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Cultură

Tratamos de entender la friendzone, un rollo muy millennial

Los hombres asocian el término con la derrota y la desilusión, como si fuera una competición que perdieron porque alguien hizo trampa. Las mujeres lo asocian con resentimiento, antagonismo y propiedad.

Imagen vía

Debo confesar que muchas veces me ha dado la sensación de que me habían puesto en la friendzone. Creí que tenía algo especial con varias chicas porque hablábamos a diario, nos abrazábamos al ver películas y simplemente porque querían estar conmigo durante periodos prolongados de tiempo. Hasta que reunía el valor suficiente para preguntarles si querían salir conmigo y me decían que no iba a funcionar. Les gustaba estar conmigo como amigo pero les preocupaba que ya no quisiera verlas si decían algo. En esos momentos me sentí indignado. ¿Cómo se atreven? ¿Cómo se atreve una mujer a querer a un hombre como amigo y nada más?

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Me avergüenza haber pensado así. Antes de salir de la universidad, realmente creía en la existencia de la famosa friendzone, un purgatorio dantesco al que te enviaban las chicas que te gustaban pero que no tenían la cortesía de sentir lo mismo por ti.

¿Cómo llegué a definir así mi posición? Durante mi adolescencia escuchaba a Slipknot, me teñía el pelo de negro y me rechazaban continuamente. Dolía y muchas veces culpaba a la chica pero nunca puse una etiqueta a esta situación. Según internet, el origen de este término se remonta —como todo lo malo en este frío y oscuro mundo— a un episodio de Friends de 1994 titulado "El del apagón":

Toda esta actitud millennial surgió a partir de una broma de Joey. Poco a poco, la friendzone pasó de ser un sustantivo a un verbo. Le hicieron su propia página en Wikipedia; se volvió la base de un sinfín de memes; inspiró una programa de MTV en el que los competidores tenían que confesarle su amor a sus mejores amigos frente a una cámara con la esperanza de "salir de la friendzone" y tener una cita increíblemente incómoda con todo el equipo de grabación.

¿Cómo se define este estado del ser? Google dice que es "una situación en la que existe una amistad entre dos personas y una de ellas tiene un interés romántico o sexual no recíproco en la otra". Básicamente es amor o deseo no correspondido. Solo que la realidad es mucho más matizada y se inclina más a favor de un género.

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Guille, de 26 años de edad, define la friendzone como "una forma de describir con precisión la dura y triste realidad que afrontas cuando te da un arrebato de ingenuidad y crees que tienes alguna oportunidad con alguien". Erick, un músico de 26 años de edad, dice que es "el nombre que utiliza la mayoría de los hombres para describir cuando tratan de seducir a una mujer pero no lo logran. "El término friendzone se utiliza para admitir la derrota. Los amigos siempre se burlan de ti diciendo que 'te han puesto en la friendzone'".

¿Y qué piensan las mujeres? Emily, de 24 años, dice que la friendzone es "una forma estúpida que tienen los hombres para justificar que tienen un derecho sobre las mujeres. Asumen que si son amables con una mujer, esta tiene la obligación de pagar esa amabilidad con otra cosa". Vanessa, una cantante de 28 años, cree que el término tiene "un trasfondo de agresión y resentimiento. Con frecuencia se utiliza para decir que una chica hirió a un hombre o lo rechazó injustamente. Quiere decir que el hombre fue víctima de una injusticia".

Muchos "maestros de la seducción" suben vídeos de qué hacer en caso de estar en la friendzone. Este tipo llamado Tripp afirma saber por qué la chica que te gusta te dejó en la friendzone en vez de acostarse contigo. (Captura de pantalla vía)

La diferencia en actitudes es impresionante. Lo que entendí después de hablar con varios de mis conocidos es que los hombres asocian el término con la derrota y la desilusión, como si fuera una competición que perdieron porque alguien hizo trampa. Las mujeres lo asocian con resentimiento, antagonismo y propiedad, lo cual no me sorprende si consideramos que son los "premios" de esa supuesta competición.

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Cuando pedí a algunos chicos que me contaran sus experiencias, descubrí que muchas eran similares a las mías. Todos sentían algo por una amiga hasta que ya no aguantaban más, se lo decían y después todo se volvía muy incómodo.

Sin embargo, Kevin me contó que era consciente de que su amiga tenía novio pero que siguió persiguiéndola "porque era muy guapa y él tenía la autoestima muy baja". Una noche decidió que era momento de "poner las cartas sobre la mesa" y le confesó sus sentimientos. Ella dijo que se sentía halagada pero que no sentía lo mismo por él. "Pero de todas formas me invitó a su casa. Dormimos en la misma cama y nada pasó", explicó Kevin. "Cada vez que recuerdo esa ocasión, me dan ganas de regresar en el tiempo y gritarle a mi yo adolescente: '¡Vete a casa y ten un poco de dignidad!'".

Este tipo de experiencias no concuerdan con las que me contaron las chicas. Sus anécdotas usualmente eran de un hombre que consideraban un gran amigo hasta que un día el amigo confiesa su atracción, así, de repente. Después de rechazarlo, la cosa se pone fea: el amigo se enfada con ella por haberle 'dado alas' o como mínimo dice que ya no puede volverla a ver. El chico se comporta como un crío y la amistad se corta en seco.

Esto no quiere decir que todos los hombres que han sufrido un rechazo actúen de forma infantil. Muchos hombres son perfectamente capaces de tener empatía, procesar las señales emocionales y físicas más básicas, y comprender que no solo porque les gusta alguien significa que esos sentimientos sean recíprocos. No obstante, está claro que algunos no tienen esa capacitad o al menos necesitan tiempo para darse cuenta de que las relaciones no son una simple transacción. Esto dice algo muy preocupante sobre los hombres heterosexuales: muchos de nosotros, aunque sea de forma inconsciente, creemos que si somos buenos amigos y nos portamos bien, al final vamos a obtener un poco de sexo.

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Y digo "hombres heterosexuales" porque todas las personas con las que hablé creen que la friendzone es un fenómeno estrictamente heterosexual. Por ejemplo, Emily, que es bisexual, dice que ha pasado por la friendzone con "tíos que son sus amigos" pero nunca con sus "amigas queer". De igual forma, Luis, de 25 años y gay, dijo: "Creo que nunca he estado en la friendzone. Casi todos los amigos gais que tengo fueron mis novios en algún momento. Creo que sería como la friendzone pero invertida por que mis noviazgos terminan en amistades".

Todas las personas con las que hablé coinciden en que la amistad entre un hombre y una mujer puede ser platónica sin ningún contratiempo. Resulta que las personas heterosexuales de diferente género pueden convivir sin tener que follar o sentirse mal por no estar haciéndolo.

Uno de los miles de memes sobre la friendzone

"Es posible tener una relación totalmente platónica pero creo que muchas amistades surgen a partir de cierto grado de atracción y que en algún punto este deseo de follar de desvanece y la amistad perdura", explicó Kevin.

Laura, una chica de 26 años, comparte la opinión de Kevin. "Creo que las amistades entre hombres y mujeres empiezan porque creen que se gustan simplemente porque, pues, eres mujer, él es hombre y les gusta pasar tiempo juntos, así que debe haber una atracción, ¿no?".

¿Qué nos dice todo esto sobre el amor, el sexo, las mujeres y los hombres? Que dependiendo de la edad, la madurez o la opinión con respecto al activismo a favor de los derechos de los hombres, algunos hombres creen que las mujeres les están faltando al respeto cuando se niegan a besarlos o follar con ellos en vez de solo divertirse juntos sin tener sexo.

El término friendzone se ha convertido en una forma aceptable de canalizar esa culpa, lo cual no es nada positivo. Una cultura que culpa a la mujer cuando el hombre no obtiene lo que quiere no es algo muy acorde a estas alturas, en el año 2016.

Pero bueno, la lección es que: si te gusta alguien y esa persona no siente lo mismo por ti, no te desquicies y dejes de hablarle. Créeme, te arrepentirás.

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