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Cultură

El racismo contra Darwin Balanta, el activista que ayudó a sacar al Soldado Micolta

Conozca la historia de este activista que pasó de no reconocerse como afrodescendiente a ser una de las caras visibles del movimiento afro en Colombia.
Foto tomada del Facebook de Darwin Balanta.

"… No debes estar en Colombia ya que por personas que piensan como ustedes (sic) es que vamos de mal en peor. Regresáte a tu Etiopía que acá estorban y sobran los ignorantes y revolucionarios que solo piensan en el beneficio propio y que llegan a vivir a costillas de un país humilde y trabajador apoyados de otros que lastimosamente son colombianos… declaramos persona no grata a este individuo como representante de la población Negra, ya que sabemos que muchos no se sienten representados con su ideología" #FueraBalanta #Payaso

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Lo anterior, sumado a varios memes, y más de 120 amenazas de las que no puede hablar mucho ya que por ahora están en manos de la Fiscalía, son parte de la persecución y el acoso que le han hecho por redes sociales a Darwin Balanta, un activista del colectivo Palenque Universitario, por ser una de las caras más visibles del movimiento que pretendía sacar del aire al personaje de Sábados Felices, el Soldado Micolta, interpretado por el comediante Roberto Lozano.

Detrás del acoso están los que se hacen llamar defensores del personaje, y que han creado varias pagínas en redes sociales (NO a CHAO RACISMO - SI al SOLDADO MICOLTA, APOYAMOS AL SOLDADO MICOLTA es uno de ellos), argumentando que ni el Soldado Micolta ni ellos son racistas, que solo son chistes inocentes, que la cosa es que los negros son muy resentidos, que son incluso ellos los más racistas, que son acomplejados y tienen problemas de autoestima. Pero no hay que leer mucho para entender que aquellos defensores del personaje le niegan a Darwin (y de paso a buena parte de la comunidad afrodescendiente) el derecho a sentirse ofendidos, el derecho a reclamar y a disentir. Que se regrese a su Etiopía, le dicen.

"Me sentí amenazado y asustado –me dijo Darwin cuando conversamos vía Skype– pero sé que esas son las consecuencias. Pero no, firmes. La policía me ha dado un apoyo que no me lo esperaba. Igual ando tranquilo, mi seguridad es la gente, mis hermanos en Cali que son muchos. Gente firme. Me han llamado incluso a ofrecerme protecciones de Santería".

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Darwin Balanta nació en Cali hace 35 años. Es estudiante de octavo semestre de Licenciatura en Ciencias Sociales de la Universidad del Valle y el primero de su familia en acceder a la educación superior, pues para sus hermanos mayores no hubo más que ponerse a trabajar al terminar el colegio. El resto de su familia han sido en su mayoría obreros.

Detrás de la movilización contra el personaje del Soldado Micolta no estaba solo Darwin. Todo empezó hace más o menos un año y medio en la Universidad del Valle e hicieron parte varios colectivos: CADHUBEV (Colectivo Afro descendientes pro Derechos Humanos Univalle Benkos Vive), Palenque Universitario –…al que pertenece Darwin– Somos Identidad, Movimiento Cimarrón (de Bogotá), Asociación Kombilesa y el Encuentro Nacional de Estudiantes Universitarios Afrocolombianos (ENEUA). Lo primero fue mandarle cartas al Canal Caracol, a la Autoridad Nacional de Televisión y al MinTIC (Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones). Después se unió la organización Chao Racismo, "no comulgamos con ellos -dice Darwin- pero vimos la oportunidad de trabajar juntos". Chao Racismo se encargó sobre todo de hablar directamente con el abogado de Caracol Televisión y ayudó a poner la demanda ante la ONU.

"En Colombia aún no hay claridad con el tema del racismo, la Fiscalía no toma eso muy en serio y lo que nos hemos dado cuenta al reunirnos con el MinTIC es que ellos no saben tampoco qué es racismo, ellos no tienen idea del tema, entonces lo que hicimos fue llevarlo a instancias internacionales" me dijo Darwin.

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En el Primer informe sobre discriminación racial y derechos de la población afrocolombiana –El derecho a no ser discriminado– realizado por Observatorio de Discriminación Racial (ODR) del año 2009, se hace referencia al "mito de la democracia racial: la idea según la cual en Colombia no hay racismo porque, a diferencia de Sudáfrica o Estados Unidos, todas las razas y culturas se fundieron para siempre en una síntesis feliz". Desde ahí es desde donde se niega el racismo. El informe continúa: "Desde el punto de vista de los derechos humanos, la fuerza de este mito ubica a Colombia en lo que se puede denominar como el 'nivel cero' de la realización del derecho a no ser discriminado: aquel en el cual la lucha contra la discriminación racial implica comenzar por reconocer y documentar la existencia del problema".

Aunque ha sido difícil de entender para muchos, el personaje del Soldado Micolta sí hace uso del Blackface, una forma de entretenimiento donde el actor se pinta la cara de negro y exagera rasgos, gestos y acento de las personas afrodescendientes. El personaje de Micolta representa un hombre infantil, inocente, de poco intelecto, torpe y perezoso. El Blackface fue prohibido en Estados Unidos gracias al movimiento de los derechos civiles de los Estados Unidos, liderado por Martin Luther King en 1960. Hace años.

Imagen de Warner Bros del cantante Al Jolson en la película "The Jazz Singer". 1927. Foto vía.

"Mucha gente por acción o omisión defendía a Micolta diciendo: no, eso no es racismo, eso es un chiste. Pero la gente no ve lo que trae, esto sí es un problema, mucha gente todavía no se auto reconoce -dice Darwin- porque la gente que prende el televisor nunca se va a ver representada o no va a querer verse así porque eso es lo establecido". Eso, justamente eso de no autoidentificarse como afro, le pasó a él.

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"Yo me di cuenta que era un hombre afro a los 22 años –dice– nunca antes me sentí afro porque ser negro era una boleta y lo más feo, porque históricamente nos han hecho bullying. Eso no es de ahora. También porque fui criado en un barrio de mayoría mestiza y para adaptarme a ellos dejé mis raíces a un lado".

Para Darwin esos referentes tuvieron que llegar de afuera, de otros países. La música fue fundamental. A través de agrupaciones de hip hop como Public Enemy empezó a escuchar que ser negro no era malo como decían, que su pelo también era bonito, que hay otras formas de belleza diferentes al concepto occidental eurocentrista, que su pasado iba mucho más allá de la esclavitud.

De Public Enemy saltó a Malcolm X, el orador, ministro religioso y activista estadounidense que desde los años 60 promovía en sus discursos la búsqueda de identidad y reconocimiento de las comunidades afrodescendientes, así lo hizo en el discurso "Democracy is Hypocrisy" (Democracia es hipocresía). "¿Quién eres? ¡No lo sabes! No me digas 'negro'. Eso no es nada. ¿Qué eras tú antes de que el hombre blanco te llamara "negro? ¿Dónde estabas? ¿Que tenías? ¿Qué poseías? ¿Que idioma hablabas entonces? ¿Cuál era tu nombre?".

De Malcolm X a Huey Newton, Las Panteras Negras, y de ahí a los referentes locales, como Manuel Zapata Olivella y Arnoldo Palacios.

Darwin empezó a cambiar: "empecé por mi forma de vestir, no quería verme tan occidentalizado, entonces empecé a usar looks diferentes, dejarme la barba, dejarme el pelo afro, grande; a usar ropa africana e indígena". Al principio –asegura– lo llamaron loco. Con el tiempo, luego, le dieron respeto.

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A los 22 años, cuando por fin se reconoció como afro, Darwin entendió que la sociedad colombiana era racista. Pero él estaba tan acostumbrado a ese racismo que no lo veía. Y casi nadie lo ve, aun cuando en el país, según el Dane, la población afro asciende a 4'311.757 -el segundo grupo étnico-racial más numeroso del país- es decir, el 10,62% de la población. Y siendo Cali, su ciudad, la que tiene la mayor población de afros en el territorio nacional (605.845 personas) y la segunda ciudad de América Latina, después de Salvador Bahía, en Brasil según indico la Secretaría de Desarrollo Territorial y Bienestar Social de la ciudad en 2013. Lo anterior, teniendo en cuenta que no toda la población afro se reconoce como tal.

Del problema del reconocimiento vienen después los problemas de autoestima, como le pasó a Alexander Paz, conocido de Darwin y seguidor del Colectivo Palenque Universitario. "En el salón del colegio solo éramos dos negros en clase, pero la otra me hacía bullying porque su falta de identidad la hacía discriminarme, ella no se sentía negra. Después vino el tema de la autoestima, uno se da cuenta de que la situación es más complicada de lo que te dicen tus compañeros y del por qué te lo dicen".

Así como Darwin, Alexander se enfrenta a diario con la incomodidad que puede suponer ser afro en Colombia. "A mí me incomoda que yo camine en la calle y la gente se cambie de andén, se asusten, guarden el celular, que entres al supermercado y empiecen los radio teléfonos a sonar. La gente no entiende qué pasa con eso y no se imagina lo que se siente en el fondo, nos llama resentidos cuando realmente no sabe lo que estamos viviendo".

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Pero para Alexander, en su entorno, dejar a un lado esa falsa identidad con la que creció ha sido de vital importancia. "El auto reconocimiento es súper importante porque uno crea un propósito y eso además me ha servido para identificar las problemáticas que se viven en el país".

El caso del Soldado Micolta se ha convertido en el caballo de Troya de los colectivos afro, y por ser un tema que toca la televisión, el humor y personajes públicos, se ha robado toda la atención de los medios, aunque no es la primera vez que esto pasa en el país. Ya en abril del año 2000 se instauró una tutela que pedía a la Comisión Nacional de Televisión y a la radio que no transmitieran chistes de pastusos. En esa ocasión el descontento de los pastusos era también con el Canal Caracol, y su programa "Ordóñese de la risa", pero incluía a los programas radiales "La Zaranda", de RCN y "La Luciérnaga", de Caracol.

Esta vez, la iniciativa contra el Soldado Micolta movilizó a más de 120 personas hasta Bogotá que hicieron un mitín en las instalaciones del canal y que luego se tomaron el MinTIC. En Cali se reunieron alrededor de 200 personas para prohibir de forma pacífica un espectáculo del personaje que se iba a llevar a cabo en el teatro Jorge Isaacs. "Llevamos tambores, bubuselas, pitos y nos hicimos en la entrada y al que iba a comprar boleta le decíamos: está apoyando el racismo. Mucha gente se enojó, otra gente entendió pero bloqueamos el teatro y no permitimos el espectáculo", cuenta Darwin, quien además ha hecho parte de otras manifestaciones en favor de la comunidad afrodescendiente. "Aquí en Cali, como en el 2001, dimos una pelea porque el Éxito no empleaba afros por ley. También dimos la pelea con los bancos, sobre todo del Grupo Aval, porque no veíamos gente afro preparada: porque el negro solo estaba para servir los tintos y estar en la puerta".

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Pero la iniciativa no va solo en contra del Solado Micolta. Los colectivos reclaman es inclusión en las producciones de televisión con personajes que vayan más allá de los estereotipos creados. "No solo es sacar ese personaje nefasto, es también que nos incluyan, que también queremos salir y no solo como la empleada doméstica, la prostituta, el ladrón, el trabajador de construcciones o el policía. También queremos participar de esa construcción que es incluyente", dice Darwin. Lo positivo de todo esto, eso sí, es que por fin se ha empezado a aborda ren Colombia el tema del racismo.

Según el informe de la ODR, "el Estado no ha adoptado ninguna medida para erradicar los estereotipos racistas que subsisten en el sistema educativo de la población en general. El sistema educativo no tiene ningún programa contra el racismo ni que promueva los valores de la aceptación, la tolerancia, la diversidad y el respeto por las culturas de las minorías, incluyendo a la población afrodescendiente".

Por su parte, Darwin y el colectivo Palenque Universitario se han preocupado por la etno educación como herramienta para luchar contra el racismo en el país. "Estamos trabajando en la identidad y es fundamental contar la historia que no se ha contando. Vamos a colegios y escuelas a contarle a los niños que es ser negro, empezamos por hablar de Africa, el Imperio de Malí, el reino de Etiopía; y seguimos con lo local, contamos de Benkos Biohó, el almirante Padilla y como el hombre y la mujer negra también han ayudado a construir este país".

Darwin Balanta y Carlos Angulo, el ebanista que le cantó la tabla a unos policías de Bogotá, son hermanos de lucha y por ahora las caras más visibles de los colectivos afro que hace mucho tiempo vienen abriéndose camino, luchando por la igualdad y derribando de a poco esa herencia colonial que deja a las minorías a un lado.

"La herencia colonial sigue vigente -agrega Darwin- lo que pasa es que ya nadie es racista. Antes la gente decía yo soy racista y odio los negros, ya no, ahora es yo quiero a los negros, pero un negro a mi hija no la va a tocar, o sea a mi casa podés entrar pero no podés ser parte de mi familia, si vas a trabajar conmigo no va a ser hombro a hombro como gerente, conmigo podes trabajar pero como obrero".

A Darwin solo le queda por decir: soy colombiano, soy caleño, no soy de Etiopía y no vengo a dañarle la mente a nadie, solo estoy pidiendo por mis derechos, y los derechos no son negociables.