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Vice Blog

La de Troya

No todo lo que es arte conceptual brilla por su conceptualización. Y muchas veces, si brilla, es por las razones equivocadas. Hay muchas preguntas que aún no nos responde la artista colombiana que, copiando una fotografía del norteamericano Mark...

Hoy por hoy, lo que dice el artista acerca de su obra es más importante que la obra en sí. Antes de continuar con este texto, quiero contextualizar al lector con el antecedente: la semana pasada se armó la de Troya en redes sociales con el presunto plagio de una obra de arte. El problema no fue solamente el plagio, sino que además fue un plagio premiado: la pintura resultó ganadora del Premio Arte Joven Colsanitas. Y los organizadores del concurso aún no se han manifestado al respecto, pese a haberle entregado en su momento (antes de la bomba viral) un jugoso premio en dinero.

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Pero bueno, por lo menos aquí en Colombia, el problema no es el plagio per se, sino que todo el mundo se haya enterado. Y, por haberse enterado todo el mundo, la autora se pronunció al respecto. Es aquí donde yo, que indiferentemente lo único que hice fue compartir el viral, pero no más, decido utilizar mi tiempo para escribir esta nota. Porque lo siento mucho, pero si uno va a defenderse del escarnio público, que por lo menos tenga en cuenta la gravedad de lo que se le acusa y no se justifique como si estuviera en una clase de taller en donde "todo vale".

Como egresada de una facultad de artes me tocó aprender que se puede argumentar prácticamente cualquier cosa para justificarla como arte y tener una buena nota en clase. Sobrellevemos la situación con humor: podría contarles que, acá, como en cualquier caso artístico, TODO es intencional. Porque el artista que es artista hoy en día tiene que ser oportunista y ninguna oportunidad debe desperdiciarse. Pongamos los puntos sobre las íes: obviamente es intencional que ella se llame Viviana B. Troya porque, en los performances de la vida, todo detalle cuenta y y si uno va a armar "la de troya" en un concurso, señalarlo con su propio apellido podría entenderse como una "duchampianada" fuera de contexto. Recordemos a Duchamp: él participó en un concurso a inicios del siglo XX con un orinal invertido llamado "Fuente" firmado con "R. Mutt" (Madre) haciendo una alusión a lo femenino (el recipiente) desde lo masculino (el objeto orinal) conceptualizando así la androginia que caracterizaría su trayectoria con el ready made y el arte conceptual.

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A Duchamp lo echaron del concurso a pesar de que su obra era efectivamente original y disruptiva. La historia del arte lo recordará por siempre. Pero los tiempos cambian y Troya hace una alusión al escándalo con su apellido (¡punto para Troya!) además de llevarse el primer premio de un concurso con una obra absolutamente intrascendente. Por otro lado, hay que reconocer la originalidad de la firma y nombre inventado por Duchamp mientras que aquí, el nombre es el de la cédula. Pero claramente eso es intencional, el artista contemporáneo tiene intenciones que van más allá de lo evidente: el escándalo fue planeado, ella sabía desde un principio que se le acusaría de plagio porque internet es internet y acá nada se esconde, además ella es artista, y reitero: TODO es intencional, todo incluyéndome a mí. ¡Ella calculó que escribiría un artículo! ¡OMG! Y todos los que comentaron fueron pensados de manera intencional. Nosotros que escribimos al respecto somos la extensión de su real obra que, obviamente, reflexiona sobre el meme.

Pero no todo lo que es arte conceptual brilla por su conceptualización. Vamos al argumento y me dejo de ironías. Según la autora del presunto plagio, la pintura se empodera de la fotografía para justificarse a sí misma, porque, hoy en día, todo necesita una justificación externa a sí para ser "irreductible".

"Partiendo de imágenes fotográficas de diversos orígenes busco la manera de justificar la pintura como medio, como acción, cuando ya existe la fotografía y la difusión de imágenes por impresos, pantallas y medios digitales. "Continuación" se basa en una fotografía de Mark Borthwick, mantiene el encuadre y distorsión inicial de la imagen del fotógrafo, pero cambia su escala y la traduce a pintura. El resultado es una pieza que en su aspecto general "continúa" con la imagen de Borthwick, pero que habla de la intención pictórica, que da cuenta de su irreductibilidad y el empoderamiento de este medio".

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La pintura no necesita "empoderamiento" por que de los medios es el más resistente, la han matado mil veces y aún así, sigue vivita y coleando porque fascina por sí misma. Calcar imágenes se ha hecho desde el Renacimiento, pero no es por la acción de calcar que la pintura tiene el poder que tiene. Y acá, infelizmente, el poder no lo tuvo la pintura, lo tuvo el meme. El empoderamiento no fue de la pintura copia de la fotografía: fue de la fotografía de la pintura de la fotografía hecha meme.

"El proyecto ha derivado en diferentes líneas de trabajo de experimentación artística en las que actualmente me ocupo: el estudio del movimiento detenido visible gracias a la fotografía, la traducción e interacción de medios, el lenguaje pictórico en las imágenes vistas a través de pantallas planas frente a las características propias de la pintura (la tela, la pincelada, el tono, el brillo), el efecto de la pintura cuando vuelve a ser sólo imagen digital y las interpretaciones que genera, por ejemplo, en los comentarios en Facebook".

Los comentarios en Facebook son comentarios de personas. No por verlos por el computador se debe asumir que los escribió una máquina y si uno se va a manifestar frente a una acusación grave como es la de plagio, me parece oportunista insinuar que la indignación de los demás sea parte de la obra. En tal caso, aquí convendría analizar más que la acción en sí, los efectos que puede llegar a tener el que se legitimen como práctica artística performática el plagio y la indignación, a diferencia de quienes trabajan en hacer obras de arte no digo "nuevas", "originales", pero sí novedosas y auténticas. El total desacato y la mofa a los derechos de autor que puede interpretarse aquí es una auto-puñalada ética. Yo misma he hecho remix, he utilizado imágenes y sonidos que no son míos, he hecho memes y los he compartido. Lo que sí es que me he fijado con atención en la licencia de esos contenidos y he nombrado a los autores. Hoy en día, el contenido que hay en internet es de tal magnitud que uno olvida que alguien tuvo que subirlo. Y ese alguien es humano y tiene el derecho de decidir mediante una licencia si está dispuesto a que eso se use o no y de qué manera. Y si no dice nada, tiene copyright. No se puede renunciar a la paternidad de una obra, por eso, la licencia más abierta de todas implica que se debe reconocer al autor. Hay que pedir permiso. Me gustaría saber si la autora del presunto plagio pidió permiso y si nombró en su texto que era a partir de la imagen de Borthwick o si puso el crédito en una edición de post en Tumblr tras el escándalo. Por ultimo, considero que hay que tener coherencia, y si uno no cree en los derechos de autor , al menos debe dejar sus obras en dominio publico, con copy-left o yo qué sé, pero no firmar su página con la C que todo lo consume.

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Pie de página del sitio web de Viviana B. Troya dónde estipula que todo lo que ella hace está protegido por copyright.

Y para terminar reiterando que en internet todo se descubre, pueden ver que en la página de la fundación MISOL, donde publican noticias de arte, se lee:

Búsqueda en Google Images.

¿Hará parte del performance firmar un documento que certifique la autenticidad, originalidad y unicidad de esto? La discusión esta vez no es si algo es o no es arte, la discusión esta vez tiene indiscutiblemente un trasfondo ético.

Cuando no está reflexionando sobre el arte, Valeria sopla vidrio y diseña memes, síguela en Twitter en @valeriamontana y mira su trabajo aquí.