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El primer ciborg en el mercado es una cucaracha

El producto es barato y simple de usar. Después de una “breve cirugía”, los usuarios podrán atar una mochila electrónica a la cucaracha que después podrá ser controlada con un smartphone, moviendo al insecto a la izquierda o derecha.

Imagen, cortesía de Backyard Brains.

El próximo mes, Backyard Brains empezará a vender la RoboCucaracha Bluetooth, el primer ciborg disponible a la venta al público. Se venderá por 99.99 dólares, el producto es barato y simple de usar. Después de una “breve cirugía”, los usuarios podrán atar una mochila electrónica a la cucaracha que después podrá ser controlada con un smartphone, moviendo al insecto a la izquierda o derecha.

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Los creadores de Backyard Brains, Gred Gage y Tim Marzullo, empezaron a crear el ciborg después de reunir fondos en KickStarter en 2010. Aunque Greg y Tim empezaron a trabajar en el proyecto hace tres años, las ideas para RoboCucaracha se gestaban en su mente desde hace años atrás, cuando juntos llevaron a cabo experimentos neurológicos en la Universidad de Michigan. La familia de Greg sufría de depresión y desórdenes neurológicos, y la neurología le ayudó entender el historial medico de su familia. Pensó que crear un ciborg divertido y comercialmente viable incrementaría el interés del público en asuntos neurológicos.

“Los problemas neurológicos son horribles”, me dijo Greg por teléfono. “Se trata [RoboCucaracha] de interesar a la gente en temas del cerebro”.

Greg y Tim se dieron a la tarea de hacer un producto que fuera un proyecto educacional. Estudiantes a través de Estados Unidos han llevado a cabo sus propios experimentos con la versión beta de RoboCucaracha, recolectando información que ayudará mejorar Backyard Brains.

“Cada año que pasa, mejora”, dice Greg.

Hay un problema que el equipo de Backyard Brains ni los estudiantes han podido resolver: El ciborg no puede ser controlado en su totalidad porque después de varios minutos las cucarachas aprenden a ignorar la batería atada a su espalda. Si la cucaracha regresa a su jaula, empezará a obedecer al smartphone de nuevo, pero después de algunos días el insecto ya no responderá a las señales. Según el sitio de Backyard Brains, después de que esto sucede “le puedes cortar los cables y dejar a la cucaracha regresar a su colonia, para así procrear más cucarachas”.

A principios de los 2000 en la Universidad Estatal de Nueva York, los investigadores llevaron a cabo otro experimento similar con ratones, controlando a los roedores con computadoras en lugar de smartphones. Eventualmente, el equipo logró controlar a los ratones, la señal para girar a la izquierda se sentía como si le estuvieran jalando sus bigotes. Los ratones fueron constantemente premiados, así que respondían mejor. Pero esto no funcionaba con las cucarachas.

Sin embargo, antes de que Backyard Brains pudiera arreglar las fallas en su producto,  ellos tendrán que lidiar con PETA. No es sorpresa que la famosa organización por los derechos de los animales está encabronada que un montón de científicos está controlando a animales con smartphones. A través de un correo electrónico, una representante de PETA me dijo que Backyard Brains estaba tratando a los animales como “juguetitos”. Ella dijo, “Eso es faltar el respecto porque ellos son pequeños y nosotros no los entendemos por completo ni apreciamos su lugar en este mundo. Es retrograda y moralmente un error”.

Greg entiende por qué estos experimentos incitan a defensores de animales y otros grupos a oponerse a las pruebas en seres vivos, pero él piensa que el problema es más severo que eso: él cree que la oposición al proyecto nace de la ansiedad de que “tal vez [estos aparatos] pueden ser usados en humanos”. Greg y el equipo de Backyard Brains piensa que eso es ridículo.