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Identidad

Hablamos con Viviane Morales sobre cartillas, familias y matoneo

Para comprender un poco más los argumentos de quienes se oponen a la adopción gay y la implementación de un plan educativo sobre identidades y orientaciones sexuales, nos fuimos un rato hablar con la senadora.

Han sido dos semanas de ojos morados para la comunidad LGBTI en Colombia. El pasado miércoles 10 de agosto, presenciamos las grandes masas movilizadas bajo la bandera de la familia heterosexual y la auto-apropiación (término del teólogo católico Bernard Lonergan) de los valores, la moral y las buenas costumbres. Y claro, también fuimos testigos del debate de control político al que fue sometida la ministra de Educación, Gina Parody, por las cartillas que pretendían incluir en las agendas educativas temas relacionados con la orientación sexual y la identidad de género.

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Y no es para más la arremetida conservadora de la que estamos siendo testigos. En el último año, la Corte Constitucional resolvió tres "problemitas" claves para la igualdad de las personas LGBTI del país: el tema del matrimonio igualitario, una discusión sobre la que el Congreso no había sido capaz de legislar por más de 15 años; le dio vía libre a la adopción por parte de parejas del mismo sexo por considerar que primaba el interés superior del menor a conformar una familia; y por último, el fallo que obliga al Gobierno Nacional a revisar los manuales de convivencia de todos los colegios del país para determinar que sean respetuosos de la orientación sexual y la identidad de género de los estudiantes, además de incorporar en todos los proyectos educativos un programa de derechos humanos, en particular el derecho a la identidad sexual.


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Para comprender un poco más los argumentos que tienen quienes se oponen a la adopción por parte de parejas del mismo sexo y la implementación de un plan educativo que reconozca por fin las identidades y las orientaciones sexuales, me fui al Congreso a hablar un rato con la senadora liberal Viviane Morales.

Desde hace un tiempo, Morales ha impulsado un proyecto de referendo con miras a limitar la adopción a parejas conformadas por un hombre y una mujer, que ya cumplió con la meta de firmas necesarias y está a la espera de entrar en debate en el Congreso. Pero además, ha sido una de las senadoras que ha sacado el debate de los lugares comunes de la patologización, sin negar su postura ideológica frente a estos temas.

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VICE: Viviane, según la Encuesta Nacional de Demografía y Salud (ENDS) de 2010, tan sólo el 35.4% del total de familias en Colombia responde al modelo tradicional de Papá+Mamá+Hijos. El otro 64.6% tienen una conformación muy distinta a la que busca proteger este referendo. ¿Se están contemplando estos vacíos? O por el contrario, ¿se está buscando legitimar y proteger solo un tipo de familia (la nuclear tradicional)?

VIVIANE MORALES: No, para el tema de la adopción que se presenta por iniciativa ciudadana, se busca que sólo se le pueda dar a las parejas conformadas por un hombre y una mujer. Parejas heterosexuales estables. En Colombia el 90% de los casos de adopción, o más aún, son por parejas heterosexuales. Mejor dicho, en Colombia hasta hoy son las parejas heterosexuales las que adoptan. Es posible que los solteros adopten, legalmente podrían hacerlo, pero las estadísticas del ICBF muestran que es una porción muy pequeña. Desde hace ocho años ha habido cero solicitudes por parte de solteros.

Pero igual está abierta la posibilidad, ¿no?

Sí.

¿Qué pasaría con los solteros que quieren adoptar de ser aprobado el referendo?

Que se les quita la posibilidad y queda sólo para las familias conformadas por parejas de hombre y mujer. No porque una persona no pueda educar un hijo, ni pueda darle amor y afecto, sino porque el niño que fue declarado en condición de adoptabilidad es un niño tremendamente vulnerable. Es un niño que según los psicólogos, he hablado con algunos psiquiatras, tiene cuatro veces más posibilidades de depresión y de problemas emocionales. Entonces buscamos darle el universo más estable para su desarrollo armónico integral.

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Pero según un artículo científico en el Journal for the Study of Education and Development de 2004, los chicos y chicas que crecen en hogares homoparentales no presentan problemas académicos, sociales ni de autoestima. Además, hay toda una literatura que apoya a las familias homoparentales.

Y hay mucha otra por el otro lado que considera que este tipo de estudios es de fenómenos muy recientes, con unos números de análisis muy pequeño. Un caso de 28 personas es muy pequeño para de ahí deducir evidencias científicas que nos permitan tomar unas conclusiones. En cambio hay encuestas nacionales de salud, que son unas encuestas muy grandes, de por lo menos 13 países del mundo, analizadas por un sociólogo de la Universidad Autónoma de México, en el que señala los resultados en cuanto a los hijos criados por parejas estables heterosexuales y especialmente por los padres biológicos.

Y da unos resultados en términos de bienestar indiscutiblemente mayores que lo que presentan este otro tipo de estudios. Entonces mira, hay una discusión sobre estudios, sobre un tema en el cual todavía hay mucho por explorar y mucho por estudiar. Cuando hay mucho todavía por decidir, por estudiar y por mirar, podríamos decir que estamos en el plan apenas del experimento, y, como la Constitución señala, que los derechos del niño son prevalentes, se supone que al niño hay que protegerlo frente a la posibilidad de resultados que podrían llamarse un tanto experimentales. Estamos hablando de estudios que llevan muy poco tiempo y no llevan suficientes muestras de población en el mundo entero.

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Hablando precisamente de ese interés superior del menor, esa fue una de las cosas en las que la Corte Constitucional fue muy clara en la sentencia C-683 de 2015. Si se estaba buscando proteger el interés superior del menor a ser adoptado y conformar una familia, ¿limitar ese universo de familias posibles no iría en contra de ese interés superior?

Me parece que la Corte de eso hace un argumento absolutamente falaz, porque no mira la realidad de las cifras. En los últimos 10 años ha habido 17.000 parejas heterosexuales pidiendo niños en adopción, sólo se las han concedido a 9.000. Luego, el tema de los niños en adopción no es el tema de universo de las familias, porque si no entonces también diríamos por qué se le limita a personas menores de 25 años. ¿Qué razón hay?

¿Estabilidad económica, quizá?

¿Entonces no sería discriminatorio con las personas pobres, por ejemplo? Precisamente en el interés superior del menor uno no puede permitirse experimentar. Yo creo que la sociedad tiene que tomar las opciones que tiene claras sobre los resultados comprobados en cuanto a familias, hogares, que generen estabilidad y desarrollo armónico e integral en los niños. No estamos buscando el daño, estamos buscando lo mejor y el mejor ambiente. Una cosa es decir que no hay daño y otra es procurarle el mejor ambiente a un niño para darlo en adopción.

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Pero ya existen casos en Colombia de parejas homoparentales que demuestran que pueden ser igual de buenos padres que los heterosexuales. La Corte incluso emitió una sentencia en el caso de Ana Elisa y Verónica.

Lo que aquí estamos estableciendo es una política pública de Estado y no un caso u otro caso. Aquí no se trata de casos particulares, aquí se trata de establecer una legislación que es general, impersonal y abstracta. Es una norma que debe regir una comunidad y no solamente un caso particular o específico.


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Por qué priorizar un tipo de familias frente a otras, si existen cifras que indican que en los casos de violencia intrafamiliar los agresores suelen ser el padre (33.37%) o la madre (31,23%). Además de otras problemáticas asociadas al abusos de sustancias, predisposición de los niños a la criminalidad, abusos sexuales, etc.

Precisamente el fenómeno de la adopción tiene que ver con esos fenómenos de violencia. Hay niños que tienen que ser separados de su hogar natural, de los padres biológicos por razón de estos fenómenos. Y precisamente es ahí donde se declara en vulnerabilidad y se retira de ese núcleo que le está haciendo daño para buscarle un núcleo en donde pueda garantizarle ese desarrollo armónico integral. Y cuando se va a adoptar se hace un estudio muy concienzudo de la condición sociológica, económica y afectiva, emocional de la pareja que lo va a adoptar.

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En el caso de que se apruebe el referendo, ¿qué sucedería con estas parejas del mismo sexo que ya tiene hijos?

La pareja del mismo sexo que tiene hijos, si es un padre biológico o una madre biológica que es homosexual y tiene su hijo, pues tiene la patria potestad y tiene a su hijo.

¿Y en el caso de que no sea hijo biológico y haya sido adoptado durante este tiempo?

No ha habido una sola adopción desde que se generó la sentencia de la Corte. En el momento en que salga la ley a partir de eso rige. La reforma constitucional rige a partir del momento que salga, lo que haya quedado consolidado antes de la reforma queda consolidado jurídicamente.

En alguna ocasión citó un estudio que argumentaba que los hijos de parejas homoparentales eran ocho veces más propensas a ser homosexuales, ¿qué hay de problemático?

Eso no es problemático, simplemente era un estudio de una pareja de sociólogos americanos, incluso pro comunidad LGBT, en donde hacen este señalamiento. Simplemente es mostrar lo que se dice que es una realidad. Yo no le pongo bueno o malo pero es una realidad y debe ser conocida tal cual.

Yo no le puse ningún problema, mencioné lo que decía un estudio. El juicio le queda al que lee la cifra. Lo que veo es que hay sesgo y se quieren dar unas cifras y no se quiere dar todo lo que se ha hecho en estudios. Esa es parte de un estudio que dice eso. Lo presento porque lo dice. No más.

En una entrevista reciente que concedió a El Espectador, usted dice, literalmente, que "la Corte ha fallado para congraciarse con ciertos sectores de la opinión y no ha fallado con base en la realidad jurídica y sociológica de nuestro país". ¿Podría ampliar esta opinión teniendo en cuenta las cifras que hemos discutido?

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No sé si diría congraciándose.

Tal cual.

Pero yo sí creo que la Corte ha tenido un sentido, incluso lo reivindica, dice que sus competencias están dadas constitucionalmente para proteger las minorías y no hay tal. Las competencias de la Corte son para defender la supremacía de la Constitución en la cual se garantiza también la soberanía popular, la voz de las mayorías y la voz del pueblo. Es cierto que defender las minorías es una visión de la Constitución, sin desconocer jamás la posición de las mayorías en una democracia. Decir que la Corte tiene como única competencia la defensa de las mayorías me parece que es un sesgo de la Corte. La Corte tiene que defender la Constitución que nos garantiza los derechos a todos.

Usted también habla que la Corte no responde a la realidad "sociológica" del país. ¿A qué se refiere?

La Constitución y la Corte Constitucional cuando falla dice "en nombre del pueblo Colombiano" y "haciendo una lectura de la Constitución". Creo que la Corte también tiene que sintonizarse con los principios en los que está enraizada esas declaraciones constitucionales y que están afianzados en las realidades sociológicas de un pueblo que le da un consenso a esa constitución.

Las realidades sociológicas, lo ves, la semana pasada lo demostró, son las de un país que tiene unos principios, unas convicciones, un respeto. Aunque las encuestas y la situación de la familia estén dando la composición de muchos grupos familiares diversos, pero se ve un respeto también por la familia que consagró la Constitución en el artículo 42, a la cual siempre la Corte reconoció que el constituyente le había dado una consagración especial, a la familia heterosexual.

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¿Y qué hacemos con el resto de familias?

Pues tenemos que convivir en la sociedad. Y tienen que ser sujetos de todos los derechos y tienen que tener todas las garantías de los derechos.

Pero esa realidad sociológica de la que usted habla ha venido cambiando, evidentemente.

Sí, pero fíjate también la realidad sociológica de lo que vimos la semana pasada, fíjate también en las encuestas de la gente. No han bajado del 80% y el 85% la gente que dice que no está de acuerdo con la adopción por parte de parejas homosexuales. Esa es una realidad sociológica.

¿Hasta qué punto esa "soberanía mayoritaria" no aplasta esa igualdad hacia las minorías?

Ya está claro por parte de la Corte que la adopción no es un derecho fundamental que puedan decirlo las parejas homosexuales. No es un derecho de los adultos. La adopción gira en torno al interés superior del menor. Cuando me dicen que "los derechos" yo digo, ¿cuáles derechos? Si adoptar no es un derecho, entonces cuáles derechos discutimos.

Pero entonces, en el caso de la cartilla y los manuales de convivencia, esa "autonomía" de los colegios a impartir sus doctrinas religiosas y ese "derecho" de los padres a decidir qué "valores" inculcan a sus hijos, ¿no están pasando sobre el interés superior del niño a tener una educación libre de prejuicios y reconociendo a los otros en su diferencia?

Mira, ¿quién defiende el interés superior del niño cuando es menor? Lo deben definir los padres, en primer lugar, la Corte también ha sido reiterativa en eso. Sólo en los casos extremos se puede apartar a un hijo de su núcleo familiar. Ese es un derecho sagrado de los padres y de la unidad familiar. Claro, en principio son los padres quienes deben definir el interés superior del menor y por eso deciden a qué colegio deben llevarlos.

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Pero es evidente que en muchos casos los padres no están preparados para afrontar este tipo de situaciones. Hay deserción escolar, hay violencia intrafamiliar por prejuicio, hay personas LGBTI que abandonan el hogar a temprana edad.

¿Y entonces qué hacemos con los padres? ¿Quieres que te diga cuál es la preparación fundamental de un padre? El amor. Uno ama tanto a su hijo y esa es la base fundamental de la relación con el padre, el amor. Si tú como padre el amor no te lleva a poder entender a tu hijo, a poder rodearlo, guardarlo, a buscar protegerlo, pues yo creo que ahí sí nos está fallando la brújula fundamental.

Un caso como el de Sergio Urrego lo que demuestra es que los colegios tampoco están preparados para afrontar con el respeto y el reconocimiento que se merece el hecho de que un estudiante tenga una identidad y una orientación sexual distinta.

No, no, no, no están preparados, no. Otra cosa es que los padres tengan unas convicciones y que quieran educar a sus hijos en medio de esos principios y convicciones y que busquen colegios que tengan esos principios y convicciones. Mira, eso es respetado aquí como en cualquier democracia que sea digna de ese nombre. Por ejemplo en Estados Unidos, si tú vas a los colegios confesionales, respetan absolutamente la posibilidad de educar con un credo y unas convicciones religiosas o filosóficas.

Pero de esas doctrinas "religiosas" y "filosóficas" se desprenden también unas violencias.

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Por eso lo que se tiene que establecer son rutas inmediatas de atención, para que se detecte en la comunidad educativa cualquier caso de discriminación de la manera más rápida para evitar casos tan dolorosos como el del suicidio de Sergio Urrego.

Un matoneo que, como lo dijo la Corte, se dio por parte de las directivas.

Yo no soy capaz de decir eso, porque yo no soy juez. Creo que hay un juicio penal que está marchando pero la señora (la exrectora Amanda Azucena Castillo) no sé si ha sido condenada o no. Sé que fue por medio de las tutelas que se obligó a la protección. Pero sería señalar algo que no puedo.

Entonces, ¿cuáles son las medidas que se deberían adoptar para evitar los casos de matoneo y tener un reconocimiento en temas de identidad de género y orientación sexual?

Primero reconocer que en Colombia existe la libertad de conciencia, la libertad religiosa, que los colegios tienen autonomía educativa, que los manuales tienen que ser establecidos en libertad por la comunidad educativa y que debe existir un único punto en el que todos nos encontremos y es el respeto a la dignidad humana. Si entendemos que hay que respetar la dignidad humana, que no depende de la orientación sexual, ni de la edad, ni del sexo, ni de la raza, ese es el punto común en que nos podemos unir.

Pero ahí hay un proyecto educativo por construir, como el que pretendía las cartillas. Hay unos niños que son particularmente vulnerables por su condición identitaria. No es un tema, como algunos políticos se han mofado, de "yo también fui matoneado por flaquito, gordito, gafufo…".

Yo entiendo la vulnerabilidad por ese tema, pero también hay que entender que el punto de conjunción en todos debe ser el respeto por la dignidad del hombre. Y lo que dice la Corte es que debería establecerse una ruta de protección especial, que cuando un niño sea objeto de discriminación por razón de su orientación sexual, pueda haber una ruta de respuesta inmediata por parte del colegio, de atención a estos casos para evitar que continúe el matoneo.

El matoneo es gravísimo y cuantas personas adultas han visto aún su proyecto de vida lesionado desde la infancia por cualquier clase de matoneo o discriminación que han sufrido. Eso tiene que ser eliminado y yo estoy de acuerdo con eso, pero el único punto en común es el respeto a la dignidad humana. No nos pueden imponer el que nadie nace siendo hombre o mujer, eso no se lo pueden imponer a los colegios confesionales, porque lo colegios confesionales creen que hay una creación que determina un sexo biológico y no pueden imponer todo lo que se pretendía en los lineamientos que publicó el Fondo de Naciones unidas. Es eso.

Gracias Viviane

¡Chao!