FYI.

This story is over 5 years old.

Cultură

¿Te puedes morir de una resaca?

El Dr. James Siox, director de Toxicología Clínica del Instituto Nacional de Medicina Integral del Reino Unido, tiene la respuesta.
Imagen vía usuaria de Flickr Joan Calencia

Este fin de semana, muchos de nosotros saldremos, beberemos un millón de birras, pediremos unas bravas, nos las comeremos, luego decidiremos pedir unos vinos tintos porque tenemos mucha clase, se nos caerá alguna copa, nos dará mucha vergüenza y nos volveremos a pedir otra ronda de birras. Varias horas más tarde, nos despertaremos y pensaremos, Por favor, Dios, que esto sea sudor y no meado.

Una vez nos hayamos asegurado de que no nos hemos meado encima, cogeremos el teléfono y consultaremos la eterna pregunta en San Google: ¿se puede uno morir de una resaca?

Publicidad

El Dr. James Siox, director de Toxicología Clínica del Instituto Nacional de Medicina Integral del Reino Unido tiene la respuesta. La toxicología es el estudio de los efectos de los agentes tóxicos medioambientales y endógenos en el cuerpo. En otras palabras, el Dr. James es un experto en determinar qué nos hacen todas las cosas venenosas con las que podemos entrar en contacto, ya sea de forma accidental o mezclándolas con zumo de piña.

Cuando le llamamos y le preguntamos directamente si era posible morir de una resaca, su respuesta no se hizo esperar ni un segundo. «No. No de una resaca». Nos contó que el mayor riesgo cuando se bebe se corre durante la noche, no a la mañana siguiente. Pero advirtió: «Cabría la posibilidad de consumir tal cantidad de alcohol que resultara tóxico para el organismo». Sin embargo, si logras despertar al día siguiente sin sufrir una intoxicación etílica, casi seguro que estás bien.

Dicho de otro modo, cuando recobras la conciencia, prácticamente estás fuera de peligro, aunque no al 100 por ciento, ya que los síntomas que provoca una resaca pueden desatar otras complicaciones. El alcohol te hace orinar mucho porque altera la vasopresina, que es la hormona que evita que tengas ganas de hacer pis. Cuando orinas mucho, pierdes sal, potasio y electrolitos y sometes al corazón y a los riñones a mucho esfuerzo. Si además vomitas, estos efectos se duplican. Todo esto provoca deshidratación, que sí podría matarte.

Publicidad

Pero además del dolor físico, no olvidemos la ansiedad, la depresión y la sensación catastrofista que acompañan a las peores resacas. El Dr. Siox explica con jovialidad que el alcohol merma las vías de comunicación del cerebro: «Depende de cada persona y de las vías neuronales, pero si eres propenso a la ansiedad o la depresión, una resaca podría provocar estos síntomas».

Ello se debe, en gran medida, a que el alcohol es un depresor. Cuando sus efectos sedantes se van disipando, el cuerpo metaboliza el remanente en forma de acetaldehído.

El acetaldehído es un hijo de puta sin sentimientos. En primer lugar, destruye la tiamina de nuestro cuerpo, la falta de la cual es una de las causas de que te sientas tan mal. Esta sustancia también altera los niveles de dopamina, que es la sustancia química del cerebro que hace que ames a todos los perritos discapacitados que ves en Instagram. La carencia de ambas sustancias provoca la sensación de estrés y depresión.

Pero repetimos: es una mierda sentirse así, pero no te va a matar.

Traducción por Mario Abad.