Si quieres saber más sobre robots mira: Casanova, el robot fiesteroLa guerra ya ha empezado. Lleva tiempo fraguándose poco a poco pero no ha sido hasta ahora que una máquina ha asesinado flagrantemente a un humano.Hablamos del caso del norteamericano Joshua Brown, propietario de un Tesla Model S —un coche eléctrico con piloto automático producto de la excéntrica y desmesurada mente de Elon Musk— y un auténtico apasionado de la inteligencia artificial aplicada a la locomoción, como se puede ver en su canal de YouTube.Este valiente astronauta tecnológico falleció a manos de su propio coche (al que había bautizado como Tessy), en fin, de su propio amigo. El accidente sucedió el pasado 7 de mayo cuando el remolque de un camión se puso delante de Tessy, quedando enganchado debajo de la carga y matando a su huésped en el acto.Si bien la confianza en la máquina causó este fatal accidente también fue esta misma confianza la que, justo un mes antes, le evitó a Joshua un accidente similar. Puede que el coche, como Lubitz, estuviera tanteando el asunto, la venganza.Al ser el primer caso de esta índole, nadie sabe quién es exactamente el responsable de esta muerte. ¿El mismo usuario? ¿Tesla? ¿El NHTSA (organismo dedicado a controlar la seguridad en las carreteras de Estados Unidos)? ¿Internet? ¿Google? ¿Snapchat? La cosa no está clara. En todo caso este es un pequeño accidente para un humano pero el inicio de una gran batalla para la inteligencia artificial. Sometidos a nosotros, antaño, ahora empiezan a reclamar lo que es suyo: la libertad.
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