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Un video viral de dos héteros tomados de la mano no te enseña cómo es ser gay en realidad

El experimento social de Ian Lee pudo haber abierto la discusión sobre la homofobia, pero él no se ha sentido verdaderamente rechazado, y ése es el punto de quiebre para mí y la demás gente gay.

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En 2014, los videos virales de experimentos sociales, cínicos y llenos de doble moral invadieron internet y dejaron en evidencia qué tan mierda puede llegar a ser la humanidad. Una mujer caminando por una calle de Nueva York filmó en secreto a todos los tipos que la morboseaban, por ejemplo, y demostró hasta qué punto trasciende la perturbadora materialización del género femenino en la ciudad.

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Esta semana, el locutor de la BBC Iain Lee condujo un experimento social parecido. En pocas palabras, Lee caminó cogido de la mano con otro hombre por las calles de Luton, (un pueblo a 50 Km de Londres) para "experimentar" la reacción de la gente y, si lo pueden creer, los resultados fueron horriblemente homofóbicos. Las personas se volteaban y los miraban, alejaban a los niños y –si se les preguntaba por qué- decían con franqueza que les parecía "asqueroso".

Lee escribió un artículo para acompañar el video en The Independent, sobre su ingenuidad (y la del resto de los hombres heterosexuales en general) frente a la homofobia, y sugiere que existe la presunción de que si no te están golpeando con una barra de hierro no estás siendo sujeto de actos homofóbicos en lo absoluto. La realidad es que la mayoría de los hombres gay ni siquiera se atreve a hacer lo que Lee hizo, porque ya conocen las consecuencias políticas y públicas de caminar por la calle cogidos de la mano.

Como la mayoría de mis amigos homosexuales, yo no suelo tomarme de la mano en público. Si lo hago, tengo que evaluar los riesgos y determinar si realmente vale la pena correrlos. Esa es la realidad.

En Reino Unido, el año pasado, 19 oficiales de policía reportaron un incremento en crímenes relacionados con homofobia en 2013. Entonces, mientras mis sueños se hacen realidad y me uno a una comunidad de osos en San Francisco, básicamente, demostrar mi orientación sexual en público es un riesgo.

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Incluso los lugares que hemos acordado como seguros no son realmente nuestros. Cuando un tipo gay es atacado con ácido en la cara a la salida de un bar en Vauxhall (una barrio primordialmente gay en Londres), empiezas a darte cuenta de que a veces es aterrador solamente "ser" quien uno es.

Captura del video de Lee en YouTube.

¿Dónde se supone que debemos ser gays? ¿Estamos verdaderamente a salvo alguna vez?

Ése es el problema que tengo con el video de Lee. Ha aumentado el interés general –lo que es excelente- y ha experimentado una clase de homofobia que posiblemente cambie su propio concepto pero, después de su experiencia con las reacciones de la gente en la calle, acaba el día, olvida su papel de loca y vuelve a ser el mismo hétero de siempre, como si acabara turno en alguna parte. Lee no es gay. No se ha sentido verdaderamente rechazado y ése es un punto de quiebre para mí y la demás gente gay.

Otros videos virales sobre la vida que llevan los LGBT han circulado por la web esta semana –algunos inclusive con voces de miembros de la misma comunidad. Hay uno muy bueno, sobre drag queens musulmanes en The Guardian, y una charla TEDx en la que la artista drag, Panti Bliss expone una de las mejores discusiones que he visto sobre la identidad gay.

"Los gays no se cogen de la mano en público sin antes considerar los riesgos", dice Panti. "Los gays no se toman de la cintura o ponen el brazo por encima del hombro del otro sin primero analizar las posibles consecuencias que eso podría traer. Y si decidimos hacerlo y nos parece que está bien y nos tomamos de la mano, esas manos agarradas ya no son un acto casual e irreflexivo: son premeditadas y dotadas de significado. Nuestros gestos de intimidad de repente son actos políticos desafiantes, y eso lo arruina".

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El año pasado, llevé a un tipo con el que salía a un bar en el Soho de Nueva York. Después de una botella de vino y algunos pasabocas, estábamos teniendo una de esas conversaciones en las que estábamos muy cerca el uno del otro y él me dio un beso. Me sorprendí porque no era un bar gay. Era entre formal y pequeño, pero no hice nada para detenerlo porque sabía muy dentro de mí que la anécdota sobre muebles que le estaba contando era una verdadera mierda.

Abrí los ojos, sonreí y nuestro mesero –que nos estaba sirviendo con afán dos copas de champagne- pareció un poco perturbado. Él también sonrió, nos miró, dijo algo indescifrable y se fue lo más rápido que pudo. La idea no era que el beso pareciera desafiante, pero se vio y se sintió así. No sabría decir si el mesero nos estaba aprobando, o solo le pareció bien que un par de gays se dieran un pico. Sea como sea, el momento fue incómodo.

La verdad es que a nosotros nos fue bien. A dos tipos los echaron de un Uber por darse un beso –como si un carro privado por el que pagas no fuera un espacio en el que experimentas otra vez, como si fuera la primera, la desconfianza innata de ser gay. En el condado de Devon, al sur de Reino Unido, dos gays fueron llamados "asquerosos" por besarse en un pub y los sacaron a patadas de allí.

Si Lee hubiera querido experimentar de verdad lo que es ser un hombre gay en 2015, tal vez debió haber tratado de darle un beso a su "pareja" en algún espacio en el que se sintiera seguro y a solas, y luego registrar las reacciones de las personas.

No estoy diciendo que entre héteros y gays no pueda existir una discusión al respecto –y el truco de Lee definitivamente abrió un debate- porque hay que trabajar en conjunto para acabar con la homofobia. Otro asunto con el video es que, para mí, si tienes que pretender sobrellevar la lucha de pertenecer a la comunidad LGBT, puedes entender que la homofobia es abundante y perjudicial y que niega toda idea de empatía. ¿Y sin empatía entre unos y otros, qué nos queda?

Como Panti dice en su charla TEDx, los motines de Stonewall (las manifestaciones espontáneas y violentas de miembros de la comunidad LGBT en Nueva York, el 28 de junio de 1969) fueron hace 45 años. La gente ha tenido bastante tiempo para darse cuenta de esto. No debería ser necesario un experimento para mostrarnos que la homofobia está mal, y ningún video de tres minutos podrá jamás vislumbrar la realidad de ser gay.

@Chris_Mandle