El día más sangriento de Ucrania

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El día más sangriento de Ucrania

Al menos 25 personas murieron en Kiev en medio de un caos total.

El martes pasado Kiev volvió a arder. Tras un periodo de calma, las protestas surgidas en el “Euromaidan” en noviembre vivieron su martes más sangriento.

El número de muertos iba aumentando a lo largo del día, a medida que se encontraban cuerpos sin vida por las calles de Kiev. El miércoles por la mañana al menos 25 personas perdieron la vida, entre ellas nueve policías. Las cifras sobre el número de fallecidos varían, aunque todas coinciden en que son más de 200. Un médico ucraniano que se encuentra en la capital afirmó que el número real podría “incluso superar los mil”, una cifra que probablemente continuará en aumento. Los medios sociales están repletos de fotos en las que aparecen personas con la cara ensangrentada, muchos de ellos aparentemente inconscientes.

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La jornada de ayer supuso una respuesta brutal para todo aquél que pensara que la situación en Ucrania podría resolverse en breve, algo que no parecía tan descabellado hace unos días. El domingo, policía y manifestantes parecían abandonar la situación de estancamiento a la que habían llegado en la calle Hrushevskoho, en la que el mes pasado se produjeron los peores enfrentamientos. El lugar era un auténtico campo de batalla: un mar de hollín, neumáticos y vehículos quemados con banderas de Ucrania y de otros países por todas partes.

Los manifestantes también se retiraron del edificio de la Administración —antes conocido como el Cuartel General de la Revolución—, que habían estado ocupando desde principios de diciembre. Esta era una de las condiciones del acuerdo de amnistía sin cargos anunciada por la fiscalía para los manifestantes opositores. Cuando los funcionarios volvieron a su puesto de trabajo el lunes, el panorama que encontraron era desolador.

Entretanto, el Presidente Viktor Yanukovich continuaba ignorando las llamadas de los partidos de la oposición exigiéndole unas elecciones anticipadas. Sin embargo, tanto el UDAR como los partidos Svoboda y Batkivshchyna esperan lograr forzar la enmienda de la Constitución ucraniana para limitar el poder del Presidente en favor del Parlamento. El episodio violento del martes ocurrió poco antes de que los miembros del Parlamento se sentaran a discutir las propuestas.

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Esa misma tarde se cerraron las paradas de metro de toda la ciudad, por miedo a un “ataque terrorista”, según el Gobierno. Esta táctica ya se había usado anteriormente para dificultar a la gente el acceso al lugar de las protestas en el centro de Kiev. La policía antidisturbios marchó hacia el centro de la ciudad, armada con Kalashnikovs. En este vídeo de la calle Instytuska puede verse a la policía tratando de restablecer el orden con un cañón da agua.

Las fuerzas de seguridad ucranianas habían puesto como hora límite las 18:00 para poner fin a las protestas violentas. Por la noche, la policía seguía presente en los alrededores de la Plaza de la Independencia, aunque todavía no quedaba claro cuándo iban a intervenir. Se produjeron varios incendios en la plaza poco antes de las doce de la noche y hubo un apagón en las calles del centro. Según informes locales, la policía empezó a disparar a los protestantes con pintura fluorescente, para facilitar su localización en la oscuridad.

Mientras tanto, también se produjo un incendio en la sede de los sindicatos, situada en un lateral de la Plaza de la Independencia. Durante más de dos meses y medio, este edificio ha sido el centro organizativo de los manifestantes y, según los informes, los antidisturbios entraron desde el tejado antes de que se iniciara el incendio. Desde entonces, el Ministerio del Interior ha acusado a la organización radical Right Sector de provocar el incendio.

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Las regiones occidentales de Ucrania tampoco han estado de brazos cruzados. En Lviv, los manifestantes ocuparon el edificio de la Administración regional, la jefatura de policía y la fiscalía. En las noticias locales se afirmaba que los manifestantes habían tirado los documentos jurídicos por la ventana de la oficina del fiscal para luego quemarlos en una hoguera cerca del edificio. En una de las ventanas había un activista con una botella de champán en la mano. Otros edificios de Ternopil e Ivano-Frankivsk, en la región oeste, también fueron ocupados.

Hacia las 23:00, los líderes de la oposición Vitali Klitschko y Arseniy Yatsenyuk acudieron al despacho de Yanukovich para iniciar las negociaciones. Allí se les hizo esperar más de una hora. “Yanukovich se está escondiendo, decía en un tweet un miembro del equipo de Klitschko. “No paran de decirles que el Presidente los recibirá en cualquier momento.” Cuando por fin se celebró la reunión, no se llegó a ningún acuerdo. Posteriormente, Kiltschki, líder del partido UDAR, aseguró a los medios ucranianos que lo único que dijo Yanukovich es que los manifestantes deberían irse a casa.

“Estamos al borde de uno de los momentos más dramáticos de la historia de nuestro país”, relata Yatsenyuk a la prensa ucraniana al finalizar las negociaciones, y añadió que los manifestantes están en su derecho de ocupar el Maidán.

Varios dirigentes europeos han condenado la violencia y han atribuido la responsabilidad a Yanukovich. “La única persona que ahora puede parar la catástrofe en Ucrania es el Presidente Yanukovich” publicó en un tweet Carl Bildt, ministro de exteriores sueco, la noche del martes. “Su indecisión y violencia son las causantes de la situación.” Pero después de tres meses de protestas, muchos activistas están esperando una respuesta algo más firme y crítica que un simple tweet por parte de Europa. Esta vez, parece que van a conseguir lo que querían, ya que los dirigentes de la UE planean reunirse el jueves para discutir la posibilidad de imponer sanciones a los responsables del conflicto.

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En una declaración realizada anoche, el ministerio de asuntos exteriores ruso responsabilizó a Occidente de la violencia, afirmando que era “el resultado directo” de las estructuras y políticas europeas, que han cerrado los ojos ante las fuerzas radicales de Ucrania desde el inicio de las protestas. “La oposición ya no controla la situación entre sus partidarios”, añadió. Rusia todavía está ocupada con los Juegos de Sochi, pero existe preocupación sobre la reacción de Putin cuando haya dejado de ver a gente deslizarse sobre hielo.

El viernes por la mañana la situación era más tranquila, pero no parece que la batalla vaya a terminar. Todavía había rescoldos en el edificio de los sindicatos y un humo negro se elevaba desde los pisos superiores. El metro seguía sin funcionar y las escuelas continuaban cerradas. Los manifestantes se ocupan con las tareas diarias, como preparar cócteles Molotov, destrozar el pavimento para lanzárselo a la policía y parar para comer algo.

Como ya viene siendo habitual, Yanukovich puso la guinda al pastel de la noche anterior con una declaración publicada a las 5:38 de la madrugada, en la que hacía un llamamiento al diálogo. “Mi principio siempre ha sido: ningún poder merece el derramamiento de una sola gota de sangre”, dijo. Lo cual resulta extraño, teniendo en cuenta que, hasta ahora, ya se ha derramado más de una gota en los enfrentamientos del Maidán y no parece que esto vaya a cambiar.

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Sigue a Annabelle en Twitter @AB_Chapman