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Bichitos: ¿Pueden unos pájaros acabar con la humanidad? Pues la respuesta es sí, y nos la dio el 'gordo' Hitchcock. El inglés nos hizo temblar de miedo con estos parajitos, mucho más que bichos grandotes como el japonés Godzilla. Hay para todos los gustos: pirañas, cocodrilos, anacondas, arañas, termitas… y así hasta donde la imaginación llegue. Por ejemplo, los insectos gigantescos de las alcantarillas de Mimic, de Guillermo del Toro. La última gran joya de este subgénero es Monstruoso, producida por JJ Abrams, discípulo de Spielberg hasta en esto, y dirigida por Martt Reeves, curiosamente, el responsable de la última y filosófica versión de Godzilla.Virus y zombis: La sombra del maestro George A. Romero es alargada, y su legado da para un sinfín de películas de muertos vivientes. Con el paso del tiempo, la cosa ha ido derivando en propuestas 'bastardas' y muy locas con zombis nazis (Dead Snow) o castores zombis (Zombeavers) creando un apocalipsis de dimensiones épicas, y no es coña. Otros son más fieles al clásico estilo de los caminantes como Zack Snyder en El amanecer de los muertos, o 28 días después, en la que Danny Boyle consiguió el crossover definitivo entre las plagas (o virus) y los zombis, con GYBE! sonando más amenazantes que nunca.Catástrofes naturales: Volvemos con Roland Emmerich, que es el auténtico genio de las catástrofes y el tío que más veces se ha cargado el mundo. Y, de paso, casi destroza el cine, pese a sus más de cien años de vida. Suyas son El día de mañana y 2012, claros ejemplos de lo peor de este género, pero tremendos espectáculos visuales. Ahora (miedo) ha anunciado para el año que viene una segunda parte de Independence Day. Tras el alemán, el subcampeón de los destrozos es Michael Bay, con Armageddon y esos vaqueros espaciales luchando por los Estados Unidos. Puro patriotismo. Pero donde se quedó bien a gusto fue con la saga de Transformers. Como joyas kitch impagables de este subgénero encontramos Twister (con tornados) y Un pueblo llamado Dante's Peak (con volcanes). Definitivamente, hemos mosqueado y mucho a la Madre Tierra.El cachondeo: ¿Puede el humor acabar con la humanidad? Aquí van algunos ejemplos. Bienvenidos al fin del mundo, de Edward Wright, con una pandilla de ingleses borrachos intentándose beber un pueblo entero, mientras todo se desmorona a su alrededor. Un auténtico resacón catastrófico. Algo parecido sucedía en Juerga hasta el fin, con James Franco, Seth Rogen y Jonah Hill o Bienvenidos a Zombieland. En cuanto a parodias, el genial Tim Burton le hizo sombra en cuanto a cachondeo (esta vez intencionado) a Roland Emmerich con Mars Attack! Y ahí está Disaster Movie, para los paladares menos exigentes. No nos podemos despedir sin citar, un respeto, esa joya inclasificable que es Sharknado. Tiburones arrastrados por un tornado (en realidad un croma espantoso) que parecen dibujados por un niño pequeño. Una maravilla.