Este muerto está muy vivo

Fringe Madrid estrena Tres en coma, un espectáculo teatral de Canódromo Abandonado y Juan Cavestany sobre un comatoso que hace chistes. Lo puedes ver hoy miércoles en el Espacio Nave 1.1 del Matadero y también a partir del 7 de agosto en el Teatro del Barrio. Julián Génisson, co-autor y co-actor de este precioso sainete, nos cuenta lo mucho que le costó escribir humor al estilo Arévalo.

VICE: Esta tarde iré a ver vuestra obra pero dame un adelanto.

Julián Génisson: La única ventaja de estar en coma es que el pelo te crece más, y mejor. El pelo comatoso es más pelo. Uno de los personajes de la obra tiene un fetichismo sobrenatural con el pelo cortado. Hay un componente cosmético-religioso muy pronunciado, pero todo en clave de humor, drama y espanto.

Es un poco lioso. Dame mejor una sinopsis.

Un tipo en coma del que nadie sabe nada empieza a comunicarse en morse a través del monitor de constantes vitales. Una peluquera en prácticas que va a cortarle el pelo transcribe sus mensajes y se da cuenta de que son chistes. El comatoso salta a la fama. También hay un capellán con su propia agenda, a la vez metafísica y muy privada. Y la música es otro personaje.

Johnny cogió su fusil.

Es una de las referencias de escenografía, pero el personaje es un poco más expresivo que Johnny.

Menos llorica, por lo que cuentas.

Johnny hace lo que puede.

Pero dicen que si quieres puedes. Si Johnny no hace chistes es porque no quiere.

Nuestro mensaje es el opuesto: ni quieres, ni puedes (aunque creas que quieres y puedes).

No esperaba un mensaje.

Nuestro comatoso cuenta chistes, pero quizá intenta contar algo a través de ellos, ¡ojo! Ayer Cavestany dijo que la obra habla de temas importantes, y es verdad, pero no nos habíamos dado cuenta en todo este tiempo. Tenemos un modus operandi bastante intuitivo (con perdón). Lo único consciente del show son los chistes (hay muchos).

La escafandra y la mariposa.

Hablamos en algún momento de La escafandra y la mariposa, pero no es un referente. Un referente es Patrick, una película australiana. Es increíble, salió un remake hace poco pero la vieja es la hostia. Lo nuestro no es terror, pero teníamos esas cosas muy presentes. Y a Arévalo también. Una de las cosas que más nos ha costado ha sido escribir chistes tipo Arévalo, chistes viejos nuevos.

¿Chistes tipo “-A mi hijo le he puesto gafas -Pues que nombre más feo”?

Hay una etapa en ese plan. El humor va sofisticándose a medida que su estado empeora.

¿Cómo fue trabajar con Cavestany?

Ha sido la hostia. Pero no se lo digas. Lo admirábamos mucho. De hecho, El Señor fue una de las cosas que nos convenció de hacer nuestra peli La tumba de Bruce Lee. En las distancias cortas, Cavestany no defrauda.

Siempre parece tranquilo pero en el concierto de Silverio le vi insinuar unos bailes.

Jajaja. Eso nos contó, hizo amago de pasarlo bien pero en realidad estaba pensando en el show, muy atormentado. Hay un Cavestany muy oscuro. Es dulce y oscuro, miel negra.

¿Cómo surgió la colaboración?

Hicimos un corto hace un tiempo con Ignatius, Irene Serrano y Didac Alcaraz, pero nos supo a poco y un día quedamos para comer y salió a colación una idea que había surgido en una conversación anterior, de pasada. Un tipo en coma cuenta chistes, simplemente. La idea surgió en una conversación por teléfono entre Lorena y Juan pero luego le dimos cuerpo entre todos. Cuerpo, entre comillas. Ha sido un proceso muy atropellado.

Lorena es gallega, seguro que se nota en la puesta en escena.

La cama de hospital que usamos viene de Galicia. La compramos de segunda mano por Internet. La tenían en un pub y claramente han muerto personas en ella. Huele a eso.

El póster de David Sánchez es maravilloso.

Nos inspiró mucho su estética para todo. Su estética y una web de caretas francesas hiperrealistas.