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Innovación sónica: un tatuaje que hace música

Charlamos con Dmitry Mozorov, el hombre que inventó el primer tatuaje sonoro del mundo.

Un hombre llamado Dmitry Mozorov encontró la manera de escuchar lo que los tatuajes tienen que decir. Transformó los rayones en el cuerpo en un código sonoro. El proceso funciona con un tatuaje que lleva una especie de código de barras que puede ser leído por el sensor de la máquina de Dimitry. El sensor lee las manchas como notas musicales y emite los sonidos correspondientes a cada una. Dependiendo de los ajustes en la máquina, el sonido puede ser cualquiera, desde un theremin hasta el rugido de una guitarra saturada. Platicamos con Dimitry sobre su proyecto “Reading My Body” y sobre cómo todos podemos empezar a hacer música con nuestros cuerpos.

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Vice: ¿Qué plan con éste invento? ¿Lo llamarías un instrumento?

Dmitry: "Reading My Body" es un controlador de sonido que usa tatuajes, como el mío, como banda sonora. Quería crear un instrumento especial que combinara el cuerpo humano y un sistema robótico. La idea era hacer algo que representara al artista y su instrumento en un híbrido.

Suena profundo. ¿Qué involucró el proceso?

El dispositivo consiste en unos lectores de línea negra paralelos que se mueven por el brazo usando un monitor de paso. También está equipado con un control de Wii.

¿Y en dónde entra el tatuaje en todo esto?

El tatuaje está diseñado espacialmente para tener el mayor número de ranuras de tiempo variables. La idea es que haya una gran posibilidad de combinaciones musicales que pueda leer el sensor. Se pueden controlar manualmente la velocidad de los sensores, su dirección y la distancia entre casa paso.

Entonces, ¿se puede cambiar la música por completo?

Sí. Además todos los parámetros de control y los movimientos de los sensores se pueden programar para operar de manera autónoma.

¿Cuál es el objetivo general?

Estoy trabajando en maneras distintas de producir sonidos con objetos y procesos atípicos, es una técnica llamada "zonificación". También estoy investigando sobre nuevas formas de controlar y procesar el sonido y cómo es que los humanos pueden interactuar con éste sistema. También me encantan los tatuajes, espacialmente los de formas geométricas. Decidí combinar todas estas cosas que me obsesionan, que además encarnan en este concepto de “modificación humana” y la tendencia hacia lo “cyborg”.

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¿Cuánto tiempo tardaste en hacer que este proyecto funcionara?

Tardé dos días en construir la maquina. La hice yo sólo. El tatuador estaba trabajando en el diseño pero no tenía idea para qué era.

¿Sabías que iba a funcionar?

Claro. Este es solo un prototipo que muestra cómo funciona esta tecnología. Planeo que en un futuro ya pueda hacer más instrumentos que puedan leer otros tamaños y formas de imágenes, que lean colores, que trabajen más rápido, que sean más estables y más fáciles de usar. También tengo que pensar en cómo ajustar el sistema a otras partes del cuerpo. Tengo que construir robots más ergonómicos que puedan leer la espina dorsal, por ejemplo.

¿Qué pasaría si ya no te gustara el sonido de tu tatuaje? ¿Te molestaría?

Si me molestara, sólo reprogramaría la máquina.

¿Crees que los tatuajes musicales se puede poner de moda?

Creo que cualquiera podría hacérselo. Tengo muchos amigos que ya están listos para tatuase y tener su máquina lectora.

¿Sólo funciona con tatuajes? ¿No puedes leer otras cosas como un tigre?

En los últimos años he hecho más de treinta proyectos que involucran sonido y visuales. Desde performances hasta instalaciones. En uno de mis proyectos de nombre Conus, usé unas conchas de mar que tenían unos ornamentos celulares autómatas muy especiales y procesé esos ornamentos en sonido y video. En otro proyecto de nombre Cryophone, hice un instrumento de sonido electrónico que convierte las reacciones químicas del hielo seco en composiciones musicales. Ahorita solo uso la máquina para shows de demostración en vivo que duran unos 20 minutos o algo así. Pero mi plan es dar un concierto con una orquesta llena de robots que leen tatuajes y tal vez una máquina que pueda leer la energía del cerebro desde el cráneo.

¿Le ves futuro a la música desde el punto de vista biológico?

Estoy seguro de que existen límites en cuanto a la profundidad de lo que podemos descubrir de la naturaleza, pero la interpretación artística con el cuerpo es ilimitada. Me interesa mucho adaptar procesos que se usan con fines médicos o militares para usarlos en la educación, el sexo o en el arte.