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Cultură

De Salsa Rosa a Sálvame: la historia de los programas del corazón de Telecinco

Entrevistamos a Mariona Cubells sobre cómo surgió el fenómeno de la telebasura en la cadena amiga.

Imagen vía Telecinco

En los mamíferos, en las aves, incluso en las plantas, la endogamia conduce a un deterioro del material genético. Es poco deseable. Esto ya lo explicó años ha Quim Monzó y se sirvió de la estirpe borbónica y sus especímenes defectuosos para ilustrarlo. En Telecinco, sin embargo, la endogamia es la piedra angular de la parrilla más exitosa y rentable de la televisión generalista española. Paolo Vasile y su séquito han hecho de este follar todos con todos, literal o figuradamente, una droga de diseño barata e irresistible, de bajísima tolerancia. Siempre quieres más. Tú, que ahora me estás leyendo, probablemente seas una persona cultivada, no te dejas llevar por los instintos primarios, tus gustos son más elevados, tú tienes criterio, sabes lo que quieres. Hasta que un día aparece en el plasma Rappel disfrazado de abeja y eres incapaz de pulsar el PROG+ del mando. Un campo de fuerza entre tu dedo gordo y el botón lo impide. ¿Qué esto? ¿GH VIP? ¿Rappel seguía vivo? Necesitas respuestas y Telecinco te las da. Esas y muchas más que no habías pedido. La nueva temporada de House of Cards tendrá que esperar.

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Para analizar esta consanguineidad catódica que llenó las arcas de Mediaset con más de 150 millones de euros en 2015, de dónde viene y adónde va, no hay mejor doctora que Mariola Cubells. "La loca esa que escribe sobre televisión", según los ejecutivos de La Fábrica de la Tele, o "una imbécil sectaria", en palabras de Bertín Osborne. Así podrían rezar sus tarjetas de visita, y ella encantada, pero en su curriculum constan una dilatada carrera como periodista y su paso por las entrañas de Canal 9, de cuyo auge y caída dio cumplida cuenta en ¿Y tú qué miras? (Roca Editorial, 2013). Ahora se sienta a la diestra de Carles Francino en La Ventana, de la SER, o dispara dardos con una retranca divina desde el Huffington Post. Como actividades complementarias, colabora con la revista Vis a Vis y es parte importante de Espai Rambleta, donde ella y sus compinches intentan repoblar Valencia con la cultura que en su día voló de allí en maletines de la Gürtel y calatravadas varias. Casi nada.

Mariola Cubells, "la loca esa que escribe sobre televisión", también conocida como una "imbécil sectaria"

Metámonos en harina. ¿Qué tiene esa bola que a todo el mundo le mola? Vale, a ti ya sabemos que no. Ni a mí. Ni a la Cubells. Esto va para aquel otro de allí…

VICE: Tantos años de desmadres y Sálvames me han dejado resacoso y desmemoriado. Recapitulemos: ¿Cuándo empezó la fiesta en Telecinco?

Mariona Cubells: Bueno, Telecinco tiene dos etapas muy diferenciadas; una es la inicial, con Valerio Lazarov, y luego ya toma las riendas Paolo Vasile. También estuvo Carlotti, pero Basile y Carlotti tienen cierta continuidad. Entonces, Telecinco empezó con este delirio del corazón muy pronto, lo que pasa es que al principio ese delirio también estaba en Antena 3. Telecinco empieza el periplo por los temas del corazón para contraatacar a Tómbola, que entonces era el único programa de ese tipo que había en la televisión. Que tiene narices que fuera en una televisión autonómica, en Canal 9.

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¿Trabajabas ya en Canal 9 cuando Tómbola?

Sí, claro. Yo estaba en la misma productora. No trabajé en ese programa, pero el equipo de producción, redacción y tal éramos los mismos. Había un equipo para Tómbola y había otro para programas infames que hacíamos aquí… (risas). Sí, como Parlé Vosté, que en paz descanse. Infame, infame… Y entonces -esto es muy interesante- Telecinco descubre que en el formato de Tómbola, que se lo inventa el director de Canal 9, hay un filón, y deciden copiarlo. Ahí nace Salsa Rosa

¿Y el Tomate?

Salsa Rosa llegó antes, aunque durante bastante tiempo coinciden esos dos programas, Aquí Hay Tomate y Salsa Rosa. Pero el Aquí Hay Tomate era muy cortito. Salsa Rosa llenaba cuatro horas de prime time y fue el que inauguró esa manera de hacer corazón. El Tomate era más agresivo, más "picadito", y tenía ese ritmo frenético. Tómbola era los jueves y Salsa Rosa era los sábados. Salsa Rosa tenía tres veces más presupuesto que nosotros, además. Tómbola murió por inanición, no murió porque los responsables de la televisión pública decidieran que era un programa indigno. No, no… Murió porque se quedó sin audiencia y nos fuimos a la mierda, porque otras televisiones, como Telecinco, nos pasaron por la escuadra. Tenían tres veces más presupuesto, a todo el elenco de personajes, podían ofrecerles cachés más altos…

Imagen vía Telecinco

Se llevarían a los colaboradores…

También, pero no tanto a los colaboradores como… A ver, te pongo un ejemplo. Nosotros igual cerrábamos para el jueves un Tómbola con Carmina Ordóñez. Y cuando digo nosotros me refiero a Canal 9, entiéndeme. (Risas) Es que esto es importante…

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Hay que dejarlo claro. Tienes familia, amigos…

Pues Canal 9 cerraba ese programa, y cuando ya teníamos apalabrado al personaje, ¿qué pasaba? Llegaba Salsa Rosa, llamaban al mismo personaje y le decían: te ofrecemos el doble. Con una salvedad, tienes que venir sólo aquí, no puedes ir el jueves a Tómbola.

Juego limpio. ¿Y los contratos?

¿Contrato? ¿Qué contrato? ¿De qué me estás hablando? (Risas)

Sigo creyendo en la buena voluntad de los hombres.

Contratos, nada. Eso era una tontería. Y como esto pasaba una semana sí y la otra también, cuando quisimos darnos cuenta teníamos personajes de tercera y de cuarta fila. Tener que recurrir al bedel del hospital en el que ingresaron a Raquel Mosquera. (Risas) Era patético.

Ya ni siquiera un Toni Genil o un Paco Porras estaban a vuestro alcance.

¡Es que Tómbola había empezado con Chabeli!

Imagen vía Telecinco

Más dura será la caída, todo el mundo lo sabe. Dime, ¿tú esto lo consideras corazón? En Sálvame básicamente hablan de ellos mismos.

Sí, pero porque ya han revertido todo. Piensa que es muy rentable este tipo de formato. Cuando tú no necesitas ni siquiera construir platós, ni hacer vídeos, ni irte a la salida de un aeropuerto como se iban antes a perseguir a los famosos… Dime si no es fácil hacer televisión así. Pero sigue siendo corazón, claro. Es SU corazón, es el corazón de ellos mismos, pero sigue siendo corazón en el sentido este de hurgar en la intimidad, en las vidas propias, en las ajenas, hacer ese batiburrillo.

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¿Telecinco es un canal telenovela? Culebrón non stop.

Han conseguido entrar en bucle, que es muy interesante, porque se retroalimentan y eso abarata costes. Y crea un relato. Han creado un relato propio con su propio universo, y su propio universo copa la parrilla. Tú te encuentras a personajes que van pasando de un programa a otro y que, sobre todo, son arquetipos. Son personajes arquetípicos que sólo funcionan en Telecinco. Los sacas de ahí y no tienen vida propia. Pero dentro de ese cosmos el espectador sabe cosas de gente de Telecinco que igual no sabe de su propia familia. A mí me pasa…

Nadie querría a Belén Esteban…

…en su propia familia…

(Risas) Bueno, eso por descontado… O no. Esto ahora lo discutimos, si quieres. Me refería a que nadie querría a Belén Esteban anunciando sus productos. Coca Cola no va a llamar a la Esteban.

Bueno, ha hecho alguna publicidad de un bingo (Risas). Pero ninguna marca mínimamente prestigiosa se va a vincular al nombre de Belén Esteban. Belén Esteban sintetiza en ella misma el tipo de espectador y de querencias de Telecinco.

Imagen vía Telecinco

Has mencionado la rentabilidad. ¿Con un capítulo de Breaking Bad o de The Walking Dead cuántos años de Sálvame se producen?

¡Vamos! ¡Toda la vida! (Risas) Un minuto de ficción equivale a un programa de estos de sentar a cuatro en una tertulia. Un capítulo de ficción de una serie normal puede costar 400.000 euros, 500.000. Antes podían llegar a los 800.000, y ya nadie llega a esas cifras, pero con 400 o 500 mil tienes para varios formatos de este tipo. Puedes llenarte muchas tardes enteras con ese dinero. Es que no hay nada más barato que el formato de Sálvame.

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¿Y esta forma de hacer televisión tiene parangón en otros países?

Pues mira, no. En Europa, por ejemplo, que últimamente lo he investigado bastante, no hay ese tipo de televisión. En el único país donde hay algo parecido, pero no tan salvaje, ni tan atosigante, es en Italia, en la RAI, porque ahí sí se mantiene la huella de Berlusconi. Porque todo esto tiene mucho que ver con que nuestra televisión se berlusconiza en un momento dado. Vasile mama de ahí. Bueno, y luego tenemos cosas como Gran Hermano que las hay en todas partes, aunque España ha batido el récord de ediciones.

¿Alguien sabe quien es este tío y porque es un VIP? Imagen vía Telecinco

Pero el Gran Hermano de Telecinco, al menos el VIP, se nutre de los mismos personajes que el resto de programas. La Esteban, Rosa Benito, Raquel Bollo, la novia del hijo de Raquel Bollo, el hijo de la Ordóñez…

Sí, y el que no es un VIP lo que hace es pasar primero por el Gran Hermano a secas y convertirse automáticamente en VIP. Y ya se puede pasear por otros programas de la cadena.

Medrar en la vida, vamos.

Exactamente.

Imagen vía Telecinco

Que una televisión se convierta en algo tan endogámico, que se termine retroalimentando, ¿esto es un plan mefistofélico o se va improvisando sobre la marcha?

Yo no creo para nada en esas manos negras.

Pero es una idea genial para agarrar a la gente de las solapas y tenerla ahí siete horas pegada a la pantalla.

Sí, es una idea genial. Poniendo entre comillas la palabra "genial". Pero en Telecinco todo se hace así; son programas dirigidos a los impulsos más básicos, a un público masivo que consume una televisión de baja calidad. Son productos fabricados en laboratorio para que tú no puedas apartar la mirada. Pero no es un diseño súper meditado, súper alambicado, ni un contubernio con todos los directivos… No, es mucho más simple. Nosotros queremos hacer una televisión generalista que sea siempre líder, no tenemos ningún prejuicio ni tenemos ningún escrúpulo y vamos a hacer la tele para todos que la gente pueda consumir sin deglutir. Y eso es lo que se hace en Telecinco.

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Me pongo en el lugar de uno de esos directivos: ¿Algún problema, Mariola?

¡No pasa nada! Están en su derecho. Yo siempre lo digo; ellos están en su derecho de hacer esa televisión, siempre que no se salten las normas básicas de comportamiento, pero los ciudadanos, los periodistas y los analistas de televisión tenemos todo el derecho a ponerlos en el punto de mira. Esas son las reglas del juego. Tú haces esto, tienes una repercusión, y yo tengo todo el derecho a analizarte y a intentar darle al espectador las claves y las pautas para que tu mensaje no le dañe, porque esa es mi labor, es la labor que yo me he impuesto como analista de televisión.

Quieren todo el pack: fama, dinero y respeto.

Quieren la gloria que les da esa tele que hacen, ¡y además quieren el prestigio! Y no puede ser, Enrique. No puede ser. Que dejen el prestigio para otra gente.

La pregunta esnob: además de Alaska, que está por encima del bien y del mal, y de ti, por razones profesionales, ¿el público de Telecinco tiene el graduado escolar? ¿O esto es como lo que pasa con el PP, que todo el mundo se caga en Rajoy y después tocan fondo con siete millones y medio de votos?

A ver, hay un público de nicho, esto está en los análisis de audiencia. Hay mucha mujer, clase media, media-baja. También hay un público que lo ve por puro descerebre…

Hay un público mucho menos cautivo que nunca se sentiría identificado con ese tipo de personajes, chicas que nunca se fijarían en esos chicos, chicos que nunca se fijarían en esas chicas. Esta gente mira esos programas desde una cierta atalaya moral. Y esto es muy peligroso

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¿A qué te refieres?

A que este tipo de formatos no te requieren ningún esfuerzo intelectual, ningún esfuerzo físico y ningún esfuerzo económico. Con lo cual, si juntas esas tres cosas… Joder, cualquier día, por la noche, que estás tirado en casa, que no te apetece más que perder el tiempo, te pones Sálvame Deluxe, ¿y cómo vas a apartar la mirada viendo allí aquella fauna que te tiene completamente hipnotizado? Pero además de todo esto hay un público híbrido.

¿Público híbrido?

Cómo te lo explico… Mira, hay un ejemplo muy claro: Mujeres y Hombres y Viceversa. Ese programa lo ven los adolescentes o el público entregado a ese formato, que podría formar parte del universo que refleja MYHYV; es decir, las chicas que aparecen ahí tienen su reflejo en la sociedad y esas chicas también ven MYHYV, pero después hay un público mucho menos cautivo que nunca se sentiría identificado con ese tipo de personajes, chicas que nunca se fijarían en esos chicos, chicos que nunca se fijarían en esas chicas. Esta gente mira esos programas desde una cierta atalaya moral. Y esto es muy peligroso. Estos son los que se lo pasan bomba viéndolo, y dicen, ¡mira qué choni! ¡mira qué cani!

Como el hipster que va a una tasca de las de antaño, de las de serrín en el suelo y ceniceros de Cinzano. La disfruta pero a un nivel diferente que el parroquiano habitual.

¡Completamente! Ese es el ejemplo. Es la definición de la boutade, del esnobismo. Ese "yo soy superguay, y como soy superguay y tengo Visa Oro puedo bajar al suburbio".

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Porque luego me puedo largar cuando me dé la gana.

Claro, porque yo luego salgo de ahí y me voy a la ópera. Este público existe, y ese público ve esos programas.

Hay entonces público híbrido y presentadores híbridos, porque no sé si el Sardá de la peor etapa de Crónicas Marcianas se hubiera sentado a ver su propio programa, o si Jorge Javier Vázquez vería Sálvame.

Yo recuerdo una entrevista a Jorge Javier en la que le preguntaban qué hacía cuando se iba a casa, y él decía: "Me pongo capítulos de Mad Men". Mad Men para mí es la serie [lo subraya], y me pareció el colmo del cinismo. Es decir, vengo de hacer mierda para que ustedes se coman esa mierda, pero yo consumo alta calidad televisiva. Porque si hay algo en las antípodas de Sálvame es Mad Men . Y Sardá llevó muy mal que le hablaran de telebasura. Recuerda aquello de: "Telebasura, su puta madre". Es que no lo llevan bien. Viven, si no con mala conciencia, sí sabiéndose en el lado en el que intelectualmente ellos no estarían. Buena parte de estos presentadores, Jordi González, Sandra Barneda, tienen un lado sofisticado. No vamos a decir que sean grandes intelectuales, pero es gente que ha leído.

La autobiografía de Jorge Javier se titula "La vida iba en serio"…

De un poema de Jaime Gil de Biedma. ¡Con dos cojones! Gil de Biedma, que si se levantara de la tumba le diría: "¡Vete a tomar por culo!" (risas)

Hay algo que me llama mucho la atención. Si GH VIP termina a las dos de la mañana y MYHYV empieza alrededor del mediodía, ¿esto es televisión para ninis?

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Esa pregunta también me la he hecho yo alguna vez. Hay un sector de población que sí que está a esas horas en casa tocándose las narices, pero hay algo que no se te puede escapar, y es que son formatos muy consumidos en diferido. Se ven online, en otros momentos. Tengo hijas de amigos míos que a esa hora están en el instituto, o en la universidad, y lo ven por la noche con ese punto esnob, superguay, del que estábamos hablando. De todas formas, ese programa tiene audiencia, eh… Y es un programa que me parece dañino. Lo ve gente muy joven.

¿Dañino por qué?

Yo creo que la mala tele, o la tele malintencionada y perversa, influye para mal en los espectadores. Uno de mis objetivos a la hora de analizar, desmenuzar y contar la tele desde dentro es evitar el daño innecesario que creo que reciben los espectadores que ven la televisión sin ningún filtro. Porque nadie apaga la tele. Es mentira esa historia de que el mando es libre y tal. Eso es mentira. La televisión es uno de los pocos ámbitos en los que la oferta condiciona la demanda, porque no es verdad que todo el mundo sea igual a la hora de ver la televisión. Cuando lo digo yo queda como muy elitista, pero es que es así. Hay gente que es más débil que otra. Más débil en todos los sentidos. La tele puede ser nociva porque es capaz de conformar pensamientos enteros. No le puedes pedir a un niño que tenga sentido común ante la tele. Yo distinguiría entre espectadores que tienen otros estímulos a su alrededor, sea por parte familiar, por la parte educativa, y luego están los que tienen a la tele como único elemento de ocio. Para éstos la tele es todo su referente, y a mí sí que me parece que eso es muy peligroso, porque creo que el comportamiento que muestran esos programas conforma su manera de pensar y hace que pierdan de vista lo que realmente importa, porque la televisión tiene ese poder. Es hipnótica, es omnipresente, la gente que la consume de esa manera la consume mucho y, sobre todo, no tienen otra cosa. No tienen nada más.

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¿De qué tipo de pensamiento hablamos? ¿Político? ¿Social? Porque eso es precisamente lo que solo aparece en Telecinco de casualidad, salvo en los telediarios.

Mira, son la apología de la ignorancia, una especie de banalización de la vida. Estás en casa, eres un simple, y si lo que consumes es este tipo de programas dirás: ¿y qué problema hay con que sea un simple? O si eres un nini y ves que uno de Gran Hermano VIP, que no tiene ni oficio ni beneficio, se lleva los 30.000 eurazos a la semana, tu objetivo en la vida será entrar en Gran Hermano. Por eso a la primera edición de GH se presentaron seis mil y a la última se han presentado 80 mil. Ahora a los castings ya va gente que sabe cómo tiene que actuar, según el formato, para que los elijan.

Hay cinco millones de parados y las calles están más o menos tranquilas. ¿Y si mañana llega un gobierno y prohíbe Telecinco por decreto?

(Se ríe) No va a llegar un gobierno de esos, lo primero. Y lo segundo, Telecinco seria lo último que les preocuparía. Además, Mediaset no tendría problema alguno en cambiar de tácticas, de estrategias, de modelo, y de todo lo que hiciera falta.

Pero… ¿y el pueblo? ¿No saldría una turba enfurecida a quemar contenedores?

El pueblo NO sale a nada. ¿O acaso viste a gente con pancartas pidiendo la vuelta del Tomate o de Tómbola?

Touché. En fin, algo bueno tendrá Telecinco…

Hombre, claro. Tiene algunas series que han estado bien y han creado escuela. Está Pasapalabra… Pero vamos, salvaría pocas cosas.

Quedémonos con buen sabor de boca. Te propongo una reflexión: ¿a qué huele la casa de GH después de un mes de convivencia? Dicen que ahí dentro todo se magnifica.

Ufff… Yo creo que allí hay limpieza, eh. Nunca me lo he planteado. Pero la gente se ducha, ¿no? (Risas). Yo creo que si hay algo de basurilla está en sus cabezas.