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Relatos Salvajes: gente a punto de reventar

Ha pasado por Cannes, San Sebastián y Sitges. Damián Szifrón presume de la violencia y el humor de sus relatos por todo el mundo y la gente se lo agradece. Es la película más 'desfachatada' (como la llama su director) de la temporada.

Las películas de episodios dan bastante pereza. Siempre hay alguno que se cuela y que no da la talla. El director lo mete de relleno, y se nota. Así que con Relatos Salvajes íbamos con precaución. En Cannes había gustado mucho y la crítica se había divertido. Hacer reír a un crítico acreditado en Cannes nos pareció una señal suficiente como para prestarle toda nuestra atención.

Confirmamos que Relatos Salvajes es tan divertida como nos dijeron. Brutal, sin prejuicios, con muy mala intención y apuntando siempre donde hace más daño.  También es una de las comedias más divertidas que hemos visto en mucho tiempo. La dirige Damián Szifrón, del que nos había llegado Tiempo de Valientes (2006) y también series como Los Simuladores y Hermanos y Detectives.

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La película, que se estrena ahora en España, está siendo un verdadero fenómeno social en Argentina. "No me lo esperaba, hacer un millón de espectadores lo consiguen muy pocas películas y nosotros llevamos ya tres. Excede nuestros cálculos, pensé que la gente lo iba a pasar bien porque yo me reía a carcajadas escribiendo. Cada cuento es pura fibra".

Pillamos a Damián Szifrón recién llegado de Sitges y preparado para seguir con su tour mundial. Nos da los referentes que manejó para la película: Cuentos asombrosos, La Dimensión Desconocida, Alfred Hitchcock Presenta, El Diablo sobre Ruedas, las películas más serias de los Coen, Haneke y las historias de princesas de Disney. No se nos ocurre mejor manera de definir la película.

Vice: Cuando vimos que habían seleccionado tu película para Cannes nos quedamos bastante sorprendidos…

Damian Szifrón:Fue una sorpresa. Hasta ese momento, Cannes me resultaba exótico y nunca era un objetivo. Cuando le mostré el primer corte a los productores les pareció que la podíamos presentar. Al director del festival le encantó y luego apareció en la Sección Oficial. Cannes es mucho menos esnob y elitista de lo que uno se imagina. Buscan libertad y mi película está atravesada por la libertad y el desprejuicio. Es muy 'desfachatada'…

'Desfachatada' y un tanto macarra…

Macarra qué es… ¿macabra?

No, no. Es algo como descarada, chula…

Ah, bueno, sí porque es una película que no decidí, llegó y se abrió paso ella sola. Estaba con otros guiones, varios largos en simultáneo: una película de ciencia-ficción, una de amor y un western. Y, mientras, surgían imágenes que me resultaban poderosas. Las compacté para que no fueran un largo y ahora están aquí. Las desarrollaba porque me liberaban como escritor. En una o dos noches escribía una historia, casi sin dolor. Fueron escritas desde el puro placer y eso se traslada a la película.

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En tu película hay imágenes que se nos van a quedar en la memoria un tiempo, ¿recuerdas cuál fue la primera que se te ocurrió?

Claro que sí. La película tiene el orden exacto en el que escribí las historias. La primera, la del avión, pertenece a un cuento anterior que estaba en un papel. Y en cuatro o cinco meses aparecieron el resto. La primera imagen me vino en un bar, estaba escribiendo lo que te conté de ciencia-ficción y vi cómo un intendente de pueblo, que estaba mirando unos afiches de sí mismo, maltrataba a una de las mozas del bar. Volví al hotel y la imagen no se me borraba. Empecé a tirar de la piola y surgió todo lo demás.

El procedimiento siempre fue igual. Por ejemplo, iba conduciendo y un imbécil, con un auto grande y veloz, llegó con arrogancia dándome las luces. Yo no me aparté y así se produjo un momento de tensión, hasta que el hombre me adelantó y se pasó de largo. Ahí entra la imaginación: ¿Qué pasaría si más adelante el tipo pincha una rueda? También si en vez de ser yo como soy fuera más fuerte y agresivo. Y me lo encontrara en un espacio abierto y desolado para poder cumplir una fantasía de venganza.

Te refieres a la historia que protagoniza Sbaraglia y que parece un corto de dibujos animados pero en plan muy violento.

La violencia es el resultado de cuando alguien estalla. La violencia está en nosotros y en mi película apareció. Y hay un contrapunto que son las risas del público. Por eso no termina siendo una experiencia violenta. Hablas del 'cartoon' en ese episodio y es verdad. Traté de meter a los actores en un universo más propio de las películas de Haneke: oprimidos y sin salida. Pero la puesta en escena es más como el Coyote y el Correcaminos. Se van haciendo maldades entre los dos protagonistas todo el tiempo. Ah, y me gusta la violencia en el cine desde siempre. Las primeras películas que vi fueron westerns…

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Pero no te impusiste ninguna censura, ¿no?

Me divertía la idea de quitarme el filtro y no pensar en el qué dirán. He llevado cada episodio hasta las últimas consecuencias. Era la razón de ser de estos cuentos. Tiendo a estructurar mucho lo que hago, pero en este caso iba avanzando sin saber a dónde me estaba dirigiendo.

Una vez dijiste que si no hubieras hecho cine probablemente estarías en la calle o en la cárcel. Te referías a la situación de crisis en tu país…

El cine de género también expresa una realidad. La película tiene una relación con la actualidad, está claro. Pero no la limitaría a Argentina. Vengo aquí y noto la crispación que genera sobre todo la injusticia calculada, diseñada, y el hecho de sentirte más que un ser humano un consumidor, un votante, un contribuyente… A nivel global somos un negocio para alguien y no quieren que usemos el tiempo a nuestro antojo. En esta película vemos gente que explota respecto a esos estímulos que los oprimen.

En el casting tienes como un 'all-star' del cine argentino…

Tuve mucha suerte. Te dirían que son los mejores. Quería gente con experiencia y talento. Con la mayoría no había trabajado, tenía ganas de Darín, por ejemplo. Tuve apoyo incondicional. Son gente que solo hace lo que les interesa.

Y luego está El Deseo, la productora de Pedro y Agustín Almodóvar, ¿cómo entran ellos en Relatos Salvajes?

Ellos vieron Tiempo de Valientes, que se estrenó en 2006. Había hecho Los Simuladores y Hermanos y Detectives, dos series que luego tuvieron también su versión aquí, y decidí tomarme un tiempo para escribir. Parar el ritmo y preparar mejor los siguientes proyectos. Me llamó Agustín y me dijo que quería conocerme, comimos juntos en Argentina y me cayó muy bien. Cuando me decidí por este proyecto se lo mandamos y fue un apoyo contundente e inmediato. No es fácil que un director produzca a otro, hay que ser muy generoso para poner todas tus conexiones y tu compañía para que otro haga lo suyo. Dar apoyo y no órdenes… no todos lo pueden hacer y Pedro lo hizo. Además, él siente la necesidad de ir a Cannes o San Sebastián a presentar la película, trabaja como uno más.

Nosotros tenemos muy buen olfato. Por esos sabemos qué cosas no te puedes perder; si quieres saber de qué hablamos, visita la selección de los mejores contenidos de Axe en Vice.