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¿Quién es más bocazas el arzobispo de Toledo o el pictoplasma de Madrid?

El sacerdote explica a su manera la violencia de género y los peluches gigantes quieren reventar la Navidad a los niños durante la Cabalgata de Reyes. Comienza el duelo.

Braulio Rodríguez, el arzobispo de Toledo tiene las cosas muy claras. Imagen vía

Ya poca gente se acuerda de que el Rey anterior, antes de dejarle la corona a su hijo, puso firme al difunto Chávez al ritmo de "por qué no te callas". La frase tiene ya ocho años y ha pasado un poco de moda, pero llegó a ser tan famosa como los ruiditos de Chiquito de la Calzada o como el negro de la polla de WhatsApp en la actualidad. Pues es un buen momento de recuperar la frasecita de Juan Carlos y dedicársela, en exclusiva, al arzobispo de Toledo y a los pictoplasmas de las Cabalgata de Reyes.

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El primero se llama Braulio Rodríguez y decidió despedir el año 2015 con una homilía donde cuestionaba la violencia de género, apelaba a la unidad de la familia (como otros apelan a la de España) y se metía con los programas políticos más progresistas. Venía a decir que no se los creía y que leyes como el divorcio exprés no valen para nada. Por ejemplo, una perla en la que hace referencia a los partidos políticos: "Pero sí están preocupados por los asesinatos violentos, masivamente cometidos por varones contra mujeres. A mí también me preocupan esos asesinatos, pero no me parece que se los deba denominar simplemente violencia de género".

Éste es el nivel que el arzobispo manejaba en su discurso y en el tema de la violencia de género tiene bien claro de quién es la culpa: "Frecuentemente la reacción machista tiene su origen en que ella ha pedido la separación". Se lava las manos usando el adverbio "frecuentemente", como dejando la puerta abierta a otras posibles explicaciones, menos lógicas por lo que parece ser su opinión. Para él, las mujeres son asesinadas porque sus parejas "las rechazan por no aceptar sus imposiciones". Es decir, que las mujeres harían mucho mejor en no pedir el divorcio, que, por otra parte, es una cosa del mismísimo diablo. Seguramente lo sepa, pero no está demás recordar que el año pasado fallecieron 57 mujeres a manos de sus parejas y exparejas, que éste es un tema muy jodido, que hace sufrir a mucha gente y que frivolizar sobre él no parece ser de buen cristiano. Con la violencia de género no se juega.

También tiene lo suyo para el sexo fuera del matrimonio, que es un tema que, como ya hemos visto este año, molesta mucho a los altos cargos de la Iglesia católica. Hace unos meses, José Ignacio Munilla, obispo de San Sebastián, nos deleitó con un librito de 165 páginas en el que hablaba de relaciones sexuales, rollos, pillar cacho y adolescencia. En Sexo con alma y cuerpo se soltaba joyas de este tamaño. "Es muy distinto el placer que se obtiene de una relación sexual sin amor del de otra relación en la que el amor es lo que se quiere comunicar". Entre la comedia gamberra y la pena. Ahora, su colega de Toledo también ha querido meterse en un charco favorito de la Iglesia hablando de amor, matrimonio y relaciones sexuales (genitales, dice él). "Cuando digo que no hay verdadero matrimonio, no estoy pensando sólo en el matrimonio canónico; también en el civil. No pienso en otro de tipo de uniones afectivas, donde casi lo único que les une es lo físico, lo genital y poco más". Realmente, la Iglesia y sus representantes están pesaditos con este tema.

Le recomendamos al arzobispo de Toledo que si quiere hacer una gracieta, se descargue memes (y gifs, claro) del negro del rabo grande y los mande a sus grupos de colegas. Bromas en privadito, y en público un poco más de cuidado con lo que se dice. Y, si no, a callarse, porque tienen mucho más gracia los pictoplasmas esos que se empeñaron en reventar la Cabalgata de los Reyes de Madrid diciendo que los magos eran en realidad sus padres. O algo por estilo que aun no hemos podido descifrar del todo. Estos mocos blancos compiten en bocazas con el arzobispo de Toledo. Unos troleando la Cabalgata y el otro la realidad.