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Cultură

Manteles con mensajes satánicos y tuppers de lentejas: así come un músico en un festival

Lois Brea (Lois y Trajano) nos enseña su diario gastronómico del pasado Vida Festival. Bocatas en la carretera, cáterings y muchas patatas fritas, estrellas del menú.

Lois Brea es un tipo inquieto. Musicalmente forma parte de Trajano y también tiene un proyecto paralelo que se llama como él mismo, Lois, y que le ha llevado este fin de semana a tocar en el Vida Festival en Vilanova i la Geltrú. Hace poco nos hemos enterado de que, además de ser un músico muy activo, también tiene una faceta de gourmet, como comensal y también como cocinero. Damos fe de que sus empanadas de pollo al curry son magia, y que también explica muy bien de dónde proceden las cepas de los viñedos que hay en su pequeño pueblo gallego.

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Por todos estos motivos, le escogimos como corresponsal gastronómico para cubrir el festival con su cámara de fotos. Un 'foodie' con guitarra que tiene muchos kilómetros a sus espaldas, que conoce bien los festivales y los restaurantes de carretera de las principales autovías de nuestra geografía como la palma de su mano. De vuelta del festival, y luchando cara a cara contra la resaca festivalera, lo primero que hace es alejarse de la cerveza. "Generalmente lo primero es no acercarme a una cerveza en una semana, porque básicamente constituye el 90% de mi sustento en los festis".

Y para recuperarse de los excesos de cuatro días de restaurantes de carretera y cáterings de dudosa calidad, maneja dos opciones. "La sana, tipo ensalada o gazpacho, o la de la comida rápida, porque llegas a casa muerto y lo único que te apetece es pedirte algo por teléfono, una pizza o algo así". Pero volvamos al festival. De cuatro días, uno casi no comió y otros dos se los pasó hinchándose a patatas fritas y a pelotazos. El viaje arrancó con comida casera, para mantener un poco la dignidad ante el desafío gastronómico que se avecinaba en el camino de Madrid a Cataluña.

Fran con las lentejas

"Salimos a las 11. Yo compré Monster (del verde), y Fran, el bajista, se trajo de casa cosas para comer en el coche y compartir. Un tupper con lentejas con tomate, que seguía en el coche el domingo. Y unos bocadillos de pollo marinado con mayonesa. Así que no tuvimos que hacer paradas largas. Y nos fuimos directos al festival sin pasar por el hotel". Ya estamos en el Vida.

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¿Y el cátering de los músicos, molaba? Siempre nos despierta mucha curiosidad saber qué ponen entre bambalinas. "Comimos allí el jueves por la noche, que fue el día que tocamos. De primero había ensalada. Sin más, la verdad, y de segundo fideua con alioli, que estaba espectacular. Normalmente, la comida de los festis consiste en cuatro cosillas que te dejan en el camerino: unos sandwiches y patatas fritas. Así que punto positivo para el Vida".

El camarero del cátering del Vida. Nivel

Pero dentro del recinto no abundaban los puestos con opciones a entrar en la Guía Michelín. Ya de público, Lois y su banda apuraron los tickets de comida que les quedaban y cuando se acabaron volvieron a degustar el cátering. "Mandamos a Fran a coger comida del buffet de artistas y volvió cargado de sandwiches de jamón serrano, con tomate y queso. Y un par de brownies que nos acompañaron toda la noche envueltos en servilletas".

La cosa mejoró un poco a la vuelta al hotel, que estaba en la localidad de Segur de Calafell, "tenía una piscina bastante guay, así que nos pasamos toda la mañana del viernes metidos en el agua. Y a mediodía nos dimos un paseo por el pueblo". Buscando un lugar dónde comer, se encontraron con un lugar bastante turístico donde se había multiplicado los restaurantes italianos y pizzerías.

Con el milhojas

"Nos metimos en el Oscar. Que era el que tenía menos veces escrita la palabra pizza en la fachada. Y además tenía una galería con una especie de terraza interior bastante pasable. Había menú. Un pelín caro (14,95 €). De primero había milhojas de espinacas con queso. Lo que me pusieron fue un plato hondo relleno de queso fundido, y con medio litro de aceite, y un milhojas flotando en medio. Estaba rico pero es de las cosas más pesadas y opacas que he comido en mi vida. De segundo, un escalope cubierto con cabrales. Bien de queso y patatas fritas". Dos auténticas granadas de mano puestas sobre un plato.

El sábado tocaba currar en Barcelona: rodaje de videoclip junto al resto de los integrantes de Trajano. "Al terminar, volvimos al Vida, así que tuvimos que comer en el coche, de camino. Yo elegí una de esas ensaladas preparadas, que era todo tallos, y mi novia una César".

Domingo y vuelta a casa. "Compramos unas galletas de chocolate. Y fui conduciendo hasta llegar a Monegros. Como íbamos por la AP2, tuvimos que parar en una de esas estaciones de servicio con restaurante en plan modernillo y, por supuesto, carísimo. Yo me tomé una hamburguesa con patatas y Willy, pollo al horno. Debajo de la comida, venían unos mantelitos con mensajes satánicos".

Los extraños mensajes del papel de la hamburguesa