Rompiendo taquilla, Él mató a un policía motorizado se estrenó en Bogotá

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Música

Rompiendo taquilla, Él mató a un policía motorizado se estrenó en Bogotá

Una vieja banda muy buena y una nueva banda que no tanto. Segundo round de la primera noche en el Hermoso Ruido.

Fotos por Camila Carvajal Oquendo

Con un Armando Records a todo dar arrancó el Festival Hermoso Ruido.

Encargados de rasgar los primeros acordes, los chicos de Caballos de Fuerza se subieron por primera vez como banda a una tarima y se dieron cuenta de que es bien distinto a tocar en el estudio o en el ensayadero. La gente, que apenas llegaba y buscaba un puestico entre el gentío, no logró engancharse con el sonido de esta nueva propuesta medio new wave, medio “rockerita”, a veces medio Zoé, a veces medio Midnight Juggernauts en su versión más retro y espacial. Con manos temblorosas y un poquito desafinada, Tefi Bell fue la encargada de ponerle algo de noise y veneno al sonido del grupo con su sinte. Por su parte, el frontman, David Sarmiento (también baterista de Telebit), aunque no pegó entre el público, la dejó toda en el escenario y se encargó de levantarle el espíritu a la banda con sus movimientos y energía. Un solo de sexy-saxo ochentero por cuenta de Adrian Hidalgo (LosPetitFellas) y un rapero salido de la nada (Nicolás Barragán, también de LosPetit), fueron los highlights de esta banda a la que todavía le falta mucho ensamble. Quién sabe si será buena idea arrancar a tocar en una tarima tan grande, frente a un público exigente que a medida que pasaban las canciones se fue dispersando por el lugar. A lo mejor no. Buena por el festival por apostarle a que una banda pierda la virginidad en sus escenarios. ¿O no?

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Después de un rato aparecieron en la tarima unos chicos medio geeks, medio callejeros, que tímidamente se colgaron sus instrumentos y entraron en un trance musical de más de una hora en la que repasaron, éxito por éxito, su nutrido repertorio. Complaciendo las peticiones que a gritos les pedían, Él mató a un policía motorizado tocó sus sonadas "Chica rutera", "Más o menos bien" y "Mujeres bellas y fuertes". El público entero les coreó hasta la última letra. Con ese súper poder que tienen los argentinos de escribir letras como de barra de fútbol, era imposible no acompañarlos a grito herido como a una selección. Los primeros acordes hicieron que temblara el piso cual tribuna enardecida, y así, se tomaron el escenario con sus progresiones post-punkeras-naif.  Las atmósferas medio shoegaze que provocaron, fueron el ambiente perfecto para que sus baladas pandilleritas y oscuras se encontraran por primera vez con el público bogotano.

Con la camiseta al revés, una sudadera y mirando una y otra vez al techo sin saludar o charlarle al público, Santiago Motorizado demostró que la grandilocuencia se esconde en otros lugares, no solo en las palabras. Así, pulcritos, como dicen ellos, se llevaron todos los aplausos.

Santiago Motorizado.

Los Caballos de Fuerza con Nico de Los Petit Fellas.

Sexy saxo.

David, a cuyos Caballos de Fuerza les faltó bastante fuerza.