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Noisey

El regreso de Warpaint

Después de estar a punto de separarse de manera definitiva, el grupo de Los Ángeles está de vuelta con su tercer disco y una nueva perspectiva.

Todas las fotos de Cara Robbins.

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"Cómo entramos?" dice un mensaje de texto de Theresa Wayman a su compañera de banda Stella Mozgawa, bateria y un cuarto de Warpaint. Es viernes al mediodía y Stella, con un "doble-moreno" tras dos vacaciones consecutivas, es la primera integrante de Warpaint en llegar. Está paseando enfrente del lounge de Tenants of the Trees, el bar de moda en Silver Lake, LA. El lounge se llama Out of Order—un lugar exclusivo, súper privado dentro de Tenants que tiene su propia entrada— y que es frecuentado por todo el mundo, desde The Weeknd, a Gaga o Lana Del Rey. Lo primero que queda claro sobre el lugar en general es su política de entrada. ¿Tú? Nop. No puedes entrar, ni lo intentes. A menos que conozcas a alguien que sea ALGUIEN. O que seas Father John Misty.

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Pero este viernes por la tarde, a la hora de la comida, nadie puede entrar a Tenants excepto Warpaint. Cuando nos llegan las noticias de que la sesión de fotos de hoy coincide con temperaturas abrasadoras a lo largo del Sur de California, y que las integrantes de Warpaint podrían derretirse en el exterior, Tenants se ofrece a albergarlas. "¡¿Warpaint?!" exclama el dueño del club, Reza Fahim. "¡Lo que sea para ellas!"

La puerta siempre está abierta para el cuarteto, algo que en realidad no es sorprendente: Desde el nacimiento de la banda en 2004, han sido parte esencial de la comunidad artística del este de Los Ángeles. Hoy, tenemos control de todo el lugar: todas las barras e incluso la cabina del DJ, donde Stella puso unas canciones para festejar su 30 cumpleaños a principios de este año. (Si su memoria no le falla, puso desde George Michael a Technotronic.) Pero, ¿por qué les gusta tanto este lugar? "La cocaína," dice la vocalista y guitarrista Emily Kokal de manera traviesa. "Ahí está tu titular", contesta la bajista Jenny Lee Lindberg, sacudiendo la cabeza.

El amor entre las guitarristas y amigas de la infancia "T" y "Em," y sus compiches de la sección rítmica Jenny y Stella, va más allá de este sitio. Fuera de Warpaint, las chicas están bajo gran demanda. Empecemos con Jenny, quien pasa tirando una colilla de cigarillo y ofrece abrazos con su saludo particular: "Right on!" Esta frase también es el título del primer álbum como solista de Jenny, el cual publicó en diciembre del año pasado. Emily llega al mismo tiempo que Theresa. Las dos voces principales de Warpaint también han estado ocupadas esparciendo sus semillas creativas: Theresa en un grupo llamado BOSS, y además según algunos rumores se encuentra trabajando en un álbum solista con el productor Dan Carey (Bat for Lashes / Oh Land); mientras tanto, Emily aprendió a usar Ableton por su cuenta, trabajó con Saul Williams, y colaboró en algunas composiciones de Paul Bergmann. Stella, quien se describe a sí misma como "creativamente promiscua", ha sido la más entusiasta en explorar sus habilidades con otros. El año pasado tocó la batería en el álbum B'lieve i'm goin down… de Kurt Vile, y tocó en directo con Jamie xx; este año colaboró en el álbum Crab Day de Cate Le Bon, aparece en la película Aladdin de Adam Green y en el próximo disco de Jagwar Ma, grabado en Australia, de donde es originalmente. ¿Cómo le hace Stella para hacer tantas cosas? ¿Acaso toca la batería mientras duerme? "No. Probablemente me ayudaría si tuviera esas horas extra en mi día."

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Emily interrumpe para informarnos que Stella trabajó en otros dos discos mientras grababan el tercer álbum de Warpaint, y después se voltea e imita su acento australiano. " You bloody cunt!" dice. "Es broma, ¡broma!" Pero fuera de bromas, los proyectos en solitario suelen sonar con una alarma enorme: UNA SEPARACIÓN ES INMINENTE. The Killers parecen ser la excepción; quizá los Strokes también, pero 12 años después de haber iniciado su carrera, Warpaint sigue combatiendo los estereotipos. ¿Relaciones tensas? Su discusión más grande hoy es un debate inofensivo sobre la ineptitud técnica de Theresa. Mientras Emily y Stella hablan efusivamente de la majestuosidad del ANTI de Rihanna —el cual se publicó en enero— parece que Theresa apenas descubrió el disco anoche en Spotify.

Emily: "¿De qué hablas? Lleva años en Spotify."

Theresa: "Cuando fuimos esa vez al desierto busqué a Rihanna en Spotify y no estaba."

Emily: "Qué raro, porque esa noche recuerdo que lo estábamos poniendo, ¿no te acuerdas?"

Theresa: "Bueno, quizá es un error que me pasó a mí."

Emily: "Claro, o a la mejor, lo escribiste mal."

Theresa: "¿Cómo?"

Emily: "No sé. ¿Lo escribiste A-U-N-T-I-E?" (en inglés, tía)

Las Warpaint son chistosas. A veces hacen reír a carcajadas, a veces son simplemente extrañas. Su química, como su música y sus presentaciones en directo, evolucionan constantemente: el beat puede cambiar en un instante.

Jenny Lee Lindberg. Photo de Cara Robbins.

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Cuando recibí Heads Up para escucharlo por primera vez, venía con el siguiente comentario: "Ya sabes, es el Warpaint clásico." Excepto que para mí, una fanática de Warpaint desde siempre, no me sonaba para nada como el Warpaint clásico. Bueno, dejadme replanteralo: No es exactamente Skrillex y Diplo con Justin Bieber, aunque la influencia de ello parece estar en el primer single del álbum, "New Song"—un pepinazo que de inmediato te hace pensar "¿Dónde habías estado toda mi vida?" Aún hay canciones en Heads Up que están en la onda del The Fool (2010) y su homónimo del 2014, pero hoy en día Warpaint se mueven en una dirección más veloz y frenética. "The Stall" y "So Good" giran alrededor de las líneas de bajo onda The Cure de Jenny, pero pronto llegan otras canciones que te transportan a la pista de baile con beats más houseros. Los sencillos del año pasado "No Way Out/ I'll Start Believing" definitivamente fueron un ejercicio de prueba antes de tirarse de cabeza por completo hacia esta dirección más liberada y eufórica. "Above Control" empieza como algo que podría formar parte del 13 de Blur, pero crece a un ritmo más alineado a sus sets en directo. Pero quizá el indicador más claro no tan trabajado es un tema austero como "Don't Wanna," que recuerda al Massive Attack del Mezzanine.

No es el Warpaint tradicional en el sentido que tiene una cualidad no ensayada —parece menos un trabajo madurado durante dos años en el local de ensayo y más como un jugo recién exprimido. Cuando pregunto si es por eso que se llama Heads Up, como si fuera una advertencia. "¿Como cuando le robas unas llaves o una pelota a alguien?" pregunta Stella.

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"De hecho, va más en el sentido de, 'Keep your head up'," dice Jenny.

Desde el inicio de "Whiteout" y la línea "I want to rip it open and pour it out," este disco lleva el corazón en la mano. "Sí, quería mantenerlo casual," dice en tono de broma Emily, la letrista principal. Pero aunque las cosas sean ligeras, es fácil ver un patrón —que hay muy poco que perder. Heads Up también está lleno de solidaridad femenina, particularmente en "By My Side," una canción que habla sobre un problema personal, pero que toma fuerza de la gente que la rodea: "Now I know I'm not alone / Got my girls I'm not alone."

Con el estilo de vida de la banda de juntas-separadas, me pregunto si es gracias a la experiencia de colaborar con otros artistas que han vuelto a Warpaint, dándose cuenta de lo especial que es su alquimia. "De hecho, queríamos terminar con el grupo," bromea Emily. "No, no es cierto. Simplemente estábamos saturadas."

Luego respira de manera profunda. "Bueno, OK… Casi nos separamos."

Oh.

"No es que no nos queramos, o que no sepamos cómo llevarnos entre nosotras, sino que simplemente estábamos exhaustas de todas las giras," continúa. "El darnos cuenta que podemos unirnos otra vez y crear algunas de nuestras canciones favoritas ha sido enorme. Fue raro estar a punto de separarnos. Ese fue un toque de atención muy fuerte."

Theresa Wayman. Foto de Cara Robbins.

La última vez que entrevisté a Warpaint fue en marzo de 2015. Acababan de terminar una gira de 18 meses promocionando su segundo álbum. Se veían unidas, pero también agotadas y frustradas, incapaces de saber de cuál sería su siguiente jugada. Theresa mencionó que no eran muy fans de la idea de meterse a grabar un disco y después irse de gira otros dos años, Emily sugirió que tenían un nuevo método de composición. "Tenemos una nueva regla," dijo. "Cuando escribimos una canción y estamos de acuerdo que nos emociona, la acabamos al momento."

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En ese entonces me indicaron que querían subir los BPMs y hacer canciones que estuvieran más alineadas con la energía de sus shows en directo. Con eso en mente, Heads Up puede considerarse misión cumplida. En vez de enclaustrarse onda Cabin in the Woods, perdiendo la perspectiva varias semanas mientras trataban de exprimir el disco, modificaron su proceso forzándose a separarse. Esta vez trabajaron divididas en pares, y solas. "Hicimos maquetas, y es raro, pero sonaban más inmediatas," dice Emily. "Nunca nos habíamos puesto condiciones así antes."

Tomó sólo cuatro meses crear Heads Up. Hacían turnos para ir a su local de ensayo en el Downtown de LA, y cada integrante jugaba con sus ideas primero de manera privada. Este nuevo modus operandi no sólo les ahorró tiempo, sino que además les ayudó a elevar su confianza en sí mismas. Recuerdo que el año pasado, Theresa me explicó sobre lo mucho que le gustaba Björk; cómo la visionaria islandesa lograba coger estos enormes temas vivenciales y hacer música divertida y bailable a partir de ellos. "Cuando trabajas en cosas por separado entonces tienes tiempo de arriesgarte y no temerle al juicio de los demás," dice. "Aunque sea por un momento, ¿sabes?"

Este proceso también las mantuvo alerta, haciendo que las decisiones fueran menos difíciles. "Es menos emocional," dice Emily. Cuando trabajas en una idea durante cuatro semanas, como la banda solía hacerlo, es difícil dejar ir las cosas. "Nos clavábamos en algo cinco años y cambiábamos una canción 900 veces," dice Jenny sobre el proceso en el pasado. "Ahora fue instintivo. Nueve veces de diez nuestro primer intento fue bastante acertado."

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Stella Mozgawa. Foto de Cara Robbins.

Producido por Jacob Bercovici—integrante de Julian Casablancas + The Voidz, quien también produjo el EP debut de la banda — Heads Up es una mezcla de sonido y emoción. Tomen a "Dre," el ejemplo más obvio de beats medio trap, medio hip-hop, parcos como Clipse, A$AP Rocky, y Clams Casino. Stella se hizo el hábito de escuchar el Janet y el The Velvet Rope de Janet Jackson en la ida y la vuelta del estudio, pero insiste que eso no influenció el sonido del disco. "Sólo los usaba en el coche, era como bañarme después de un largo día —¡un baño de Janet!"

Theresa no está de acuerdo. "Tuvo una influencia. La calidad de la música pop entonces era muy juvenil y cruda, muy orgánica." Mirando a Stella, dijo: "Creo que te ayudó a darte cuenta de la calidad de la producción. Lo veíamos como el Santo Grial, o algo parecido."

Hablando del Santo Grial, "New Song" llegó como el himno que buscaban desde la inmediatez de "Undertow," de 2010. Es su ruptura más grande con lo anterior, un tema movido que compara la frescura de un nuevo interés amoroso con la adicción que sientes al escuchar por primera vez un contagioso gancho de pop. Jenny la puso sobre la mesa después de una "tarea" en la que escuchó "Get Lucky" de Daft Punk y luego se forzó a sí misma a escribir una canción de inmediato. "Obviamente no voy a escribir 'Get Lucky', pero tomé su energía, pensé en cómo me hacía sentir, y lo que pasó después es 'New Song'."

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Emily Kokal. Foto por Cara Robbins.

Como muchas de las grandes canciones de pop, su génesis fue, en parte, un accidente fortuito. El año pasado en el festival Desert Daze en Mecca, California, la banda iba a empezar a tocar una versión distinta de su single "I'll Start Believing"… "Antes de que la tocáramos, estaba presentando la canción y empecé a cantar, 'It's a new song, you're a new song to me…' Y después mi hermana y nuestro manager se me acercaron para decirme, '¡Qué momento! ¡Eso fue increíble! ¡¿Vais a sacar esa canción?!'"

Todo lo que faltaba era un ingrediente secreto final —la "voz" con la que empieza la canción, que suena como un delfín, y que literalmente fue la luz al final del túnel. "Esa es mi voz," ríe Emily, antes de hacer una imitación de delfín bastante convincente. Ella descubrió su Flipper interno un día que se había ido de caminata con su novio y se toparon con el túnel mencionado. Mientras Emily empezó a cantar hacia la obscuridad, su novio la grabó. "Después fuimos a casa e hicimos un sonido para el teclado MIDI a partir de eso."

Tuvo que ajustarse un poquito antes de que estuvieran lo suficientemente cómodas para darle el visto bueno a "New Song." Después de todo, se trata de algo considerablemente más pop que el resto de la obra de Warpaint. "Bueno, queríamos que cada disco tuviese más éxito que el anterior. Definitivamente no queremos que sean menos exitosos. Simplemente pasó, ¿sabes? Es una gran canción," dice Theresa.

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"No nos sentamos y pensamos, '¿Cómo escribimos una canción de pop? Vamos a sentarnos y hacer dinero,'" añade Jenny. "Sólo era yo intentando cosas, divirtiéndome."

Stella reconoce la nueva vida que "New Song" les ha traído. "En estos momentos no tenemos muchos límites como grupo, a menos de que nos los pongamos nosotras mismas," explica. "No te puedes limitar a ti misma, o preocuparte por encajar dentro de un género. Si quieres establecer tu futuro como uno que sea sorprendente, entonces tienes que publicar esa música, publicar todo lo que sea parte de ti. De otra forma sólo vas a estar ocultando esas joyas. Construye tu propio futuro. Para nosotras, 'New Song' representa exactamente eso."

La primera vez que la tocaron —en Hyde Park, en Londres, en julio pasado— el universo aprobó con un arcoíris doble que cruzaba el cielo. "¡Fue increíble!" dice Stella sonriente. "¡Me sentí culpable de que la gente nos estuvieran viendo a nosotras!" añade Emily. "Para el segundo coro, la gente estaba cantando con nosotras. ¡Esa fue una nueva experiencia para nosotras! Un arcoíris doble y gente cantando nuestra canción. Era como, ¡Este es nuestro momento! ¡Nuestro arcoíris! Jajajaja."

En uno de los cuartos de Tenants of the Trees, Emily, Theresa, Jenny, y Stella hacen como si estuvieran sirviendo copas para la cámara. Fanática de los chistes malos, Stella grita "POURPAINT!" "Warpint," le contesto. Chocamos esos cinco. "Una buena manera de recordar lo mucho que amas a la gente es haciendo cosas guays que les guste a todos juntos," dice ella. "Ese es el camino principal hacia el afecto, yo creo."

El mundo de la música en general le ha proporcionado un golpe de inspiración más a Warpaint cuando se trata de creer en sus propios métodos. Stella usa el ejemplo del recién publicado segundo álbum de los Avalanches — el cual trabajaron por 16 años y que actualmente escuchan bastante. Ese disco la hace sentir como si tuviera 14 otra vez, y le recuerda que todo es posible. "Los muros se están derribando," dice. "Los paradigmas han cambiado. Ya seas pop mainstream o estés en nuestro nivel, todos pueden hacer lo que se les dé la gana. No hay ninguna garantía de conseguir el éxito, ya sea monetario o de otro tipo, pero puedes publicar música y hacer que resuene en el mundo."

Bienvenidas de regreso, Warpaint. No estábamos listos para decir adiós.