FYI.

This story is over 5 years old.

Cultură

​Soy una chica de 23 años y nunca he tenido un orgasmo

Para mí el orgasmo es un misterio. Es el bosón de Higgs: su existencia aún debe ser probada.

Este artículo apareció originalmente en VICE Alemania

Estoy tumbada en la cama, con las piernas abiertas. Dos mujeres se besan en la pantalla frente a mí y un hombre penetra a una de ellas lentamente por detrás; el olor de ambientador de vainilla de IKEA invade la habitación. Decidí intentarlo yo misma: darle otra oportunidad a todo eso del orgasmo. Pero es imposible; me siento totalmente fuera de lugar, como si no estuviera destinada a alcanzarlo.

Publicidad

Dieciséis minutos y 38 segundos después, me rindo y me preparo un té. Mientras le pongo azúcar, aprovecho para presentarme. Tengo 23 años y nunca he tenido un orgasmo. Para empezar, me aburro fácilmente cuando me masturbo; en realidad no me hace nada, ni siquiera cuando estoy sola en la cama. Esto me hizo sentir rara durante mucho tiempo, pero ya no.

Me gusta ver porno por razones estéticas, pero no porque me ponga cachonda. Eso no quiere decir que me guste todo el material existente, aunque por suerte la industria está tomando nuevas direcciones. En general, creo que las mujeres son más hermosas que los hombres: las tetas tienen algo que me fascina. Y también las vaginas. A veces me molestan mucho las pollas. Es un poco como una ruleta rusa: nunca sabes qué saldrá de los pantalones de un tío.

Para mí el orgasmo es un misterio. Es el bosón de Higgs: su existencia aún debe ser probada. Pero no puedes extrañar lo que nunca has tenido, y desafortunadamente la mayoría de mis parejas sexuales no han podido entenderlo. Por eso finjo los orgasmos, y creo que no se me da nada mal, ya que todas las personas con las que he estado terminan sintiéndose como sementales.

Tengo que admitir que algunos fueron muy buenos —tan buenos como unas patatas fritas con ketchup y mayonesa—, pero estoy hablando del acto en conjunto. Los besos, los toqueteos, los latidos, las palabras subidas de tono. La hermosa crudeza, el deseo y la rodilla atascada entre los asientos del coche. Me encanta el sexo, pero simplemente no llego al clímax. ¿Cómo puedo conseguirlo?

Publicidad

Hago ruidos y tiemblo porque sé que les gusta a los hombres. Una vez le conté mi problema a un chico con el que salía. Las dos copas de vino que me tomé me subieron y ralentizaron mis sinapsis. Él era guapo, mayor que yo y traía una mochila de relaciones anteriores, pero no me importaba. Pensé que sería un experimento interesante: quería ver qué pasaría, cómo reaccionaría. Al principio parecía abrumado, como un poco incómodo. Me recomendó usar almohadas, desarrolló un tic temporal en la cabeza y me frotó el clítoris sin resultado Mientras, yo seguía tumbada, mirando la manta de color melocotón.

Aparte de los pistachos que me dieron dolor de estómago, esa fue la peor parte de la noche. Físicamente hay personas para las que no estás destinada. Al final me sentí mal por él, así que lo calmé fingiendo un orgasmo. Una vez que todo terminó, me di la vuelta para mirarlo. Parecía tan orgulloso.

Creo que es increíble que se haya tomado mi orgasmo tan en serio. Uno no puede tomar esa generosidad por sentada. Podría haber sido divertido, pero al final su entusiasmo hizo que todo fuera muy psicológico. Me recordó a un perro corriendo detrás de un juguete que le has lanzado. Creo que debió haberse concentrado menos en la meta y más en el viaje.

He aquí mi opinión: si la gente dejara de darle tanta importancia al hecho de que no puedo tener un orgasmo, entonces tal vez al fin podría dejarme ir y llegar a experimentarlo. Estoy harta de preocuparme de que mi incapacidad para correrme amenace mis relaciones y estoy casi segura de que es el estrés el que no me deja lograr el orgasmo.

Así que dejad que os dé un consejito, queridos hombres del mundo: el sexo puede ser increíble sin necesidad de que haya un orgasmo. Para mí, en realidad, es simplemente la guinda del pastel. Disfrutar de la intimidad con la persona adecuada es muy emocionante y satisfactorio. El calor en el aire, el quedarte sin aliento antes de un beso… todo eso sabe mejor que un helado de chocolate. Me hace feliz hacer feliz a la gente. Los orgasmos no son mi prioridad. Estaría genial si alguna vez pudiera experimentar uno, pero todos debemos relajarnos un poco para que eso ocurra.