, incluso podemos ir a tomar un puto helado algún día pero no significará NADA, solamente somos amigos de follar". Está claro, no es un amante, es un socio. La verdad es que es aceptable pasarse una época de tu vida pensando con los genitales pero llega un punto que sudar de todo es complicado. De algún modo al final terminarás enganchándote a alguien. Pero bueno, disfruta del binomio citas-polvo tanto como puedas porque recuerda, con cada casquete estarás arrancando un ladrillo de ese muro al que te atreves a llamar "sobriedad emocional".

EL ENTIERRO

Esta es la peor de las situaciones que pueden acontecerse. Cuando la vida te empieza a echar tierra sobre el rostro; cuando te enamoras y tienes la mala suerte de que el otro también se está enamorando de ti. Con vuestro permiso viajaremos al futuro; ese tipo que está sentado delante de su mesa de oficina mirando Tumblrs de chicas de 20 años mientras hace tiempo para llegar lo más tarde a casa y no tener que ver a esa mujer y a esos putos niños eres tú. Bueno, serás tú. Serás parte del paquete de familias occidentales. Si quieres ser como todo el mundo y luego morir, adelante, no seré yo el que te detenga. ¿Estoy generalizando? No.

Como veis, todas estas situaciones desembocan en el horror. Algunos podéis decir que soy un resentido con todo esto de las relaciones entre personas pero soy solamente un ser que ama la vida y detesta el amor de postal. Bienvenidos.