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Música

Bo Ningen

Bo Ningen ha emergido para rasgar un hoyo sónico en el corazón de la música en vivo de la capital del Reino Unido.

Mientras que la mayoría de la escena del East London se la pasó los últimos años enamorándose de la colección de discos de los 80 de sus padres, Bo Ningen ha emergido para rasgar un hoyo sónico en el corazón de la música en vivo de la capital del Reino Unido. Sus shows ya son experiencias legendarias que sin variaciones concluyen con un final de destrucción mientras la banda se funde en un desorden de pelo, extremidades y guitarras. Formada hace sólo un par de años, este cuarteto de oriundos de Japón formado en Londres ha creado una montaña rusa sónica que triangula el espíritu del rock progresivo, la psicodelia ácida, y resonante black metal, para hacer un nuevo animal de todo eso. “No nos importa sonar como otras bandas”, dice el guitarrista Yuki. Ese rechazo a adherirse a un solo punto de referencia es lo que los distancia de sus contemporáneos. Los primeros días de Bo Ningen fueron testigos de como el sonido se desarrolló organicamente por medio de largas sesiones de ensayos. Esa dinámica salpica en sus shows en vivo, que están apenas conectados por las guitarras oscilantes y los riffs al estilo Black Sabbatt dispersos en todo su álbum debut. Las canciones son más un marco o una sugerencia, y cada toque los deja ver ingeniando caos de disturbios bajo régimen con voces de la nada y salvajes improvisaciones. Es un frenesí de cacofonía sin restricciones, que rara vez cede. Ellos han reconocido que vivir en Reino Unido ha ofrecido una libertad mayor para crecer y apoyarse que en Japón, donde para las bandas underground es difícil sobrevivir sin un contrato con un sello disquero de los grandes. Con ropa negra idéntica y extensos cortes de pelo a lo Ramones también han hecho una figura para recordar, imponente y ajena. Sería pretencioso sino fuera tan divertido.