Logré hacer música con aminoácidos

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ART.hunter

Logré hacer música con aminoácidos

Participé en la primera edición del "Science Hack Day" de Bogotá y entre tantas otras cosas aprendí sobre la esencia del hack, los microscopios DIY, el Universo y la relación arte-tecnología.

El Science Hack Day se hace en muchos lugares del mundo. En este evento, gente de todas las disciplinas se reúne para, en 24 horas, desarrollar algo. Para cualquier amante del DIY, la cultura hacker, la ciencia y sus intersecciones con el arte (o viceversa) esta es una oportunidad imperdible de proponer prototipos interesantes, aprender mucho, compartir, crear y divertirse. Esta vez, ¡y qué suerte la nuestra!, lo organizó por primera vez en Bogotá un grupo de científicos. Allí estuvimos como participantes alrededor de 35 personas. En esta crónica, compartiré mi experiencia en esta primera versión del SHD, además de introducirlos al fascinante mundo de la creación colaborativa en torno al hack.

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Un hack puede entenderse como una solución a algo, no necesariamente la más sofisticada, pero sí ingeniosa y efectiva. También se refiere a la reconfiguración y manipulación de algún sistema. Es algo que reta, que exige creatividad, recursividad. Como actividad, se populariza cada vez más manteniendo ese toque subversivo que tanto nos gusta.

Al llegar estaba un poco ansiosa. Sabía que algo genial iba a suceder, pero no sabía muy bien qué. Tenía ideas sueltas, inconexas, unos cuantos materiales, algunas cosas de reciclaje y herramientas varias en una gran y pesada caja que me obligó a irme en taxi. Las ganas de conocer gente que hace cosas que yo no tengo la más remota idea de cómo hacer me entusiasmaba mucho. Nos presentaron las reglas del juego y empezamos la jornada con charlas voluntarias dadas por algunos participantes e invitados. Aprendimos sobre microscopios DIY (Manu) , el Universo (Jaime), la relación arte-tecnología (Bianca), la esencia del hack (Felipe) y algo de vestuario con intervenciones tecnológicas (Adriana). De ahí, nos conocimos por medio de dibujos e historias personales en un taller que dirigí hasta la hora del almuerzo. Cuando llegó la tarde hicimos llover ideas, vimos una charla más larga sobre arte hecho a partir de datos, o sea, desde lo que produce la ciencia, y empezamos a trabajar en nuestros hacks, algunos hasta tarde en la noche, otros hasta el día siguiente.

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Fue lindo ver todas las mesas del planetario llenas de componentes electrónicos, computadores, objetos de todo tipo y gente trabajando contra-reloj. A las 10 p.m. el planetario cerraría sus puertas y solo saldríamos al día siguiente. Los que nos quedamos tuvimos una noche que se hizo corta de lo emocionante y ocupada que estuvo. Dormimos poco, casi nada. Pusimos música. Nos divertimos. Bailé vergonzosamente en algún momento para escaparle al sueño, no fui la única. Nos reímos de las canciones que ponía Kelly. Trabajamos duro. Hicimos lo que teníamos que hacer. Al día siguiente, nuestros hacks deberían estar listos para ser presentados en público y participar en la premiación propia del evento.

"¿Si puedes regalar una flor, por qué no regalar el sonido de su genoma?" se pregunta Andrés Lujan, el programador de nuestro equipo. Éramos dos físicos que sabían programar (Maria Camila y Christian), un programador (Andrés), un ingeniero topográfico (Juan Manuel), un talentoso niño que infelizmente no pudo acompañarnos hasta el final, por la intensidad de la jornada (Pablo) y yo como artista. Nuestro hack se llamó Genomusic: servía para visualizar con luz y sonido proteínas del genoma de cualquier organismo escogido por el público. Para eso, una aplicación web que conectaba con una base de datos de biotecnología obtenía información que, con código Phyton y Arduino se traducía a luz y sonido en la pieza visual. Ésta estaba formada por una serie de rostros humanos de plástico transparente que se iluminaban y parpadeaban de acuerdo a los nucleótidos de la proteína del ADN/RNA del organismo escogido.

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Cosas tan increíbles como un radiotelescopio DIY (sí, es posible) para captar el sonido de las tormentas solares, van más allá: los sonidos captados, a manos de un músico se volvieron una improvisación en vivo. Eso sí que es hackear duro y con estilo. Escuchamos música solar. Fue el proyecto de un grupo igual de transdisciplinario: Según recuerdo, eran dos astrónomos (Felipe y Alexander), una diseñadora de modas (Marcela) y un músico (Johannes).

30 segundos de muestra de lo que fue este "jaming with the sun".

En cuanto a poesía, no hay que dejar de nombrar al equipo del proyecto de danza y luz "Mariposas en el estómago" de Germán, Carolina y María Alejandra que hizo una bellísima presentación performática usando proyecciones en el cuerpo y en el espacio (con un proyector DIY, por cierto) y que, efectivamente, producía en quien la veía la sensación de mariposas revoloteando no solo afuera, sino adentro del propio cuerpo. Ellos también hicieron un hack que aunque no presentaron al finalizar la jornada, puedo recordar muy bien: un "conector polo a tierra" para gente: Lo pude experimentar en el transcurso de la noche y se sentía muy rico. Si quieren saber de qué va, este documental lo explica.

Presentación "Mariposas en el estómago"

Otro grupo hizo un microscopio DIY que efectivamente funcionaba y a punta de luz, a última hora, vimos frascos con alacranes fluorescentes. Así mismo, hubo quienes lograron hacer un tomógrafo que sacaba tomografías de objetos sin necesidad de rayos x: lo vimos funcionar con un borrador. Se hicieron más cosas, pero estas en especial hicieron de la jornada hacker algo que definitivamente valió mucho la pena.

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En todo caso, vuelve y juega: el mejor resultado, la experiencia. No me quedan más palabras para describir lo enriquecedor que fue haber estado ahí, compartiendo, jugando, aprendiendo, creando. Esperaré ansiosamente la segunda versión el próximo año, a la cual quedan todos invitados desde ya.

El Science Hack Day fue organizado por los artistas Alexander Bonilla, Germán Chaparro, Jaime Forero, Leandra González, Hamilton Mestizo y Kelly Mocktezuma durante el 22 y 23 de noviembre en el Planetario Distrital, con el patrocinio de Thomson Reuters y la Universidad ECCI.

Valeria acepta invitaciones a eventos "plásticos" de esos que hay por ahí. Siguela en twitter aquí, y si quieres conocer otras cosas que hace, mira su trabajo.