"Las memorias futuras de Otsuchi": fotografías después de un tsunami en Japón

FYI.

This story is over 5 years old.

Fotos

"Las memorias futuras de Otsuchi": fotografías después de un tsunami en Japón

El argentino Alejandro Chaskielberg retrata a las víctimas del tsunami japonés de 2011 en el lugar que les fue arrebatado.

Alejandro Chaskielberg, fotógrafo argentino de 39 años, llegó a Japón en octubre de 2012 para exhibir su proyecto sobre el delta del río Paraná.

Al llegar —un año después del tsunami que sacudió el país y dejó alrededor de 16,000 muertos y 200 heridos—, descubrió que quería hacer un proyecto que le devolviera los recuerdos perdidos a los habitantes de una ciudad pesquera llamada Otsuchi, al norte de Japón.

Publicidad

"El curador de las exhibiciones que iba a hacer en Japón, cuya familia vivió el tsunami en Otsuchi, me contó su historia, el desastre que tuvieron que pasar y me llevó a conocer lo que quedaba de ese lugar", me dijo Alejandro, cuando lo llamé a su casa en Buenos Aires. Cuando él llegó a allá, la ciudad ya estaba limpia. Sólo había vestigios de casas en cada esquina y pilas de escombros.

Después de conocer más la ciudad y a sus habitantes, se integró a varias ONG y empezó a reunirse con fotógrafos de la zona y víctimas del desastre natural. "Invité a las personas que vivían en las casas a ser retratadas de nuevo en sus hogares", me dijo. Logró retratar a 80 personas en los lugares donde habitaban y trabajaban antes de que el tsunami los destruyera.

Hizo las fotos en la noche, con ayuda de linternas para iluminar las estructuras y los puntos clave que quería evidenciar. Por un lado, porque esa es su especialidad como fotógrafo y, por el otro, porque considera que fue un momento de introspección. "El momento de la toma es un momento donde la gente está en silencio durante varios minutos. Se tiene que quedar inmóvil mientras el obturador está abierto y se empieza a imprimir la pequeña luz que hay durante la noche en la película".

En su último viaje a Otsuchi —hizo cuatro para completar su proyecto— se fijó en una de las pilas de escombros, y encontró un álbum de fotos que todavía conservaba algunos colores. Las fotos, desteñidas y maltratadas, cambiaron el significado de su proyecto, que en principio estaban a blanco y negro. "Parecían acuarelas: todas las imágenes estaban borroneadas y los colores se habían mezclado unos con otros", me dijo.

Publicidad

Relacionados: La NASA abrió una oficina de defensa planetaria para proteger la Tierra de colisiones cósmicas


Ya no se trataba únicamente de devolver la memoria de un lugar a una víctima, sino también de llenarla de color, de recuperar los recuerdos que habían perdido con los colores que allí existieron alguna vez.

Editó sus fotografías para añadirles los colores de las fotos que se encontró por la ciudad. "Uno podría decir que las imágenes coloreadas tienen una cierta fantasía porque los colores son completamente artificiales. Y la manera en la cual me siento cómodo para expresarme en mi trabajo es teniendo un lazo con la comunidad a la que estoy retratando. A partir de ahí empiezo a fantasear", afirma.

Otsuchi future memories, como nombró al proyecto, se ha exhibido en las ferias de arte de Corea del Sur, Estados Unidos, Uruguay, Italia, Argentina, Japón, Turquía, Grecia, China y Brasil. Además, está expuesto en una publicación editorial del mismo nombre, que se ganó el premio El Fotolibro Latinoamericano con la editorial mexicana RM, con el texto del fotógrafo japonés Daidō Moriyama.

Hasta hace unos días, Alejandro hizo una exposición colectiva con esta serie en Otsuchi, a la que invitó a estudiantes de 11 y 15 años, y a fotógrafos de la zona a hacer parte de ella con cámaras desechables para darle de nuevo imágenes a la ciudad.

Aquí una muestra de la serie: