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Paralelamente al estudio de las pipas, ha publicado un ensayo sobre los "juegos de palabras" de los Sonetos para aludir a la marihuana sin levantar sospechas. ¿Cree que los camellos leerán más a Shakespeare gracias a usted?Sería una muy buena noticia que los consumidores de drogas dedicaran algo más de tiempo a la lectura, no necesariamente de sonetos. Dicho lo cual, la alusión velada a las drogas en los textos de Shakespeare tiene una razón de ser. La Iglesia había prohibido el cannabis a finales del siglo XVI, de tal manera que los porreros podían ser acusados de brujería y acabar sus días en una hoguera crepitante. Al médico y naturalista portugués Garcia da Orta le quemaron todos los libros de botánica en los que hablaba, con absoluto rigor científico, de los efectos del cannabis. Los Sonetos de Shakespeare no siempre señalan directamente las cosas que describen, de ahí que muchos no se entiendan. En ese sentido, su lenguaje me parece extraordinariamente críptico y sugestivo.Los fragmentos de cazoletas y boquillas contenían restos de cannabis, residuos de hoja de coca, alcanfor y extractos de nuez moscada alucinógena.
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