Varios refugiados nos cuenten la historia del fondo de pantalla de sus móviles

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Varios refugiados nos cuenten la historia del fondo de pantalla de sus móviles

Los teléfonos móviles no son solo la única forma que tienen de comunicarse entre ellos y con sus seres queridos, sino también algo que les mantiene unidos a todo lo que dejaron atrás.

Todas las fotos por Grey Hutton

Este artículo se publicó originalmente en VICE Alemania.

La crisis migratoria actual parece haber provocado el surgimiento de un hilo narrativo en torno a los smartphones. Muchos de los que se oponen a la inmigración masiva y a la apertura de las fronteras europeas a los más necesitados se han servido de ello para justificar su argumento: «Mira, esa gente tiene teléfonos muy elegantes, deben de estar forrados de pasta; ¿por qué tienen que venir aquí?».

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Objetivamente, es un argumento absurdo. En primer lugar, no hace falta ser rico para tener un teléfono. En segundo lugar, y lo más importante, la razón por la que la mayoría de los refugiados vagan por toda Europa no tiene nada que ver con el dinero, sino con el hecho de que sus países están siendo arrasados por la guerra y sus hogares han sido destruidos o han dejado de ser habitables.

Sin embargo, el detalle del teléfono ha logrado difundirse por las redes sociales, esgrimido en forma de publicación ignorante y memes infundados y cargados de odio.

Preguntamos a varios refugiados llegados recientemente a Berlín que nos cuenten lo que significan sus teléfonos móviles para ellos. Para algunos, su valor radicaba en la capacidad para almacenar las fotos de sus hogares perdidos y los seres queridos que han dejado atrás; otros los usaban simplemente para cosas prácticas, como para orientarse en las aguas del Mediterráneo en su huida a Europa. Cada refugiado parecía tener un vínculo distinto con su teléfono, pero el denominador común era el miedo de todos a perderlo.

Aquí puedes ver más de la obra de Grey Hutton.

Traducción por Mario Abad.

«Escogí este fondo de pantalla porque me recuerda a mi madre. Tengo 16 años y esta foto es la única forma que tengo de estar en contacto con mi familia y mis amigos».

«He dejado a mis cinco hijos en Jordania para venir a Alemania y empezar de nuevo. No he traído nada de importancia además de este teléfono».

«Esta es una estrella del pop libanesa llamada Elissa. Durante mi viaje no estaba de ánimo para escuchar música, pero ahora que estoy en Alemania vuelvo a tener ganas».

«Nuestros teléfonos son importantísimos para nosotros». (Pareja somalí)

«Este teléfono es más importante que mi propia alma».

«Hice esta foto cuando conseguí mi visado. Para mí, esta foto simboliza mi viaje».

«Puedo seguir en contacto con todo el mundo por Viber, WhatsApp y Facebook».

«Esta es mi hija, que todavía está en Siria, pero hablamos todos los días por la mañana, por la tarde y por la noche».

«Esta foto era el fondo de pantalla de mi antiguo teléfono. No sé cómo pasarla al teléfono nuevo que me dio mi madre. Es una foto de mi hermano, que fue asesinado por el EI. A mi otro hermano lo mataron las fuerzas de Assad».

«Estos son mis cuatro hijos. El teléfono me fue muy útil para enseñarles unas cuantas palabras en alemán y mantenerlos entretenidos con juegos durante nuestro viaje».

«Perdí mi teléfono en el mar durante el viaje. Cuando tenga dinero me compraré otro».

«Usamos globos y cinta aislante para proteger los teléfonos del agua».

«Este es el traje tradicional de los pastunes. Me recuerda a mi tierra natal, en Pakistán. Allí nadie lleva vaqueros».

«Este es el hijo de un amigo. La foto se hizo en un campamento en el que estuvimos en Hamburgo. Es el recuerdo de un gran momento».

«Usaba el GPS para orientar la embarcación hacia Grecia, pero solo durante el día, porque por la noche la policía podía ver la luz».

«No sé por qué, pero me encanta esta foto de mí».

«Éramos cuatro yazidis de viaje desde Sinja. Tardamos 50 días. Ya no pienso en lo duro que fue el viaje porque ya estoy aquí. Si necesitaba usar Skype o Viber, le pedía el móvil a algún amigo».

«Es una foto cualquiera. No sé cómo cambiarla».

«Nuestro grupo estaba formado por 25 sirios. Una persona estaba a cargo del GPS, otra de los trenes, y así. Yo no tenía ninguna tarea».

«Encontré esta foto en mi teléfono. Hace poco le robaron el suyo a mi amigo. Vinieron corriendo por detrás y se lo quitaron».

«Nuestro viaje nunca habría sido posible sin este teléfono. Lo usé todo el tiempo, tanto en tierra como en el mar».

«Esta foto es de mi hija. La quiero mucho».

«Esta es una foto de la madre de mi mujer. La asesinaron los del EI en Libia. Tengo este teléfono desde hace diez años. Solo lo uso para cosas importantes».

«En esta foto estamos mi amigo cristiano y yo pescando en Kurdistán. Es un bonito recuerdo que me gusta conservar».