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​¿Se unirá el personaje más heroico de ‘Juego de tronos’ al ejército de los caminantes blancos?

Hay una metahistoria muy interesante que discurre paralela a la trama que consiste en esa lenta transición de la semificción a la fantasía mediante intrincadas tramas políticas y conflictos bélicos. Todo apunta a que la sexta temporada será todavía más...

Imagen de un muerto viviente en 'Juego de tronos'. Foto cortesía de HBO.

Aviso de spoilers: no leas este artículo si no has visto la quinta temporada.

Anoche se cerró la quinta temporada de Juego de Tronos con varias puñaladas en el vientre de Jon Nieve, el único y verdadero héroe de acción de la serie. Mientras la sangre de Jon teñía de rojo la fría nieve de Castillo Negro, me preguntaba si sería tan grave que los zombis ganaran.

La última entrega ha venido plagada de acontecimientos: Stannis recibió su merecido por haber quemado viva a su hija, su mujer se suicidó y la mitad de sus hombres lo abandonaron. Lo que quedaba de su ejército fue masacrado por los hombres de los Bolton y sus aliados. La escena en la que los caballeros del Norte rodean a las exiguas tropas de Stannis en la llanura nevada es un recordatorio de lo hermosa y terrible que puede llegar a ser esta serie. Es inevitable sentir que la muerte de Stannis a manos de Brienne ha sido el mayor acto de justicia que se ha mostrado desde el inicio de Juego de tronos. A no ser, claro está, que hayan cortado la escena porque no llega a matarlo.

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A partir de ese punto, la cosa va in crescendo. Sansa, por su parte, sigue sin lograr rescatarse a sí misma y no logra deshacerse de Hediondo. La otra Stark, Arya, se las apaña mucho mejor. En una escena relativamente despojada de la degradación de la mujer a la que nos tienen acostumbrados, la muchacha finalmente logra tachar otro nombre de su lista de muertes, el de Ser Meryn Trant. Melisandre y Cersei deberían empezar a preocuparse.

Lena Headey como Cersei Lannister en 'Juego de tronos'. Foto por Helen Sloan, cortesía de HBO.

Mientras tanto, Cersei confesó, mintió y fue humillada. ¿Qué va a hacer ahora? Su penitencia, terrible y muy simbólica, se eternizó hasta resquebrajar su férrea voluntad. ¿Sentirá verdadero arrepentimiento? Porque, recordemos, a diferencia de tantas otras víctimas de la serie, Cersei es responsable de muchos de los horrores que han sucedido en Poniente (del resto es culpable Meñique). ¿O quizá la aparición del caballero Frankenstein (obra de Qyburn a partir del cadáver de Gregor Clegane y esta vez apodado Ser Robert Strong) acabará por llevar a Cersei por la senda de la maldad hasta convertirla en una reina aún más perversa?

Luego está Jon Nieve. ¿Está realmente muerto? ¿Podría alzarse nuevamente como el héroe legendario Azor Ahai o por intervención de Melisandre, cuya llegada al Castillo Negro ha sido de lo más oportuna? Todos sabemos que Jon Nieve no sabe nada, pero Kit Harrington, quien por lo visto sabe más que su personaje, asegura que Nieve está definitivamente muerto. Sea como fuere, la era de los conflictos políticos entre mortales está tocando a su fin, ante la inminente amenaza de la magia y el horror en cada rincón de Poniente.

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Kit Harrington como Jon Nieve en 'Juego de tronos'. Foto por Helen Sloan, cortesía de HBO.

Hay una metahistoria muy interesante que discurre paralela a la trama de Juego de tronos y que consiste en esa lenta transición de la semificción a la fantasía mediante intrincadas tramas políticas y conflictos bélicos. Lo sobrenatural siempre ha estado presente de algún modo. Recordemos que la primera escena del primer capítulo de la serie se abría con la imagen de un caminante blanco, pero las complejas personalidades de los personajes, las constantes rivalidades y las maniobras sucias logran desviar nuestra atención.

Emilia Clarke como Daenerys Targaryen en 'Juego de tronos'. Foto cortesía de HBO.

Pero el punto de inflexión lo encontramos en el momento en que Daenerys surge de entre las llamas con tres dragones vivos. Magia arcana, latente durante largo tiempo en libros polvorientos y rituales religiosos, que de repente aparece con fuerza renovada. Esa es la razón por la que los brujos de Qarth anhelaban controlar los dragones en la segunda temporada, atrevimiento que les costó la vida. Razón, también, por la que el sacerdote de fuego Thoros alza a Ser Dondarrion de entre los muertos pronunciando oraciones casi olvidadas. De repente, los alquimistas de Desembarco del Rey consiguen elaborar fuego valyrio con mucha más facilidad, proporcionando a Tyrion suficiente como para hacer arder la flota entera de Stannis en la batalla de Aguasnegras. Sabíamos que Qyburn llevaba años experimentando con los muertos, pero es en este episodio cuando vemos su obra maestra necromántica, encarnada en Ser Robert Strong. Pero en este mundo, el fuego siempre viene de la mano del hielo, y la réplica mágica del Norte la encontramos en el avance de los caminantes blancos, el Rey de la Noche y el viaje de Bran (ausente en esta temporada, pero que sospecho que aparecerá pronto).

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En este caso, la trayectoria es muy distinta a la de, por ejemplo, la Tierra Media de Tolkien. Al comienzo de la historia en El hobbit y El Señor de los anillos, el mundo mágico ya ha perdido su grandeza. Los elfos están abandonando la tierra incluso antes de que se destruya el Anillo Único. Con él se irán también el resto de los elfos, magos y portadores del anillo.

Existen dos tipos de historias sobre las fluctuaciones de la magia y lo sobrenatural en los mundos fantásticos: el arco argumental del "fin de la magia" o el arco del "regreso de la magia al mundo". El primer tipo es muy común en muchas otras obras además de las de Tolkien, por supuesto. Aparece de forma recurrente en la narrativa fantástica para jóvenes adultos, un género en auge que ha visto sus ventas incrementadas en un 150 por ciento entre 2006 y 2015. Como afirmaba la autora de narrativa fantástica y amiga Marissa Lingen, la pérdida de capacidad de asombro infantil y el inicio de la madurez son elementos sencillos para introducir el elemento de la desaparición de la magia en el mundo (La historia interminable).

Indira Varma como Ellaria Arena en 'Juego de tronos'. Foto por Macall B. Polay, cortesía de HBO.

Juego de tronos, sin embargo, pertenece a la segunda categoría. Hace siglos que la magia desapareció del mundo. Los ponientis la ven como algo perteneciente a una época muy antigua. Pero eso ha cambiado.

No son noticias muy halagüeñas. Sin duda, las guerras civiles son terribles para "el pueblo", pero es un mal relativamente menor comparado con el exterminio del mundo entero a manos de criaturas no muertas. No hablamos de una fuerza mágica que haya regresado para implantar el bien, sino que se trata de un poder que representa una gran amenaza y el apocalipsis.

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Me he pasado gran parte de esta temporada boquiabierto ante las desviaciones innecesarias o mal resueltas respecto a los libros. ¿Por qué añadir más escenas de torturas y violaciones? Ya sabemos la respuesta. ¿Por qué los Inmaculados de repente son tan incompetentes cuando eran los mejores guerreros de Essos? ¿Por qué no son capaces las Serpientes de Arena de derrotar a Bronn y al manco de Jamie? George R. R. Martin y los creadores de la serie, David Benioff y D. B. Weiss, han trabajado codo con codo para crear un mundo exquisito que no tiene parangón en ninguna otra serie de televisión. Tiene una extraordinaria profundidad, tramas increíbles y gran cantidad de personajes interesantes. Por eso me molesta que Benioff y Weiss desaprovechen esos recursos, tanto en el mundo imaginario que han creado como en cuanto al dinero del que disponen. Con un gasto medio de 5.300.000 euros por episodio, HBO destinó 177.000 euros solo para grabar la escena de la penitencia de Cersei.

Lena Headey en su papel de Cersei Lannister en 'Juego de tronos'. Foto por Helen Sloan, cortesía de HBO.

Soy un completista y reconozco que me cuesta abandonar una serie o una novela río una vez la he empezado. Veré Juego de tronos hasta el final, y esta es mi nota de esperanza. La serie flojea cuando se inventa nuevos personajes, nuevas líneas argumentales, nuevos giros, pero ha hecho una gran labor narrando la gran historia: los enemigos del Norte, los dragones y las escenas como la batalla del Aguasnegras, las bodas sangrientas, el ataque al Muro, Casa Austera, etc.

Y con el invierno llegan más historias. En este nuevo mundo fantástico de Poniente, todos los mitos y leyendas que los ponientis se contaban alrededor del fuego se vuelven realidad: los caminantes blancos, el gigante Wun Wun, los niños del bosque, el héroe mítico Azor Ahai, la espada Dueña de Luz, Drogon y, esperamos, sus hermanos e incluso los muertos vivientes.

Weiss y Benioff han demostrado su capacidad de manejar los elementos sobrenaturales de la serie. Todo apunta a que la sexta temporada será todavía más fantástica.

David Perry es periodista especializado en discapacidades, violencia de Estado, identidad de género y el culto a la conformidad. Síguelo en Twitter.

Traducción por Mario Abad.